20. Amargo.

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No sabía que me estaba pasando.

Sentía un fuerte ardor en mi pecho que no sabía si era por el hecho de que Dylan ya no hablaba conmigo desde el momento en que le dije sobre lo que sentía por él, o si ese ardor era por el caldo de pollo que mi madre me había preparado en pleno calor, y que sin pensar en lo caliente que estaba me lo comí sin más.

Ahora arrepintiéndome.

Tal vez era combinación de ambas, más por el primer motivo.

Había pasado ya varios días desde aquella discusión entre Dylan y yo, días en los que él no había cruzado ninguna palabra o mirada conmigo, lo cual dolía.

Pensaba que nada cambiaria por el hecho de hacérselo saber.

Qué incrédula.

Laney al igual que Alex y James sabían sobre lo que había pasado, no porque lo hubieran escuchado por los pasillos o por alguien más, ni por Dylan, sino por mí.

Eso era otra cosa que me hacía pensar que en verdad había arruinado hasta la amistad que tenia con Dylan. Alex decía que en ningún momento hablaba sobre ello, o cuando alguien mencionaba mi nombre en alguna de sus platicas, él solo se mostraba desinteresado y cambiaba de conversación.

Y eso lo creía, ya que cuando trataba de acercarme a él, solamente se alejaba sin decir nada.

Algo más en lo que no paraba de pensar, era en el hecho de que tal vez lo sucedido podía perjudicar en su relación con Jane.

Sabía que por el momento seguían bien, ya que los veía andar juntos por los pasillos de la escuela, o cuando solo Jane se acercaba con nosotros a la hora del almuerzo como normalmente solía ser.

Tenía muchas cosas en las cuales comencé a pensar desde aquél momento.

Una de ellas siendo qué tal vez, ya no había amistad alguna entre Dylan y yo, y que lo mejor, sería no seguir insistiendo.

(…)

—¡Adiós! Vuelvo en un rato —avise a mis padres quienes desde la cocina me respondieron.

Saliendo de la casa cerré le puerta para luego caminar hacia la camioneta de Alex, esperando por qué la suerte se encontrara de mi lado.

Algo que sabía no sucedería.

La puerta de pasajeros se abrió, dejando salir a un James sonriente.

—Mer, que bueno que aceptaste venir —dijo sonriente, acercándose para dejar un beso en mi mejilla. Sonriéndole como respuesta.

Laney y Alex habían decidido que saliéramos todos juntos. Laney había escuchado que una feria no muy lejos de la ciudad se había abierto para darle la bienvenida al verano que dentro de unas semanas se presentaría, por lo que emocionada pidió que todos fuéramos, para despejarnos un poco de toda la semana que habíamos tenido y de los días que se acercaban con mucha presión para todos.

No pude negarme. No solo porque no quería quitarle su entusiasmo, sino porque había decidido que no me quedaría estancada y encerrada en mi recámara llorando porque un chico no correspondía a mis sentimientos.

Podría escucharme muy cursi o repetitivo en toda historia, pero era verdad. No iba a dejar que alguien ni mucho menos Dylan, me detuviera en hacer todo lo que normalmente hacía.

Pero eso no significaba que no estaba nerviosa.

Subiendo al auto vi a Jane y Dylan en los asientos de atrás, donde James y yo iríamos igual, ahora pareciéndole una mala idea ya que suponía que iríamos algo incómodos, y no solo por estar apretados durante el camino.

Todos saludaron, excepto Dylan, quien se mantenía mirando por la ventana de su lado.

Estando todos en el auto ya, Alex puso una canción en la radio haciendo que el interior del auto no estuviera en ese silencio tan incómodo que estaba formando.

No pasaron muchos minutos en los que comencé a platicar con James, haciendo que me relajara y dejara de pensar en el chico que se encontraba a tan solo unos centímetros de distancia.

No me hubiera dado cuenta de que habíamos llegado al lugar si no hubiera sido por el grito de emoción que Laney había dejado salir, haciendo reír a Alex.

—¿Te encuentras bien? —preguntó James a mi lado.

Asentí con una sonrisa.—Si, no te preocupes.

—Bueno —dicho eso, bajamos del auto, dándonos cuenta de que ya todos se encontraban fuera de él.
Laney se encontraba ensimismada viendo todo el lugar, Alex a su lado.

Dylan y Jane se alejaban de nosotros hacia la entrada, llamando la atención de James.

—Fueron por los boletos —respondió Alex—. Entonces, como quieren que sea esto, vamos todos juntos o cada quien en pareja, exceptuando por ustedes ya que ambos no tienen...

Laney lo miró frunciendo el ceño para luego golpear su hombro haciendo que Alex soltara un grito—. ¡Oye!
—¡Lo siento! Perdón —dijo mirándonos a ambos aún acariciando el lugar donde Laney le había golpeado.

—No te preocupes —dije sonriendo, recibiendo sonrisas por parte de la pareja.

—Podemos ir todos juntos, pero…

—No te preocupes en serio —interrumpí—. No quiero hacer mal tercio.

—Ni yo —dijo James divertido—. Además, como dijo Alex podemos ir en parejas, Mer y yo podemos ir juntos, si quiere, claro.

Asentí rápidamente, no queriendo que Laney interrumpiera diciendo que todos fuéramos juntos, no sabría como estaría si estuviera con Dylan todo este rato con la situación en la que nos encontramos.

—Bueno, entonces solo hay que…

—Aquí están los boletos —dijo Dylan llegando junto con Jane—. Así que como iremos—preguntó, dirigiéndose a Laney y Alex.

—Decidimos que iríamos en parejas, y cuando tengamos hambre, nos podemos llamar para vernos en el lugar de comidas y estar todos juntos ¿Está bien? —dijo Laney, todos aceptando.

Dylan frunció el ceño pero sin decir nada solo asintió, entregándonos los boletos a cada uno.

—Toma —dijo a mi lado, estirando su brazo en mi dirección tendiéndome los boletos para tomarlos.

Los tomé, mirándolo dije: —Gracias —pero pude haberme ahorrado esa palabra ya que no siquiera pareció escucharla ya que se había alejado mucho antes de que lo hiciera.

Podría estar dolida por su comportamiento, pero más que dolida debería decir que estaba enojada. Si tenía algún problema, si no se sentía bien con lo que le había dicho, solamente debía decírmelo y con gusto podría ya no lidiar con esto.

Pero no, parecía que le gustaba comportarse como un niño que no sabe hablar o confrontar un problema. Algo de lo cual luego me reprendía por pensar ya que yo misma me había comportado igual con él antes de que supiera todo.

—Vamos —dijo James a mi lado llamando mi atención.

Ya todos caminaban hacia los juegos mecánicos que se encontraban alrededor.

—Lo siento, estaba pensando —respondí, comenzando a caminar siguiéndome él el paso.

—No te preocupes, pero Mer —puso su mano en mi hombro haciendo que lo mirara—. Deja de pensar en ello por este rato, diviértete, y no pienses en todo aquel asunto.

Suspiré mirando mis tenis.

—Es que…

—Es que nada, ahora, vamos, no me gusta verte así —dicho eso tomó mi mano jalándome haciendo que volviera a caminar a su lado.

—Por este rato hay que pasarla bien, si lo haces, te dejaré que después llores en mi hombro y maldigas todo lo que quieras, pero como dije antes, no me gusta verte así —dijo haciéndome reír.

—¿Tan seguro estás que voy a llorar?
Asintió—. Si, demasiado, ahora ¿Cuál juego primero?

Y con esa pregunta, me olvidé de todo el asunto con Dylan por todo el rato.

En todo momento James y yo no dejábamos de reír, algunas veces por las pláticas que teníamos y otras por ver a otras personas bajar de los juegos llorando por lo asustados que estaban. En una de esas riéndonos mucho más cuando logramos ver qué una de esas personas que había bajado de un juego llorando era Alex.

Laney sostenía su brazo con una expresión divertida y de querer reírse mientras Alex lloraba a su lado, a pesar de que trataba de disimularlo.

Algunas veces coincidíamos en los juegos haciendo que fuera mucho más divertido, así como también lográbamos coincidir con Dylan y Jane.

Jane nos sonreía al vernos, mientras que Dylan solo recurría a ver a otro lado.

Con el paso de los minutos fue anocheciendo, haciendo que el lugar se viera increíble; las luces de diferentes colores que los juegos tenían alumbraban el lugar, la música que sonaba ahora solamente hacía que ese momento fuera tranquilo.

—Lindo ¿Verdad? —escuche a James decir al momento en que se sentaba a mi lado en la banca.

Sonreí, apoyando mis codos en las rodillas poniendo mi cara entre mis manos mirando el lugar—. Si, lo es.

Lo vi sonreír mientras miraba el lugar.

Sabía que si en este caso fuera Dylan quien me lo hubiera preguntado, respondería después con un “no tanto como yo”.

Gruñí segundos después al pensar aquello, no era posible que a casi todo lo que pensara, hiciera o viera, me recordara a Dylan.

Comenzamos a platicar de todo un poco, de como James estaba nervioso por sus resultados en los exámenes, de con quién iría a la graduación entre otras cosas.

Cuando todos se terminaron sus boletos decidimos ir a cenar, donde la pasamos entre platicas y risas burlonas por como Laney nos contaba a todos de cómo Alex gritaba en todos los juegos.

Hubiera querido decir que no ponía atención alguna en Dylan, pero eso sería mentir. Varias veces volteaba a verlo pero no pareciendo tan obvia, algunas veces solamente James lograba verlo y solo sonreía divertido para luego alejar la mirada de Dylan y volver a platicar con James, donde en algunas ocasiones lograba ver cómo Dylan volteaba a vernos, pero tan pronto como mantenía su mirada en nosotros, volvía a alejarla.

Haciendo que casi dudara en que no lo había hecho.

(…)

Después de haber cenado, no pasó mucho tiempo para que volviéramos rumbo a casa. Durante el camino, no hubo nada más que silencio, en este caso se podría decir que era un silencio como, al menos para mí.

—Llegamos —escuche a Alex decir, estacionándose frente a mi casa.

—Gracias por traerme, en verdad estuvo bien salir —dije sonriendo.

James se bajó de la camioneta sosteniendo la puerta para que pudiera bajar.

—Adiós chicos —dije sonriendo.

—Nos vemos Mer —respondió Laney sonriéndome.

Jane me sonrió agitando su mano en modo de despedida, y no me detuve en ver si Dylan se despedía de mi sabiendo ya muy bien que no lo haría.

—¿Puedo estar un rato contigo? —preguntó James con una media sonrisa.

—Claro —respondí confusa pero no en mal modo.

—Bueno, entonces nos vemos en clases ¡Adiós chicos! —gritó Laney desde el auto para luego Alex encenderlo y volver a tomar el camino alejándose de la vista de ambos.

—Espero no incomodarte —dijo James a mi lado.

Negué, ambos caminando hacia el frente de mi casa—. No, no lo haces —dije sincera.

Me senté en uno de los escalones, James haciendo lo mismo.

—¿Puedo preguntarte algo? —dije, luego de varios minutos sin decir nada.

—Claro —respondió.

—No quiero sonar grosera o algo por el estilo pero ¿Por qué has estado todo el día conmigo? Como dije, no quiero sonar grosera.

Rio negando—. No te preocupes, está bien, sabía que me lo preguntarías y bueno —. Suspiró—creo que, como te conté aquel día aquí en tu casa sobre mi mejor amiga y yo y todo lo que pasó después, ahora que veo que pasó lo mismo entre Dylan y tú, no lo sé, quiero estar aquí para ti como el amigo que quiero ser —me miró sonriendo—. Así que puedes hablar conmigo sobre ello cuando quieras, ya sabes, para tener un punto de vista masculino.

Reí divertida—. Gracias James, en verdad lo aprecio —suspiré mirando mi pantalón quitando una pelusa—. Creo que me odia —dije mordiendo mi labio.

James volteó a verme levantando una ceja—. No, no podría odiarte, no por algo así.

Me encogí de hombros—. Entonces si no me odia, creo que ya no quiere hablarme, no lo sé, pero jamás creí que pudiéramos dejar de ser amigos por algo como esto, jamás lo pensé.

—Como dije, no creo que te odie o algo por el estilo, solo, debe de estar confundido, y creeme Mer, que cuando un chico está confundido, no sabe qué hacer o decir en alguna situación difícil para nosotros, solemos ser unos idiotas y no ser quienes en realidad somos. Solo nos dejamos llevar y hacemos lo que creemos que está bien.

—Y luego dicen que nosotras somos las difíciles —dije divertida haciéndolo reír.

—Tengo que admitir que nosotros somos peor, pero lo escondemos —dijo encogiéndose de hombros.

Reí negando, pensando en cómo había comenzado a ser muy fácil hablar con James, tanto que comenzaba a parecer que era Laney hablando y no el chico que estaba a mi lado.

Al parecer le preocupó el silencio que había hecho, ya que al verme, tomó mi mano para luego decir: —Todo estará bien, te lo aseguro, además como te dije, la amistad que tienen no es igual a alguna otra que haya visto.

Sonreí al oírle decir aquello, esperando que fuera verdad.


N/a: primeramente lo siento por haber tardado, he dicho esto tantas veces *inserte voz de comercial*. Bueno, espero estén bien y de verdad disculpas por subir luego de mucho cuando dije que empezaría a actualizar más seguido pero bueno, inicié nuevo semestre por lo que tengo más proyectos entre otras cosas, pero aquí está, tarde pero seguro. No falta mucho para que termine por lo que espero poder subir luego. Gracias por leer de esta y en verdad espero les esté gustando. Gracias por todo, nos leemos luego, xx.

The Perfect Boy » Dylan O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora