Los rayos del sol comenzaban a colarse por los espacios que permitia el cristal de las ventanas y por las que las cortinas no podían contrarrestarlas, cada uno de ellos emitia un calor impresionante como señal que era momento de levantarse. Siendo las diez y media de la mañana hora de Londres todas las personas comenzaban a salir de sus casas para acudir a sus eventos religiosos o simplemente para visitar a las familias; en especial a los abuelos que vivían en los suburbios mas tranquilos.
Damon hizo un gesto de incomodidad al sentir el primer rayo de sol tocar su rostro, daba gracias a su instinto de jamás quitarse el anillo de lapislázuli para poder enfrentar a ese mounstro de color amarillo y naranja del que todos los vampiros temían. Con un quejido gutural se comenzaba a mover de la cama sintiendo que realmente estaba pegado a las sabanas abriendo despacio uno de sus ojos para darse cuenta que habia por fin amanecido.
Se sorprendió sobremanera al tener una mano en su desnudo torso ajena a la suya, pues esta misma de color ligeramente tostado, menudita, delicada y engalanada con un anillo de compromiso acariciaba su abdomen blanquecino. Miraba con dificultad que no habia dormido solo, su cabeza no tenia afortunadamente los efectos de la resaca gracias a su condición vampirica por lo que podía comenzar sin ningun problema sus actividades diarias.
Ese cuerpo, esas manos y ese cabello mezclado con el suyo eran los de Hermione, quien estaba mas dormida que una roca a pesar de ser casi las once de la mañana. El pelinegro daba un largo suspiro sintiendo que su corazón salía de su propio pecho, pues anteriormente, y a pesar que habia dormido con varias mujeres no se habia sentido tan pleno, tan feliz, tan deseado pero sobre todo tan amado por primera vez lejos de su estirpe Salvatore.
Sutilmente conducía su mano a la de la castaña para acariciar despacio su brazo; con las yemas de sus dedos daba pequeños toques sonriendo traviesamente deseando aletargar ese momento, miraba el reloj de pared que tenia al frente y anhelaba que las manecillas retrocedieran un poco para disfrutar ese espacio tan intimo con ella. Cerraba sus ojos para aspirar el aroma a lavanda que emanaba de su cabello castaño, y a su vez, miraba el rostro de aquella mujer tan especial que sin planearlo siquiera habia ganado mas que su compañía.
Miraba primeramente sus pestañas, espesas, curvadas hacia atrás, asi como también los parpados que se contraían un poco negándose a despertar. Contemplaba su boca, era menudita, carnosa, algo rosada con algunos restos de labial de la noche anterior; pues como era lógico, la borrachera no permitia el espacio para despojarse del maquillaje.
Pudo percibir el aroma del perfume impregnado en su piel mezclado con el alcohol de las margaritas, y lejos de parecer aberrante, era tan delicioso que podía quedarse grabando ese olor en su memoria para toda la eternidad. No deseaba pensar en los próximos cuatro días que le quedaban a su lado, se imponía la idea de ese compromiso falso que su mente convertía en una realidad absoluta. Se imaginaba despertar cada dia en los brazos de esa castaña, observar la forma en la que se despertaba todos los días apresurada por no llegar tarde a su trabajo, escuchar cada una de sus quejicas sobre el trafico pesado en Nueva York haciendo a su vez rabietas por la calefacción del agua en el diminuto apartamento.
Damon, muy en el fondo, deseaba ese tipo de vida.
Se acurrucó un poco mas dándose cuenta que ambos estaban semidesnudos; él tan solo con un bóxer untado a sus caderas resaltando el enorme bulto que portaba entre las piernas, y ella con una pantaleta color rosa palido que casi se confundía con su tono de piel, las bragas de satin que hacían juego cubrían sus senos medianos que por la posición se apretaban uno contra otro.
Sin que se diera cuenta, el pelinegro tomaba despacio el brazo de la chica para acomodarlo sobre su pecho, evitaba siquiera respirar para no despertarla y asi mismo poder entrelazar sus fuertes piernas con las de ella para tener mucho mas contacto con su piel. Su brazo libre tomaba lentamente la cintura para pegarla mas a su cuerpo y de esa manera parecer que habían dormido como unos locos enamorados.
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Amor de Alquiler
FanfictionHermione Granger es ahora una publicista reconocida en la gran Manzana, despues de haber tenido el grado academico mas alto en el colegio Hogwarts de Magia y Hechiceria ha decidido aventurarse a su lado muggle explotando sus capacidades. No solo ab...