~Confiar en ellos~

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Estaba huyendo de mí mismo. Y lo peor de huir de uno mismo, es que no había ningún lugar en el que poder esconderse – Olga Salar.


Roscoe Morgen

A quién engaño, ella tiene la sonrisa más bonita del mundo.

Y sí, me retiré como un cobarde, porque sé que en el fondo, y no tan profundo, no la merezco.

Aún tengo miedo, Grace.

No sé cómo se siente una persona con el corazón roto, porque a decir verdad jamás me he enamorado perdidamente de alguien, pero, cómo me siento ahora es lo bastante malo como para imaginármelo. Y esto me hace preguntarme si el amor vale la pena, en realidad, ¿Vale la pena dar un salto al vacío? Porque eso es el amor. Un vacío, un lugar directo a lo desconocido, sin retorno ni salida.

.....

–Roscoe, ¿dónde estabas?–preguntó Marly al verme acercarme.

Había decidido dar un pequeño paseo por el campamento. Después de unos minutos aclarando mis pensamientos reuní el coraje necesario para volver a la competencia, aunque en el fondo sabía que cuando la viera todo mi coraje se esfumaría.

–Eh...por ahí–respondí evasivo.

–Tienes suerte, la última prueba aún no comienza–anunció con entusiasmo la hermana de mi mejor amigo.

–¿Por qué?–cuestioné curioso.

–Parece que la víbora hueca de Beverly no ha llegado, tampoco ese niño raro, Blake–respondió la melliza.

Asentí.

–Lo juro, hubiera pagado lo que fuera por ver sus caras esta mañana–confesó Ethan.

Las chicas se miraron entre sí, en sus caras se dibujaba una sonrisa parecida al gato Cheshire, de Alicia en el País de las Maravillas.

–Ustedes escoden algo, ¿Qué es? –cuestioné curioso.

–Oh, nada malo, lo juro –confesó Emily. –Digamos que dejamos olvidada una cámara dentro de la cabaña, que casualmente se encontraba en la posición correcta para grabar las expresiones de nuestros competidores.

–Que cosas no –se mofó Marly.

Ethan chocó los cinco con el dúo que reía gustoso.

–¿Qué pasa, Roscoe? Pareces consternado –soltó la hermana de mi amigo. La melliza y Ethan giraron a verme, me sentí expuesto.

–No tengo nada, mejor enfoquémonos en la prueba. No tardará en comenzar –contesté a la defensiva.

Antes que siguieran con más preguntas caminé directo al recinto donde se llevaría la prueba, dejándolos detrás de mí.

.....

La tercera prueba consistía en descifrar un acertijo, que de alguna forma sería el mapa para encontrar un tesoro, y dando la victoria al que logrará.

Confiaba mucho en Rachel y el pequeño mellizo pero, tenía una sensación extraña en el pecho que no me dejaba tranquilo. Sabía que en el fondo estaba preocupado por ellos, la prueba requería más que un par de chicos inteligentes, porque tenían que seguir una pista que implicaba alejarse del campamento hasta encontrar el tesoro, y eso me molestaba y preocupaba. Odiaba que se expusieran y no poder ayudarlos.

Odiaba perder de vista a Rachel y a Miles

El recinto estaba lleno de otros pequeños niños y sus padres. Todos parecían emocionados, y algo impacientes. Al parecer la escuela se encargó de colocar varias cámaras de video alrededor del campamentos, para que de esta forma todos tuviéramos noción de lo que pasaba con los concursantes a través de unos proyectores que trasmitían en vivo a unas mantas blancas en el centro del recinto. Parecía que estuvieras presenciando una escena de los juegos del hambre dónde apreciamos como los tributos se mataban entre ellos. Un escalofrió me recorrió entero solo de pensarlo.

–Espero que esas cámaras no grabaran lo que pasó anoche–escuché decir a Ethan.

–Descuiden, tuve la brillante idea de preguntarle al que aún no es novio de Rachel acerca de eso.–mencionó Mily. Todos la miramos. – Las instalaron esta mañana, después de nuestra broma.–acabó.

¿Al que aún no es novio de Rachel? ¿Hablaba de Lance?

Escuché los suspiros de todos de alivio.

Una palmaba en mi espalda me despertó de mi ensoñación, era Ethan. Me brindó una sonrisa de ánimos, y con un gesto de su cara me indicó que siguiera caminando como todos los demás. Asentí y los seguí de cerca. Los chicos habían encontrado un lugar perfecto para ver todo en perfecto detalle. Podía ver en el centro del recinto a los tres concursantes con sus respectivos tutores, todos parecían nerviosos. Había una mesa baja en el centro, en donde se encontraba una caja totalmente negra con una abertura encima. Un tipo de barba que tenía una cámara estaba grabándola y esta se proyecta en vivo. Al parecer cada concursante sacaría un acertijo de la caja introduciendo su mano dentro de ella. Giré mi mirada hacía Rachel y el mellizo. Estaban mirando la caja al igual que yo, un segundo después la chica de ojos azules debió sentir mi mirada porque giró la vista hacía mí. Le dediqué una sonrisa que pudiera trasmitirle confianza, y guiñé mi ojo con algo de burla. Tal vez le ayudé a quitarse esa capa de miedo que carga. Ella meneó la cabeza con risa y moduló con su boca un típico...idiota. Iba contestarle cuando el sonido de un micrófono siendo probado hizo acto de presencia, al escenario de acercaba la directora para dar inicio a la tercera prueba.

–Buenos días a todos mis pequeños estudiantes, a todos los padres de familia que nos acompañan, y al personal del prestigioso Preschool Golden Seed. Me enorgullece formar parte de esta enorme organización que son las Olimpiadas Golden Seed, debido a la responsabilidad, disciplina e inteligencia que nuestros estudiantes han presentado–manifestó la directora.–Hoy sabremos quién se lleva la victoria, en la etapa de conocimiento de las Olimpiadas. Pero recuerden niños, todos son ganadores. Sin más que decir, pasen uno por uno al centro y tomen un papel que contendrá el acertijo que los llevará al tesoro.

Los concursantes hicieron caso a la directora, cada uno tomó un papel de la caja. Aún no podían abrirlo así que regresaron a sus puestos. La directora volvió a hablar.

–Concursantes abran sus papeles cuando la campana suene, no antes.–ordenó la mujer.–Y recuerden sean estratégicos, inteligentes y rápidos. Pero no olviden divertirse.

Rachel y Miles asintieron de acuerdo a la directora. La bruja de Beverly rodó los ojos al comentario de su madre y el pequeño desaliñado de Blake apretaba con fuerza su puño, dónde se encontraba el papel que contenía el acertijo. La otra concursante, Analisse, apretaba con fuerza la mano del que parecía su abuelo. Todos estaban listos.

No tardó mucho cuando pude escuchar claramente el sonido de la campana, dando inicio a la última prueba. Fijé mi vista en Miles, quién desenvolvió su papel rápidamente para leerlo junto a Rachel. Los dos se miraron al instante. No pude leer sus rostros, pero cuando comenzaron a caminar juntos lejos del recinto confié en ellos y en qué lograrían ganar.

Ahora solo tenemos que esperar mientras vemos a dónde se dirigen.

†Hello my little golden seeds†

¡Disfrútenlo, volveré pronto!

|Adri out|

Pequeña Gran Competencia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora