⸎ Elementales ⸎ (Death Note Yaoi AU- Omegaverse - Fantasía)

⸎ Declaración de guerra ⸎

Para el rey Lawliet, la traición a la corona fue un duro golpe. No solo habían herido a su Omega, sino que su propia confianza en la gente del reino fue menguando poco a poco. Era como si todos escondiesen un puñal, preparados para atacar sin remordimiento. No quería pensar aquellas cosas, porque era injusto cuando la mayoría de los aldeanos lo seguirían hasta el mismísimo fin del mundo. Lo único que sacó en claro de todo lo ocurrido fue una declaración de guerra contra el rey Mikami.

Ni siquiera quiso pensarlo dos veces. Su determinación y el deseo de Light por hacer frente al falso rey fueron el último empujón que necesitó. Incluso Beyond se mostró más fiel que nunca, con el deseo de venganza reflejado en sus pupilas carmesí. Lawliet no sabía si Teru Mikami era consciente de todo el odio que caería sobre él en cuanto embarcasen rumbo a Oriente.

Pero todos sabían que Mikami no era un rey idiota. Si habían traicionado el reino bajo sus órdenes estaba más que claro que debía conocer la existencia de los poderes elementales, el número de soldados que lo acompañarían desde Salitre y seguramente la presencia de Kaos. ¿Cómo atacarían entonces? ¿Cómo conseguirían vencer sin derramar más sangre de la necesaria? Cientos de pensamientos sobre el pueblo exiliado lo carcomían; para Lawliet aquellas valientes guerreras podrían ser la diferencia entre la victoria y la derrota, porque estaba seguro de que Mikami debía de tener su propio ejército de fieles, quizás los maleantes y asesinos que solían vivir cerca del reino oriental. Aquellos que gracias a los rumores, seguramente lo único que les interesaba era ser partícipes en la batalla.

La situación no jugaba a su favor.

Se encaminó hacia el patio exterior del castillo, en una zona superior donde una gruesa y pequeña muralla de piedra hacía de límite con la zona inferior, desde donde podía ver parte de la playa y el pueblo. Acomodó las manos sobre la misma, centrando la atención en su Omega.

Light cabalgaba a lomos de Vanreol, atravesando la playa con aquella elegancia que tanto lo cautivaba. Las cosas entre ambos habían cambiado, sobre todo porque el Omega buscaba con más insistencia sus brazos sintiéndose inseguro en el reino. ¡Lawliet se odiaba tanto a sí mismo! A pesar de que Light le decía una y otra vez que lo que ocurrió no fue culpa suya. Para él era inevitable sentirse angustiado, sin poder encontrar una solución al estado del muchacho. Porque bastó aquel horrible ataque para derrumbar todo el sentimiento que construyó junto a su destinado; el sentimiento de hogar, de calor, de seguridad... Nada importaba ya cuando en aquellas pupilas color miel solo podía ver tristeza y ansiedad.

Desvió la mirada hacia una de las zonas comerciales, satisfecho al ver como gran parte de los hombres del reino portaban las armas nuevas que habían sido forjadas por los herreros. Los cargamentos estarían completos dentro de muy poco, por lo que la travesía hacia Oriente comenzaría más pronto de lo esperado.

Los norteños cumplieron cada una de sus palabras. Eran un pueblo rudo, pero no por ello agresivo con quienes les ofrecieron cobijo y alimentos para cada día. Se mostraron entusiasmados con sus enseñanzas, convirtiendo a todo hombre y mujer que lo desease en fuertes guerreros listos para la batalla. Los enseñaron a utilizar armas pesadas, armas hábiles y a pensar con rapidez cuando la situación se tornaba complicada. Beyond estaba al frente de todos, ofreciendo sus conocimientos a todo aquel que se prestó voluntario para embarcar hacia terreno oriental. Lawliet, a pesar de aquella sensación horrible que lo acompañaba, la desconfianza, el miedo... También tuvo cabida el orgullo en su corazón, convenciéndose a sí mismo de que quizás podrían alzarse con la victoria.

Las guerras seguían pareciéndole algo absurdo. La demostración de poder de los hombres por medio de matanzas y derramamiento de sangre nunca había sido de su entendimiento. ¿Por qué no podían convivir en paz? Salitre nunca fue partidario de las guerras entre hombres, a pesar de que por lo visto su difunto padre había sido un guerrero salvaje.