~Ellos ganarán~

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Si la vida fuera una prueba de resistencia, yo habría perdido hace mucho tiempo. Perder es la forma más conveniente de encontrar el éxito. 

Roscoe Morgen

Hace más de una hora desde que inició la última prueba, hace más de una hora y todo el campamento seguía sentado en las gradas viendo a los participantes enfrentar y resolver sus acertijos. En el centro del recinto había un proyector conectado a una computadora que transmitía a tiempo real videos de las cámaras que se encontraban ubicadas por todo el Golden Camp. El tipo encargado de la computadora hacia todo lo posible para ofrecernos una imagen de los participantes, de seguirlos con las cámaras. Obviamente había momentos en los que perdían hasta que otra cámara los enfocará, pero solo fueron unos segundos. Por el momento, parecía que solo dos participantes se encontraban en el último acertijo.

–Lo están haciendo muy bien–murmuré a nadie en especial.

–Por supuesto que sí, mi mejor amiga está jugando–exclamó Emily con alegría.

Su actividad era de sincera felicidad, pero su ansiosa forma de morderse las uñas me dijo que estaba realmente preocupada.

–Yo diría que el crédito es para mi hermano–espetó la melliza. Parecía que no podía controlar a su inquieta mano que jugaba con la punta de su coleta de cabello, podía ver pequeños rastros de cabellos en su mano de lo mucho que había jalado.

Busqué con mi mirada a mi mejor amigo, quien me sorprendí al encontrar totalmente dormido en la grada, mientras recostaba su cabeza en un señor barbudo a su lado. Ethan, tenía una palomita a medio comer en su boca y podía ver saliva querer salir de su boca semi abierta, el señor barbudo a su lado parecía molesto y movía su hombro constantemente para despertar al intruso en su hombro.

Todos parecíamos muertos de preocupación, y él estaba tan tranquilo durmiendo su quinto sueño.

-Chicas no se preocupen, ellos lo están haciendo muy bien. Confiemos que ellos ganarán–expresé sereno. Estuve tranquilo hasta que las vi asentir.

En la pantalla me encontré con la imagen de Rachel y Miles en el carrito de golf mientras se dirigían al sendero de la Laguna. Estaba preocupado por ellos, entendía que se dirigían a su última prueba para encontrar el tesoro, a un paso de ganar, sin embargo, ellos iban hacia la Laguna que no era un lugar muy seguro y era arriesgado, algo podría pasarles. Lo único que me hizo quedarme sentado en las gradas fue el pensamiento de que la escuela no arriesgaría a pequeños niños por nada del mundo, posiblemente estas pruebas eran supervisadas por alguien o había tipos de seguridad escondidos por ahí para cualquier emergencia.

Sorprendido noté que los otros participantes también se dirigían por el sendero de la Laguna, definitivamente el tesoro de encontraba allí. Rachel y Miles le llevaban unos minutos de ventaja, espero que los suficientes para ganar.

–El cielo está muy nublado–señaló una señora detrás de mí. Miré hacia arriba y ella tenía razón, el cielo se había pintado de un gris triste y el aire que soplaba daba la impresión sombría, definitivamente llovería en el cualquier momento.

Los chicos acababan de llegar a la Laguna, al inicio del muelle se encontraban sujetados tres botes de madera, pitados de amarillo por fuera. De ellos sobresalían dos remos y al parecer dos chalecos salvavidas. Poppins se adentró a uno, y después ayudó al pequeño mellizo a subirse, ambos se colocaron el chaleco con demasiada prisa. Por el otro lado, los participantes que los seguían de cerca también llegaron a la Laguna, mientras ellos dejaban el carrito estacionado, Rachel soltaba la soga que mantenía al bote pegado al muelle. Con mucha rapidez tomó un remo y con este se impulsó para adentrarse al agua sin una pizca de duda.

Pequeña Gran Competencia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora