⸎ Elementales ⸎ (Death Note Yaoi AU- Omegaverse - Fantasía)

⸎ El amor de un padre ⸎

El rey suspiró de una manera que hizo sonreír a sus consejeros, pues no recordaban cuanto hacía que no veían a su alteza tan sumamente feliz. Watari y Roger mantuvieron el silencio durante unos segundos, atentos al comportamiento de Lawliet.

―¿Alteza? Sabemos que hablar sobre asuntos de guerra es lo último que desea hacer, pero es necesario comenzar a trazar un plan para viajar hacia Oriente ― dijo Roger, dispuesto a que su rey bajase de las nubes. Esas en las que solían estar los jóvenes enamorados.

―¿Eh? Oh, si. Por supuesto ― incómodo, Lawliet se removió en la silla que presidía la sala del consejo, mezclando sobre la mesa varios pergaminos. Giró el rostro en dirección a uno de los ventanales que estaba abierto de par en par, sonriendo al escuchar el jolgorio de la multitud ―. Antes de iniciar el trámite político... ¿Qué tal el comienzo del festival? No he tenido tiempo para salir del castillo.

―Eso es más que notorio, mi rey ― señaló Watari, arqueando la ceja con diversión ―. Debería decirle al joven Yagami que le de una tregua, pues la gente va a pensar que ha contraído algún tipo de enfermedad debido a tantas marcas rojas.

Sonrojado hasta las orejas, el rey se llevó la mano al cuello en un nefasto intento de cubrir las marcas a las que Watari hacía alusión con sus palabras. ¡Claro que no había tenido tiempo para ver el inicio del festival! Light no lo había dejado salir del dormitorio.

―Bueno, deberíamos comenzar con la reunión ― dijo apurado, intentando que sus consejeros dejasen de reír.

―Quizás dentro de poco tengamos cachorros de la realeza correteando por aquí ― comentó Roger, indicándole a uno de los guardias que le dejasen paso a Beyond, pues el norteño acababa de llegar a la sala.

Lawliet no dijo nada, más no pudo dejar de pensar en eso. Para él sería un honor que Light fuese el Omega encargado de su descendencia, pero no era momento para eso. No cuando se acercaba una guerra.

―Gracias por venir ― le dijo a Beyond, indicándole la silla que había a su lado ―. Estábamos a punto de comenzar.

―Por los dioses, hermano. ¿Qué te ha pasado en el cuello? ― dijo el norteño, sonriendo burlón. Todo el reino debía de haberse enterado que el destinado del rey estaba ardiendo, más que de costumbre.

―Siéntate ― gruñó Lawliet, con las mejillas calientes debido a la vergüenza.

Una vez que todos estuvieron acomodados, Watari y Roger extendieron ante ellos uno de los mapas de la región, uniéndolo con los que pertenecían a los terrenos que los rodeaban.

―No entiendo por qué tanto pergamino. Con lo sencillo que sería cargar los barcos y poner rumbo a Oriente ― dijo Beyond, acariciando la empuñadura del hacha que llevaba colgada en el cinto.

―Porque las cosas no funcionan así. No podemos aparecer en Oriente con la intención de una masacre. Light y yo pensamos que si hay alguna manera de evitar esta guerra debemos intentarlo.

―¡Hermano! Mira que eres necio... ¿Crees que Teru Mikami nos recibirá con los brazos abiertos? ― respondió Beyond, intentando mantener la calma.

―Sé que lo único que deseas es vengarte, y créeme cuando te digo que la venganza no siempre es el camino adecuado.

Watari y Roger asintieron, dándole la razón a su rey. Beyond chasqueó la lengua y apretó la mandíbula, con ese rictus furioso que lo caracterizaba. Tras su visita al Oráculo se sentía inútil, como si el haber visto a su reina fallecida hubiese despertado una furia ciega en él. Lo único que deseaba era romper el cuello del falso rey con sus propias manos.