La azafata daba la indicación que era momento de aterrizar, los pasajeros se preparaban para poder alistar lo necesario para tocar tierra y hacer lo menos tiempo posible. Londres; a pesar de no ser una ciudad tan ruidosa como lo era Nueva York también tenía dificultades a ciertas horas en el tráfico. En ese momento el vampiro pelinegro solo observaba a su nueva clienta mientras dormía.
Miraba sus parpados cerrados, su boca moviéndose lentamente asi como también las mejillas que se estiraban en una sonrisa como consecuencia de haber tenido un placido sueño. Sonrió para si mismo preguntándose sobre la última vez que habia visto a una chica con su verdadera cara por las mañanas, pues en definitiva, todas siempre estaban arregladas y procesadas para impresionarlo.
--Buenos días Jefa--- Anunciaba con suavidad el vampiro.
La castaña abría los párpados lentamente teniendo como primera imagen la cara del pelinegro. Sin querer, se detuvo en sus grandes, expresivos y exóticos ojos azules y en su boca tan perfectamente delinieada, carnosa, hacía juego a la perfección con su piel pálida, como si rara vez fuera tocada por el sol.
Abrió los ojos mientras que los demás se le quedaban mirando con ceño fruncido, por lo que inmediatamente miraba al chico preguntándole sobre el motivo. Sin embargo Damon tomaba un espejo para colocarlo frente a ella sosteniendo todavía esa sonrisa triunfante que lo caracterizaba.
--¡Mierda!—Soltaba la chica fijándose en su cabello enmarañado, abultado, parecía que un par de gatos habían estado bailando encima suyo destruyendo y enredando todo a su paso.
-¡Mi cabello!—Miraba a todos quienes escondían las miradas disimulando atención en sus tabletas electrónicas. Miraba al pelinegro y se sentía ruborizada, expuesta, asi que no tuvo mas remedio que dirigirse al tocador de mujeres para retocarse lo más posible a pesar de la ligera turbulencia del aterrizaje.
Damon miraba a los demás y les sonreía descaradamente señalándola.
--¿No es un amor?, Estoy loco por ella—Se recargaba en el respaldo enarcando una ceja mostrando sus dientes blancos.
Bajaron por fin del avión esperando ser recibidos por la tan ya rutinaria fila interminable de la aduana. Los tramites como en todo lugar eran excesivamente tardados y las personas ansiaban que se acortara para acabar con todo eso para descansar. Hermione tenía sus maletas listas; en total, eran cinco repletas de lo necesario para estar en los terrenos que tan bién conocía. En cambio Damon solo llevaba uno con un par de cambios necesarios considerando comprarse un guardaropa nuevo totalmente europeo y contemporáneo pensando asi impresionar a sus nuevas clientas después de Hermione.
-¿Tienes todo?—Preguntaba ella
--Si
--Pasaporte?
--Si
--Documentos de la aduana.
--Si
--Tu traje para la boda.
--Si… pero ¿No me preguntarás por mi gato?
Ella se detenía, ya que estaba a punto de preguntárselo, tan solo suspiraba un poco mirando alrededor esperando no encontrarse con nadie en especial. Si bien habia notificado su llegada a sus padres no deseaba que acudieran por ella, pues todavía tenía mucho que hacer respecto a su nuevo "prometido".
--¿Te puedo hacer una pregunta Hermione?
--Claro, la que gustes, pero ahora debemos abordar un taxi, de seguro mis padres nos están esperando aunque te advierto que son conservadores por lo que te buscaremos un lugar para que te instales—Decía revisando el bolso para sacar su celular a toda prisa.
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Amor de Alquiler
FanfictionHermione Granger es ahora una publicista reconocida en la gran Manzana, despues de haber tenido el grado academico mas alto en el colegio Hogwarts de Magia y Hechiceria ha decidido aventurarse a su lado muggle explotando sus capacidades. No solo ab...