Rachel y Roscoe sentían lo mismo el uno por el otro; desagrado.
La razón es sencilla, tenían muchas cosas en común.
Sus mejores amigos; son hermanos.
Son hijos únicos.
Aman a sus padres.
Ambos necesitan ganar dinero para reparar algo, ellos necesit...
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"Yo creo que nada sucede por casualidad ¿Sabes qué? En el fondo las cosas tienen su plan secreto, aunque nosotros no lo entendamos"
La sombra del viento - Carlos Ruiz Zafón
Rachel Johnson
Presentimiento. Sexto sentido. Intuición.
Llamará como lo llamará, no podía dejar de sentir un mal presentimiento. Traté de ignorar el sentimiento pero, tener al delincuente por un lado no ayudaba. El idiota parecía tener unos años más que yo, probablemente uno o dos. Nunca lo había visto, en todo caso lo recordaría, su rostro no parecía fácil de olvidar por no decir todo él-Y ahora que rayos estoy pensando.
Concéntrate Rachel, el delincuente parece tener un plan. Si ese maldito cree que por algún momento que me ganará, está totalmente equivocado.
Lo descubrí mirándome de reojo, sólo me guiño el ojo y regresé la vista a la casa. Tenía una postura incomoda, lo sé porque yo tenía la misma. Desde que la Sra. Harrison nos invitó a pasar todo se volvió tenso. Ella fue muy amable al recibirnos, nos saludó con –¡Hola! ¿Cómo están? Yo soy Sarah Harrison, la mamá de los mellizos que uno de ustedes cuidará.
-Tú debes ser Rachel Johnson. Conocí a tu madre, es una mujer encantadora, dale mis saludos- asentí en respuesta.
-Y tú eres Roscoe Morgen, hablamos ayer para la entrevista, ¿cierto?-Con que se llama Roscoe. Su nombre...¿dónde lo he escuchado?
El tipo titubeó un sí.
-Me sorprendió mucho, no esperaba resultados de varones para el puesto pero, tuve una corazonada, ¡y mira! ahora te encuentras aquí.- Sonriendo nos invitó a pasar, ella iba por delante. La seguimos de cerca pero, inevitablemente viendo todo a su paso. La casa tenía elementos básicos que aportaban calidez y confort al ambiente, las paredes pintadas de colores claros, blancos, beige o grises, con contornos suaves, los muebles eran rústicos pero sencillos, todo era un aura sencillo, que transmita paz y tranquilidad. La casa emanaba felicidad, amor, familia.
¿Estoy realmente en casa de los mellizos Chucky's Harrison?
Esperaba algo más tétrico, ratas en el suelo, agujeros en la pared, un zombi de mascota, estacas por todas partes, un portal al inframundo.
Y que es lo que obtengo, conejitos en la pradera, paredes impecables, una pequeña replica de la casa construida con legos, dos coches eléctricos para niños, reconocía una Ranger Ford Licensed, color azul metálico y un Mercedes-Benz S63 AMG color rosa.
-Perdonen el desastre, ya saben, son vacaciones. Los niños desordenan demasiado durante este tiempo- murmuré -sí claro, entiendo-. La casa estaba más impecable que una de las habitaciones blancas de un hospital psiquiátrico, y por desastre creo que se refería a una partícula de polvo donde viven los Quién.
