"Conocerte fue como escuchar una canción por primera vez y saber desde el principio que sería mi favorita".
Rachel Jane Johnson
Rachel Johnson
-¡Buenos días, mamá! ¡Buenos días, papá!-
-¡Buen día, hija!-saludaron en unísono.
-Oye papá, al parecer mi computadora sufrió un altercado con algún tipo de sustancia desconocida en mi habitación, lo juro, desconozco parcialmente su contenido y quizá suene ilógico, pero, esta vez, no participé totalmente en el incidente-comenté al sentarme. Sin recibir respuesta, volví a intentarlo.
-¿Hola? ¿Papá? Mi computadora esta averiada. ¡Mamá, papá otra vez está jugando a que soy invisible!- grité para llamar su atención, estaban entretenidos cortando fruta para el desayuno.
-Rachel, busca un trabajo-dijo mi padre. -Esto ya ha pasado tres veces, primero fue la rebanada de pizza de mega extra queso derretido-.
Esa pizza valió cada centavo, era una delicia.
-No olvides que arrojó su mochila CON la computadora a la lavadora-agregó mamá. La miré con decepción, sentí la traición en mi pecho.
Ella susurró un "lo siento" y seguido un "te quiero". Le guiñé el ojo, de complicidad.
Que puedo decir era fin de semestre, quería darle un verdadero cierre a mis cuadernos, no recordé por un momento que el peso extra de mi mochila era de mi computadora.
-También cuando volcaste tu plato de cereal, de tazón grande-
Oh genial, olvidan donde dejan las llaves, qué comieron, lo que traían puesto un día antes pero, recuerdan todos mis desastres con la computadora. Ellos eran crueles.
- Vi uno de niñera en el periódico, cielito, deberías llamar. Hablaba de una excelente paga. Ya es momento de que te hagas responsable de tus pertenencias- dijo mamá después.
-Pee-pero yo no sé nada sobre ser niñera. Además, los niños de ahora están LOCOS. Ya no creen en el coco, ya no creen en Santa! ¡En Santa! ¡Por Dios, yo aún creo en él-le guiñó un ojo a mi padre, quién refunfuña un mentirosa. -Los niños de hoy son versiones clonadas de mi pobre diablito, no puedo pensar si quiera la posibilidad de cuidar niños que podrían arrancarme un brazo, ¿quieres eso, mamá?-.
-¡Rachel! Déjate de tonterías y llama ahora-gritaron mis padres. Rieron por la coincidencia, y los escuché decir algo sobre almas gemelas.
-No son graciosos-contesté irritada.
-Sí lo somos-dijo papá mirando a mamá, mientras ella preparaba Hot-Cake. Mis padres comenzaban a darme cringe.
-¡No, no lo son!- grité, para después marcharme a mi habitación con el periódico en la manos. Desayunaría después.
---------------
Liam Roscoe Morgen
Roscoe Morgen
-¡Hey, papá! Necesito plata para reparar mi motocicleta-mencioné al entrar al comedor. La mesa estaba repleta de deliciosos platillos para el desayuno.
Como todas las mañanas en esta casa.
-Es "tu" moto, Roscoe, busca la plata tú- respondió sin alzar su vista. Era todo un hombre de negocios, directo, distante y adinerado hasta más no poder. Todos los días repitiendo su lema "Donde hay una empresa de éxito alguien tomó alguna vez una decisión valiente". Mi madre debe estar muy cansada de escucharlo, no me sorprendía que se quedará en la cocina en las mañanas.
-¿Cómo diablos voy a conseguir la plata si tienes mis tarjetas congeladas? ¿Asaltando al maldito banco?-respondí con sarcasmo. Intenté reprimir la sonrisa. Mi padre odia el sarcasmo.
-No me sorprendería, tienes el vestuario, los antecedentes y yo podría regalarte el pasamontañas. No me molestaría tomar unas vacaciones de ti cuando te lleven a la correccional- mi risa cesó, realmente odia el sarcasmo, que lo aplique en este momento me da una idea de lo serio que es esto. –Busca un empleo. Hablo enserio, tu mamá está de acuerdo.
-¿Qué? ¿Mamá es cómplice de esto?- él asintió.
-Mientras tanto por nuestra parte no habrá más dinero y tus tarjetas seguirán congeladas. Mira en el periódico ofertas- dijo mirándome fijamente.
El periódico terminó en mis manos. Mi padre se levantó de la mesa, arregló su corbata, me dio una última mirada y se marchó con ese estúpido maletín.
¿Un empleo yo? ¿Es que mis padres ahora intentan ser graciosos?
-No lo son- tomé el periódico y me marché a mi habitación. Al diablo el desayuno.
†Hola bellos lectores†
Esta es mi primera historia, sé que tiene fallas ortográficas, las arreglaré no se preocupen, estoy emocionada con esta bellísima historia y espero todo su apoyo.
He cambiando el nombre del protagonista +_+
Besos ∞
ESTÁS LEYENDO
Pequeña Gran Competencia ©
RomanceRachel y Roscoe sentían lo mismo el uno por el otro; desagrado. La razón es sencilla, tenían muchas cosas en común. Sus mejores amigos; son hermanos. Son hijos únicos. Aman a sus padres. Ambos necesitan ganar dinero para reparar algo, ellos necesit...