17. Caótica noche.

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Habíamos quedado en salir a cenar a un restaurante no muy lujoso donde, según Dylan, tenían una buena comida que ofrecer. Aunque conociéndolo, con el solo hecho de que hubiera nuggets, para él ya era el mejor lugar.

Laney había estado ansiosa esperando la noche de hoy, y esa emoción era a causa de Alex.

Al inicio del día, estaba segura en cancelar la salida con los chicos, no porque no quisiera estar con ellos, sino porque no quería sentirme incómoda al ver a Dylan y Jane juntos.

Cómo había dicho, sin duda alguna lo hubiera hecho, pero después de pensar en mis amigos, no lo hice.
Comencé a sentirme mal por el hecho de pensar solo en mi en esos momentos, había estado pensando mucho en mí y en lo que me hacía bien y mal, tanto que comenzaba a pasar el tiempo mínimo o ya no ser la misma con todos ellos.

Dejé de pensar en que durante la noche la pasaría con Dylan y su novia, y comencé en pensar en que esta noche, estaría con aquellos que consideraba sin duda alguna como mis amigos, mis mejores amigos.
Comenzaría a hacerme a la idea de que Dylan y Jane estaban juntos como habíamos querido él y yo desde un principio, comenzaría a darme a la idea de que seguiría siendo su mejor amiga como siempre lo había sido, y por alguna razón, me sentí bien al pensar en ello.

Eso no quería decir que ya no sentía nada por él, porque aún seguía sintiéndolo. Solo que ahora, yo estaría con aquel sentimiento guardado, esperando a que algún día, de pronto desaparecía así como de pronto apareció.

Pero yo sabía que eso no sucedería.

(…)

El sonido del claxon avisando que Dylan y Alex habían llegado se escuchó. Como yo hubiera querido me podía haber ido en mi coche, pero como dijo Dylan, si sería una noche de amigos, teníamos que ir y venir todos juntos.

Tomé mi chaqueta del reposabrazos del sillón para luego abrir la puerta de mi casa saliendo de ella, cerrándola detrás de mí.

—Lista para esta noche de locura —comento Dylan bajando de su coche, al mismo tiempo en que Alex también lo hacía.

—Muy lista —dije divertida, acercándome a ambos para saludarlos.

—¿Y tu chico? —preguntó Dylan, mirándome.

Esa era otra de las cosas que había decidido ya no pensar. Sin rodeo alguno respondí que no se presentaría, porque esa era la realidad.

Dylan seguía mirándome, pero ahora fruncía el ceño mientras cruzaba los brazos. Sabía que estaba pensando mucho en mi respuesta, pero me había dicho a mi misma que, si Dylan volvía a preguntar quien era el chico, le diría la verdad, esperando a que todo siguiera como ahora y que no perjudicara nada entre él y Jane.

—Bueno, de lo que se perderá, según Dylan, la comida del lugar es de lo mejor —comento Alex sonriendo ansioso.

—Lo es —respondió Dylan con una sonrisa. Volviéndose a mi dijo—. Vamos.

Asentí sonriendo, haciendo que su sonrisa creciera un poco más.

—Bueno chicos ¡A divertirnos! —gritó Alex comenzando a bailar en medio de la banqueta, si a eso se le podría llamar baile.

Comencé a reír al momento en que Dylan se unía a Alex haciendo el mismo baile, llamando las miradas curiosas de las pocas personas que pasaban por aquí. Consciente de que, sin duda alguna, esta noche la pasaríamos bien.

(…)

Luego de media hora, no sin antes haber pasado a recoger a Laney y Jane, llegamos al restaurante.

Laney y yo nos miramos al ver el lugar. Era el mismo al cual Dylan y Jane habían venido a su cita, no me había dado cuenta durante el trayecto de que el camino que habíamos tomado era para traernos aquí.

Entramos pidiendo una mesa para todos; nos asignaron una quedando al lado del gran ventanal, el mismo desde donde habíamos espiado la cita de Dylan.

Él pareció recordarlo porque volteó a verme con una sonrisa divertida al momento en que todos nos sentábamos.

Dylan y Jane quedaron sentados uno junto al otro, quedando frente a ellos, Laney se encontraba a mi lado izquierdo mientras que Alex a lado suyo.

Comenzamos una plática antes de comenzar a pedir, platicábamos de lo poco que falta para que la graduación llegase, así como también de a qué universidad queríamos ir cada uno. No lo habíamos pensando muy bien hasta ahora, pero después de haber sacado este tema, todos parecíamos pensar en lo mismo.

Lo más probable es que ya no nos veríamos durante tanto tiempo como solíamos hacerlo.

—Hey, no pensemos así —dijo Laney mirándonos con una sonrisa—. Si somos los mejores amigos que decimos ser, no dejaremos que nada nos pueda alejar de cada uno ¿Verdad?

Asentí sonriente mirándola.

—Eso es verdad —comentó Dylan, quien tomaba la mano de Jane acariciando sus nudillos.

Suspiré alejando la mirada para ponerla en Alex, quien asemejaba limpiarse unas lágrimas imaginarias.

—Eso es lo más hermoso que pudiste haber dicho —dijo él con voz entrecortada—. Claro, después de mi nombre —dicho eso todos comenzamos a reír.

Laney lo miró rodando los ojos negando pero con una pequeña sonrisa de lado mientras Alex la miraba.

—Y Mer ¿Por qué no vino aquel chico? —alcé la mirada hacia Jane.
—Oh, no… no pudo venir —respondí nerviosa, no quiero seguir mintiendo sobre el supuesto chico que me gustaba.

—Que mal, se nota que le gustas —comentó.

Fruncí el ceño.

—¿Cómo? ¿A quien te refieres?
—A James —murmuró Jane mirándome, negué.

—No, claro que no, somos amigos nada más —respondí, pero no pareció convencerla. Solo asintió para luego mirar a otro lugar.

—Oye, estás muy callado —dije mirando a Dylan.

Levantó la vista hacia mí para negar—. No es nada ¿Quieren pedir ya? —preguntó a todos quienes asintieron.

The Perfect Boy » Dylan O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora