Debió admitir que no fue su mejor tarde, y por mucho que hubiese deseado terminarla junto a sus amigos de la mejor manera sencillamente la presencia de Draco complicaba las cosas; aun sentía el ardor en los nudillos de la bofetada que le habia propinado junto al sabor amargo de la ira al comprobar que efectivamente ese rubio se hacía el desentendido acerca de lo pasado. Decidió no hablar del tema, simplemente, no le apetecía, pues era como si regresara de nueva cuenta la sensación de esa noche al ver claramente el producto del engaño, de la traición, esa angustia que se agujeraba en su estomago al dar fe de la infidelidad de su antiguo amor.
Se encontraban camino a casa, y aunque hubiesen muchos temas de conversación sobre la tardeada de golf definitivamente las palabras se habían evaporado como el agua en un camino árido. El pelinegro aún se sorprendía de su arrebato anterior, jamás en toda su vida habia peleado por nadie, la última vez que lo hizo fue por esa mujer traidora llamada Katherine Pierce quien se llevo sus ilusiones convirtiéndolas en rencor y odio puro. Conducía con precaución, afortunadamente el coche no habia sufrido ningun raspón a pesar de estar expuesto sobre la calle contigua del bar donde habían estado.
El ruido se aminoraba, el trafico disminuía, la gente seguía pasando como si nada, pues el ritmo en Londres estaba descendiendo considerablemente para dar paso a un atardecer luminoso que se esparcía por las calles de esa ciudad tan hermosa. Las farolas se encendian al igual que las ventanas, mientras tanto la castaña no quitaba la vista del cristal, aun tenia en la mente ese beso tan sorpresivo, tan cinico, tan aberrante que le producían ganas de vomitar. No era que consideraba repulsivo al rubio, sino que era irreal pensar que podría arreglarlo con tan solo unir sus labios.
Damon no hablaba, no decía ninguna palabra por temor a ser reprendido por la chica, recordaba que las muestras excesivas de celos no estaban en el tratado de compra venta, se habia extralimitado, no estaba cumpliendo con el deber que se habia propuesto esa mañana. Si hubiese respetado sus propios preceptos se daría cuenta que no estaba cooperando en absoluto para ayudar a su clienta a recuperar al amor de su vida; después de todo a eso se dedicaba.
Hacía memoria sobre todas y cada una de las clientas que llegaban a su vida; recordó a una en especial, una señora de mediana edad rondando los cuarenta años quien habia contraído matrimonio cuando era mas joven, vente o veintiuno aproximadamente. No era tan popular en ese entonces pues su "negocio propio" estaba comenzando. Aquella mujer lo habia contactado ya que su marido habia caído en la monotonía, le habia contado que a raíz de adquirir una firma importante en un prestigioso bufet de abogados su trabajo comenzaba a consumirlo, y junto a el, su deber como hombre. Cada noche cuando llegaba del trabajo ella se colocaba su mejor lencería, la más provocativa, se ungía con paloma Picasso en zonas estratégicas para despertar sus bajas pasiones nocturnas y preparaba una cena especial cada que recibia una buena noticia sobre su nuevo trabajo. Aquel hombre estaba tan atiborrado de deberes, de citas, de reuniones laborales que habia ignorado completamente que tenía una esposa esperándolo en casa; cosa que siempre pasa hasta en las mejores familias.
Mientras el pelinegro observaba al frente dando un largo suspiro recordaba que ella le habia especificado sus requerimientos, deseaba que aquel esposo tan apático se diera cuenta que podría conseguir a otro hombre a falta de la atención de su marido. Damon habia aceptado, recordó que la suma acordada eran cinco mil quinientos dólares, sin sexo, pero los besos estaban permitidos hasta cierto punto. Cuando comenzaba las citas, aquella señora dejaba pistas a su esposo para que se diera cuenta que salía por la noche a visitar a unas "amigas", aunque despues de la llamada telefónica que le hacía antes de su hora de llegada dejaba un anónimo donde le indicaba el lugar, la hora, e incluso la descripción del hombre con el que salia. "Tu esposa te engaña", al menos eso leyó antes de mostrárselo.

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Amor de Alquiler
FanfictionHermione Granger es ahora una publicista reconocida en la gran Manzana, despues de haber tenido el grado academico mas alto en el colegio Hogwarts de Magia y Hechiceria ha decidido aventurarse a su lado muggle explotando sus capacidades. No solo ab...