No había tiempo de decidir entre lo correcto y lo fácil, ni si quiera comprendió el motivo que la orillara a buscar ayuda de aquel que precisamente en su momento fue capaz de romper su corazón en añicos. Salía de su casa aún a oscuras topándose con los ojos socarrones y triunfantes de ese rubio platinado que todavía buscaba la manera de regresar el idilio.
Aún con las manos en las bolsas, Draco Malfoy no dejaba de tener una actitud petulante y engreída sosteniendo el argumento "Ella todavía me necesita". Todo aquello era absurdo, lo sabía, tan irracional que se orillaba a pensar que en algún momento de aquel dia comenzaba a perder la razón y la ecuanimidad que la caracterizaba. No le importaba, pues a casos desesperados las medidas debían tomarse de la misma manera.
Dio un gran respiro sin abandonar todavía el umbral de su vivienda, observó de manera tranquila a su ex novio quien sostenía entre su boca un cigarrillo. Desviaba levemente la mirada y aunque no estuvieran juntos, todavía le parecía tan hermoso y sensual cuando se comportaba de esa manera tan socarrona. Draco Malfoy vestía unos vaqueros azul petróleo, una camisa del mismo color más tenue de manga corta y unos zapatos deportivos blancos. Aquel hombre platinado había cambiado las ropas formales con las que calcaba la imagen de su padre por algo más convencional y cómodo como la vestimenta muggle.
---Debo decir que me extraña que me hayas llamado Hermione—Daba una calada a su cigarro. Soltaba el humo despacio sosteniendo su típica y ganadora sonrisa.
--De acuerdo a nuestro ultimo encuentro me diste a entender que no querías saber nada de mí—La observaba. --¡Que cambiante eres!
Hermione no decía nada, sabía perfectamente que el haber recurrido al rubio significaría una sarta de reclamaciones discretas y burlonas de su parte. Mordía su labio inferior deseando dirigir sus manos al cuello del chico; estrangularlo lentamente hasta hacerlo callar, sin embargo lo necesitaba para poder encontrar a Damon. Para eso lo había llamado.
--¿Puedo pasar?—Preguntaba Draco con suficiencia.
--No
--Siempre soy bienvenido aquí, ¿Acaso no recuerdas la primera vez?
--Lo recuerdo, pero da la casualidad que es parte de mi pasado.
--¿Segura?—Arqueaba el rubio una ceja
--Completamente
--No lo creo—Draco tiraba la colilla del cigarro a lo lejos colocándose frente a frente de la castaña.
Hermione deseaba retroceder y estrellarle la puerta en la cara ante tanto cinismo de su parte, buscar otra manera de encontrar a Damon y olvidarse de una vez por todas que alguna vez estuvo enamorada de ese rubio engreído. Podía haber mejorado algunas cosas de su persona, pero indudablemente la esencia arrogante seguía permaneciendo intacta dentro de él como el tatuaje de mortifago que lo acompañaría hasta la hora de su muerte.
Con la palma de su mano detuvo el andar del platinado, se colocaba a mitad de la puerta ladeando su cabeza para mirarlo con determinación, con tranquilidad, sin un deje de preocupación o alarma de su parte. Draco no dejaba su actitud triunfadora, aún no se quitaba el agradable sabor de boca que le produjo la llamada realizada por la chica hace unas horas. Colocó su mano en el marco de la entrada acercando su rostro a ella deteniéndose como era su costumbre en esos ojos acaramelados, la palidez de sus mejillas a causa de la preocupación y unos labios carnosos que mataría por volver a besar.
--Se que no me has olvidado Hermione—Tocaba su mentón con suavidad, acercaba su rostro con la completa intención de besarla, sin embargo, la castaña evadía el arrebato adelantándose un par de pasos a las afueras de su casa.
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Amor de Alquiler
Fiksi PenggemarHermione Granger es ahora una publicista reconocida en la gran Manzana, despues de haber tenido el grado academico mas alto en el colegio Hogwarts de Magia y Hechiceria ha decidido aventurarse a su lado muggle explotando sus capacidades. No solo ab...