▪︎ Capítulo 16: Celos ▪︎

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Que eligiera entre Dania y Dereck o Ascher. Por Dios, cómo podían estar diciéndome esto, esto iba más allá de querer “protegerme” de él. Y aunque quedé descolocada, y estoy muy segura de lo que siento y que no me pondría elegir entre ellos o él, no sé qué decir.

—¿Qué te pasa? —la miro indignada, negando con la cabeza y arrugando mis cejas.

Está siendo injusta conmigo, ¿cómo podía pedirme algo así? Ellos son mis mejores amigos, y lo que más tristeza me da es ver a Der callado, sin decir una palabra, poniéndose de acuerdo con ella. Yo quiero a Ascher y él también a mí, es asunto mío sí decido o no volver a confiar en él. Necesito que comprendan eso, pero si no lo hacen no me queda más que hacer; aunque necesitase apoyo.

No quiero perder a ninguno de los dos, Der es mi amigo desde que recuerdo y Dania desde que la conozco siempre ha sido una excelente amiga. Si ellos dejaban de hablarme por haberme enamorado de Ascher Johnson yo sí que me veía totalmente sola.

—Me largo —soltó mi amiga—. Si no dices una palabra es porque le has escogido a ese imbécil.

Cuando la veo tomar su abrigo me levanto y me pongo frente a ella para impedirle el paso, ella me mira con seriedad y se cruza de brazos.

Joder, yo amo a esta chica, es mi mejor amiga desde hace más de cuatro años y no puedo creer todavía que esté haciéndome esto. Yo la apoyaría siempre, intentaría comprenderla; aunque al principio le daría muchas patadas en el culo por estúpida; pero al final la apoyaría en todo.

—No puedes hacerme esto, Dani. Yo os escogería a vosotros miles de veces toda la vida.

—¿Pero qué es lo que pasa? Confía en nosotros, dinos si te tiene amenazada —toma mis manos y las envuelve con las suyas para después llevarlas a sus labios y darme un beso mirándome a los ojos. Las comisuras de mis labios se curvan hacia abajo queriendo llorar—. Rachi, debes pensar muy bien en las consecuencias de tus actos.

—Confío en vosotros, claro que lo hago. Él no me tiene amenazada, lo juro —digo con un nudo en la garganta.

La situación me tenía sensible, quería llorar, aunque ya estoy prácticamente haciéndolo. Dereck que se había mantenido hasta ahora en silencio se levanta y pone cada brazo encima de nuestros hombros, nos saca del local y besa mi cabello.

—No tienes que elegir nada. Estaremos contigo aunque estés pendeja por ese cabrón...

—Oh no, Dereck. Estarás tú con ella. Yo no voy a estar dispuesta a verle todos los días con él. —Dania se apresura a decir, separándose de él y señalándome con su uña larga—: Piensa lo que estás haciendo.

Se aleja a paso rápido y se sube a su coche, mi cabeza me dice que vaya tras ella —como siempre que pasaba algo parecido— pero mis piernas no se mueven y solo la veo alejarse. Yo era el tipo de amiga que iba tras sus amigos cuando estaban molestos, la que pedía disculpas incluso cuando no hacía nada malo.

Dereck aún me abraza, y yo pensé que se iría tras ella, es su novia y está loco por ella. Estoy segura que es capaz de saltar de un puente si se lo pide.

—¿Quieres hablar? —su voz es un susurro cuidadoso, yo asiento con la cabeza y no me doy cuenta que se me han salido las lágrimas hasta que él pasa su pulgar por mi mejilla.

—¿Quieres ir a mi casa? —no hace falta que se lo pregunte una vez más, pues asiente atrayéndome de nuevo a su lado y me abraza.

—¡Hey tú! —Ambos volteamos al escuchar a un chico casi molesto, y vemos al mesero con cara de disgusto tender un papel—. La cuenta.

Masoquista © (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora