▪︎ ASCHER POV'S ▪︎
—No quiero ningún maldito error.La molestia que siento por lo que está ocurriendo me la desquito con todos los que se me ponen en frente, pero aún así no levanto la voz. Miro detenidamente a los hombres, a uno por uno, buscando al primero que flaquee.
—Si cometéis algún error, todos os vais a morir. ¿Entendido?
—¡Sí, señor!
Doy fin a la charla asintiendo seriamente y mis hombres salen acomodando las armas. Los tipos eran buenos, los mejores que había conseguido, y si alguno de ellos no me servía como debía, estaría ya en el otro mundo.
Ya casi sentía encontrar a mi pequeña, y lo que más ansiaba era verla y abrazarla muy fuerte y no separarme nunca de ella. Tenía a uno de los guardaespaldas de Jacob encerrado en un salón del edificio siendo torturado. Pero por lo que me había dicho mi amigo el hombre se negaba a hablar y mi paciencia se estaba consumiendo rápidamente y lo único que quería era arrancarle la cabeza. Si ese gilipollas no me decía en dónde tenían a mi chica lo iba a matar junto a su puta familia.
—Señor. —Volteo después de pasarme un trago de whisky por la garganta.
Hablando del rey de Roma.
Sonrío grande al ver entrar a mis hombres con la familia del tipo que tengo en el salón. Unas capuchas negras les oculta el rostro, y gruesas cuerdas les atan las manos, están tan asustados como para intentar algo.
—¡Pero que sirven para algo! —vuelvo a sonreír mirando a mis hombres.
Empiezo a caminar al cuarto en donde está siendo torturado el hombre de Jacob, los tipos empujan a la familia para que caminen detrás de mí. Escuchar el llanto incesante de una cría me da fastidio y deseo cortar su lengua. Su familia está compuesta por su esposa, una cría de algunos quince años y un pequeño niño de no más de seis años. Lastimosamente para ellos iban a pasársela muy mal.
Al entrar a la habitación puedo apreciar al hombre enganchado al techo con los brazos estirados, no lleva camisa, sangra por todos lados sin ser cortés tan graves como para dejarlo sin vida. Por ahora nos sirve más así. Su rostro está desfigurado con cortes, uno de sus ojos está hinchado y cerrado y el otro apenas lo puede mantener abierto, en su boca lleva un trapo blanco sucio con su propia sangre. Al ver entrar a su familia detrás de mí empieza a moverse de forma inquieta y los quejidos que salen de su boca me hacen volver a reír, Carson ríe junto conmigo, ya que es él quien se encuentra sacándole información.
—¿Qué, hijo de puta, quieres cooperar o es más importante el culo de tu patrón? —me acerco y doy palmadas con asco en su mejilla, mi mano se ve sucia de su sangre rápidamente y me limpio con un pañuelo.
Con un asentimiento de cabeza pido que les descubran los ojos a las tres personas, y que se marchen dos de mis hombres. Así lo hacen. En la habitación queda la bonita familia, Carson, Carlos y yo. Escuchar gritar a la familia del hombre no me sorprende, el estado en el que se encuentra me hace sentir mal a mí, joder, esto no me lo pude creer ni yo mismo, el llanto lo sueltan casi en sincronización. El pequeño niño me mira fijamente y hace pucheros, le sonrió y me hincó frente a él.
—¿Es papá? —El mocoso asiente y su madre intenta acercarse pero Carlos la detiene. Tomo al niño en brazos y me acerco al hombre, mirándolo con malicia—. Tu padre no quiere decirme dónde tienen a mi mujer, y estas son las consecuencias.
—¡No, gilipollas, deja a mi padre y a mi hermano! —al escuchar a la cría volteo con las cejas hundidas, resultó más brava de lo que pensaba.
Bajo al niño y este corre a los brazos de su madre, quien hasta ahora no pronuncia una sola palabra. Miro a la chica serio, con enojo por atreverse a gritarme, doy un paso al frente y le tomo del cabello fuertemente, un quejido sale de sus labios y pese a mirarme asustada me intenta golpear.
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Masoquista © (Editando)
ChickLitEl abuso de grandeza viene cuando la clemencia se divorcia del poder. Segunda parte de PRESA DE LA MALDAD. ¡Se prohíbe cualquier tipo de copia o adaptación de esta obra!