Una vez al año es lícito hacer locuras.
Rachel Johnson
-¡Familia Harrison! ¡Niñera de los gemelos Harrison!-grité después de leer el anuncio. Es una pésima idea, estos niños son el diablo personificado en pequeños cuerpecitos angelicales. Hay rumores sobre ellos, muchas travesuras para sus pequeñas mentes. Todas las personas coinciden en los mismo, cuídate la espalda.
Salí rápidamente de mi habitación, llevándome conmigo el periódico. Llegué hasta el comedor y vi a mis padres preparando la mesa.
-Hija, que bueno que bajas, justo iba a llamarte. Está listo el desayuno, siéntate-dijo mamá cuando vio que me acercaba. Tomé asiento, orillé mi plato y coloqué el periódico en la mesa, justo en la página del anuncio. Esperé a que mis padres se sentaran en sus respectivos lugares.
Realmente el comedor solo es para cuatro personas, solo somos mamá, papá y yo. Soy afortunadamente y desgraciadamente; en la misma cantidad, hija única. Fue cuestión de tiempo, ambos estaban ocupados en sus trabajos, pues mis padres buscaban la mejor estabilidad para mí, así que, dejaron los años correr y a mí me dejaron la oportunidad de tener un hermano pero, no puedo quejarme, he sido demasiado consentida.
-Papás, se los juro, leí el anuncio sobre el trabajo de niñera, parece una buena opción y estuve muy tentada.
-Peeero-dijeron ambos mirándome.
-¿Familia Harrison? No solo tendría que cuidar a un niño, no nada de eso, tendría que cuidar a los gemelos Chucky's, preferiría vender un riñón para pagar mi computadora, jamás me atrevería a llamar-.
-Rachel, son sólo niños, son solo unos angelitos. Te puedo asegurar que no son lo que todo mundo se encarga de rumorear pero, no te preocupes que mientras encuentras a quien venderle el riñón, trabajarás de niñera. Ya que dices no atreverte a llamar, yo me he encargado de hacerlo-dijo mamá- Tienes una entrevista de trabajo mañana, con la Señora Harrison.
-Irás.-ordenó mi padre, antes de que replicara.
-Bien, iré. ¿A qué hora es la dichosa entrevista?-pregunté sin dirigirme en concreto alguno de los dos.
-Es a las 2:00- me contestó mamá.
Asentí en su dirección para después comenzar a desayunar.
Sólo es una entrevista...además, deber haber alguien más loco y más calificado que yo, lo que hará que no termine contratada. Espero.
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-Saldré a casa de Emily, regreso pronto- dije al pasar por la sala, donde se encontraban mis padres viendo una película. Seguí caminado y antes de abrir la puerta alcancé a escuchar un -Está bien, Cielito- de mamá.
Emily es mi mejor amiga desde que tengo memoria, fuimos juntas al preescolar, y desde entonces somos como hermanas, siempre en el mismo salón, inseparables hasta ahora en la prepa, es la única a la que puedo recurrir para que me ayude con el asunto de niñera. Su casa queda a unas tres cuadras de la mía, lo que es genial por este tipo de emergencias. Aproximó mi paso cuando veo la casa de Emily.
Llegó a la puerta y toco dos veces el timbre; la primera vez largo y la segunda corta. Es la señal de emergencia que ambas designamos años atrás.
Escuchó un -¡Espera, Rachel! Quítate, Ethan, tenemos un 3312- desde el interior y un -Estás loca- en respuesta a su hermana. La puerta se abre dejándome ver a una Emily alterada.
-¿Estás muriendo?-preguntó un segundo después.
-¿Qué?- contesté a su extraña pregunta.
-¡Dios! Lo estás. No puedes marcharte, Rachel, tienes que resistir, no vayas a la luz mala amiga- siguió hablando, intenté decir algo pero, no me dejaba.
-Emily...-la llamé sin recibir su atención.
-Emily...oye- seguía replicando sobre lo joven que me marcharía, y a quién le dejaría mis cosas más preciadas. Efectivamente, está loca. Me acerqué a ella y la zarandee.
-¡EMILY! ¡BASTA!- por fin obtuve su atención. Ella me miro más tranquila.
-Lo siento, Rachel. Sabes que me inscribí a teatro, y mi maestra me dijo que me falta convicción, así que, tomó cualquier oportunidad para practicar, pero dime la emergencia-dijo serena.
-Bien...esto es lo que pasa....-Le conté acerca de la tragedia que le ocurrió a mi computadora, ella rio de mis des fortunios. Luego, le conté acerca de la idea de mis padres de buscar trabajo y, por último, sobre la entrevista de trabajo que organizó mi madre para ser niñera de los gemelos Chucky's Harrison. Se alteró otra vez y comenzó a susurrar sobre que se avecinaba mi muerte. Y la verdad es que yo también estaba preocupada sobre cuidar a esos niños.
Solo esperaba no aprobar la entrevista dichosa y no ver mañana a los niños.
-Pues como dicen en el teatro, rómpete los brazos-dice con evidente sátira.
-Es rómpete la pierna- contesté con sarcasmo.
-¡Oh, Jane! Sabes que lo digo de broma, aunque seguramente esos niños no dejen nada de ti-dijo con burla.
-¡No me digas, Jane!- grité en su dirección.
-¡Jane! ¡Jane! ¡Jane!- gritó mi segundo nombre seguidas veces, mientras reía por mi cara de enojo.
-Corre- dije de lo más calmada, mirándola a los ojos.
Su risa se apagó y comenzó a titubear –E-ee-ra bro-oma, lo sabes ¿no? ¿Rachel?-.
-Uno-comencé.
-Maldición, oh no, no, no- Emily se levantó del escalón de su pórtico, la vi templar.
-Dos-seguí.
-Me das miedo, Rachel- gritó mientras corría.
-Tres-terminé. Me levanté de un salto y la perseguí. No tardé mucho en alcanzarla, me arrojé a ella, ambas gritamos, para después terminar en el césped del patio. Comenzamos a reír. Nos levantamos justo para ver como su hermano salía de casa y se acercaba.
-Pensé que estaban matándolas, ya veo que no...una lástima-dijo al acercarse. Ethan es así con ambas pero, sé que en el fondo me estima tanto como a su hermana. Ellos en verdad tienen una buena relación de hermanos. He llegado a envidiarla, de buena forma claro.
-Que gracioso, Ethan- respondió Emily a su hermano.
-Es broma, Mily. Estoy seguro que Rachel te salvaría de un ladrón, solo tiene que tirarse sobre él, como lo hizo hace un momento. Es genial y lo tengo grabado por si quieren revivir el momento. Tendrá muchas visitas en YouTube-.
-Ethan- gritamos en unísono.
-Ya pesadas, que es broma. Por cierto, saldré a casa de un amigo, quédate en casa, Mily.
-Bien-dijo Emily. Ethan se marchó en su auto.
Estuve hasta las siete con ella, me despedí y después me marché a casa.
Una vez en mi casa, cené con mis padres. Mamá dejó mi ropa para la entrevista lista en mi cuarto, me hizo prometerle que asistiría, cosa que hice. Se marchó un segundo después y terminé sola en mi habitación. Me despojé de mi ropa y me puse la pijama.
Esa noche me acosté temprano, pero no dormí mucho.
†Hola bellos lectores†
Soy nueva con esto de las historias, pero aquí vamos. Directo a la aventura.
Besos∞
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Pequeña Gran Competencia ©
RomansRachel y Roscoe sentían lo mismo el uno por el otro; desagrado. La razón es sencilla, tenían muchas cosas en común. Sus mejores amigos; son hermanos. Son hijos únicos. Aman a sus padres. Ambos necesitan ganar dinero para reparar algo, ellos necesit...