⸎ Valiente guerrero ⸎

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Extendió los dedos hacia la suavidad de aquella piel, rozando con ternura cada pliegue que encontró a su paso. Light jamás había dedicado tantos minutos a observar con suma atención a un Alfa. No hasta que conoció al rey Lawliet.

Tumbados bajo las gruesas mantas y pieles que los protegían del frío, el Omega se abrazó al cuerpo de su rey, besando con delicadeza el centro de su espalda. Amaba el aroma natural de Lawliet, la sensación reconfortante que se adueñaba de su cuerpo y alma cuando estaban juntos, unidos como si hubiesen nacido con aquel fin. ¿Cómo llegó a pensar que no necesitaba algo así en su vida?

Jadeó de una forma casi inaudible, sonrojado y sintiendo como el calor se concentraba en sus mejillas. Tímidamente, sonrió y enredó la pierna contra las del rey, buscando el roce que necesitaba. Lawliet se removió, un pequeño suspiro atravesó sus labios cuando se dio la vuelta y abrió despacio los ojos, contemplando poco a poco la mirada felina de su destinado.

―Es muy pronto para un despertar repentino ― susurró el Alfa, acomodando el rostro contra la almohada. Acarició los labios de Light, rozando con la yema de los dedos la humedad que los cubría.

El rey no necesitó una respuesta, porque incluso creyó poder escuchar el fuerte latido del corazón de su destinado, desbocado y ansioso, un estado del que había sido testigo en numerosas ocasiones. Se acercó más a Light y lo abrazó para comenzar a llenar de besos su sien y cuello, acariciando su cintura.

―¿Qué ocurre? ¿Un mal sueño?― preguntó, la voz ronca por culpa del despertar y sus movimientos más suaves que de costumbre.

Light negó con la cabeza, moviendo el rostro para poder atrapar con los dientes los labios de su rey, lamiéndolos de forma superficial justo antes de robarle un beso.

―¿Malos sueños durmiendo a tu lado? ― respondió, sonriendo y ronroneando cuando decidió morder con cuidado el cuello del Alfa ―. Contigo se acabaron.

―¿Entonces? ― murmuró Lawliet, dejándose hacer cuando el Omega tomó la iniciativa de colocarlo sobre su cuerpo, acunándolo entre sus piernas y jadeando al hacerlo.

Avergonzado y excitado, Light se mordió los labios y guió sus propias manos por toda la espalda del rey, descendiendo hasta hacer presión en sus glúteos para que lo rozase. Estaba más que claro lo que necesitaba.

―Tu celo... ― susurró el Alfa, moviéndose con insistencia sobre él hasta rozar ambas entrepiernas. Si Light estaba así cuando los síntomas acababan de comenzar, no podía imaginar como estaría dentro de unas horas.

Light se aferró con ahínco a las mantas, arqueando la espalda cuando Lawliet lamió y succionó su pecho, desnudándolo poco a poco. Gimió con intensidad, excitado y con todo el calor llenando cada fibra de su ser. Se avergonzó cuando se le escapó un pequeño ruego, desesperado por el cuerpo del rey.

Sus periodos de celo siempre habían sido un infierno. Escondido de los Alfas del camino, oculto hasta que el calor lo abandonaba y volvía a sentirse muy solo, alejado de los que lo rodeaban. De aquellos que solo lo veían como un animal inservible de raza oriental, de los que siempre habían sido considerados Omegas esclavos de una categoría inferior.

Los dedos del rey acariciaron la cara interna de sus muslos, deslizándose sinuosos hasta su entrada húmeda y lubricada. Se removió bajo el Alfa, besándolo con devoción y algo de obscenidad, sin reconocerse a sí mismo.

―Por favor ― suplicó entre suaves jadeos. Se tomó la libertad de agarrar la hombría de Lawliet, masajeando unos segundos hasta que fue el rey quien lo penetró de una sola vez, haciéndole sentir la plenitud que necesitaba.

Lawliet comenzó a moverse con fuerza, importándole poco si todo el maldito castillo se enteraba de lo que estaban haciendo. Sus instintos animales lo hicieron gruñir y jadear, ansioso, desesperado por marcar el cuerpo que tenía bajo el suyo. Se miraron a los ojos con intensidad; Light, con la boca húmeda y la respiración agitada era demasiado para él.

⸎ Elementales ⸎ (Death Note Yaoi AU- Omegaverse - Fantasía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora