Bienaventurados los corazones flexibles, porque no se romperán.
Roscoe Morgen
Mi madre es una persona persiste, demasiado. Me atrevería a decir que es una mujer escalofriante cuando se trata de sacar verdades.
Cuando eres niño, mentir se vuelve tu arma, mientes en tus calificaciones, mientes sobre las reuniones en la escuela, mientes sobre tus amigos, mientes sobre la comida, y muchas cosas más. Pero hay una cosa en la que mentir se vuelve una tarea imposible, chicas. Es difícil mentirle a tu madre sobre chicas, sobre tu vida amorosa en particular. Se siente como que entras a casa con un letrero gigante en la frente que dice; hoy conocí a una chica, la odio, es mi competencia pero, no importa- por favor mamá, ven a mi habitación a las cinco de la mañana, quiero que vengas a molestarme con preguntas, y sobre el supuesto brillo en mis ojos con el que entre a casa anoche.
-¡Mamá son la cinco de la mañana!-objeté somnoliento.
-Ya te dejé dormir suficiente, Roscoe –se excusó– Tú padre no sé cómo lo hizo pero, me convenció de aguardar hasta ésta mañana –añadió– No podía dormir, la intriga me estaba matando toda la noche–mencionó.
-¡Mamá tú tomas pastillas para dormir!-chillé indignado.
-Bueno sí, pero a veces no funcionan, como anoche-explicó acalorada.
-¿En serio? ¡Se escuchaban tus ronquidos, madre!-grité sarcásticamente.
-Yo te di la vida Roscoe, merezco una explicación, me la debes-replicó firmemente.
-¿Qué? ¿Hablas en serio?-mencioné exasperado.
-Mucho-espetó ferozmente.
¡No puedo creer que mi madre me obligue a levantarme a las cinco de la mañana!
¡Y absolutamente no puedo creer que me obligue hablar de Rachel!
......
Son las nueve de la mañana, estoy recién afeitado y duchado. Terminé tan suave como la piel de un bebé, y tan guapo como sólo yo puedo serlo. Me vestí con unos casuales Fit Jeans Athletic, una camisa blanca Tommy Hilfiger que me arremangué hasta los codos, y una chaqueta motera de cuero café. Me puse los tenis blancos Lacoste.
I'm Ready
Hace una hora terminé de hablar con mi madre sobre el brillo en mis ojos color miel. Está de más decir, que le dije a mi madre que parara su carro, obviamente el rímel le cayó en los ojos, porque no tengo ningún brillo especial respecto a Rachel Johnson.
No señor
......
-¡Madre aliméntame!-bramé al entrar a la cocina. Ella se encontraba frente a la estufa eléctrica, preparando un omelette. Huele sumamente delicioso.
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Pequeña Gran Competencia ©
RomanceRachel y Roscoe sentían lo mismo el uno por el otro; desagrado. La razón es sencilla, tenían muchas cosas en común. Sus mejores amigos; son hermanos. Son hijos únicos. Aman a sus padres. Ambos necesitan ganar dinero para reparar algo, ellos necesit...