Seguí su beso de la manera más suave, llena de amor y pasión posible. Besar a Ascher es sin dudas una de las mejores sensaciones, besarlo ahora me hace ver realmente cuanto le quiero.
Quiero a Ascher demasiado, y me da miedo decir que lo amo, pero de alguna forma así lo siento. Como ya te dije desde un principio, podías llamarme estúpida y muchas otras cosas más, hasta yo misma lo hacía muy a menudo y sinceramente no me importa tanto. Soy una tremenda imbécil por enamorarme de un hombre como Ascher, pero siento que él ha cambiado mucho, yo le miro sus profundos ojos y no veo al mismo hombre.
Veo a uno mejor.
Pero hay otra cosa, una que me hace pensarme las cosas más de dos veces: Jared ¿Seré capaz de hacerle daño? Sé y estoy muy consciente, que Jared saldrá lastimado porque ese chico me ama, y yo lo que menos quiero es herirlo, para empezar nunca debí involucrarme con él tan solo para hacer sentir a mi madre tranquila.
Con Ascher, por más que me duele admitirlo, no tengo absolutamente nada seguro. Ascher tiene dinero, la solución para todos los problemas, eso dicen, ¿no? Pero yo no quiero eso, lo único que quiero es una vida estable y en paz. Ascher tiene enemigos por todas partes, una vida llena de maldad y generalmente llena de codicia donde lo más importante es el poder.
Sí para mí el amor no tuviese tanto poder e importancia en mi vida y manera de pensar, quizá me quedaba con Jared, dejaba de pensar en Ascher y me centraba en mi actual relación. Todo, si no fuera una romántica. Después de todo yo quería a Jared y algún día podría llegarlo a amar. Pero no, no debemos nunca irnos a la mejor opción, debemos ir por lo que amamos, aferrarnos a ello hasta conseguirlo y, si simplemente no es para nosotros... lo dejamos ir.
Con Jared puedo tener un futuro estable, lejos de la maldad, tranquilo, no es que fuera aburrida, pero prefería no llenarme más de problemas, siento que ya es demasiado. Jared es un hombre muy guapo, buena persona y en realidad me quiere aún cuando yo generalmente tengo muy malos días y lo ignoro.
Miro a Ascher a los ojos, estoy seria y pensativa, realmente muy pensativa, todo lo que está pasando me tiene estresada. Él me sonríe y me da otro beso corto, yo suspiro, aún pensando en Jared.
—Ya está, Ascher, te he seguido el beso pero he quedado con la duda de saber qué me ibas a decir.
Yo no quería dañar el momento, ¿vale? Pero lo que me había dicho minutos antes me tiene descolocada y molesta, sí, muy molesta. Él lo que quería decirme era que era algún tipo de ¿perra? Me cruzo de brazos.
Y ahí, justo ahí, recuerdo las tantas veces que me sentí como una. Aprieto los ojos. Es obvio que yo estaba dolida, ¿cómo no iba a estarlo después de como se había comportado?
Había seguido el beso con ganas lo mejor que pude y cuanto me había gustado; pero tenía que hacerle saber que por la vida no vas dejando pasar las cosas y ya. Me había dolido como se había comportado. Y Ascher es impulsivo y controlador, y lo amo como es, pero no soporto que siempre quiera llevar las riendas de todo.
¡De mí más que nada!
—Cómo cagas los jodidos momentos. —Era la absoluta verdad. Se pasa una mano por el cabello fastidiado y rueda los ojos.
—¿Vale, entonces debo perdonarte cada gilipollez por que me beses?
No es que yo tuviera ganas de pelear, pero estoy un poco molesta, y por supuesto yo aún tengo miedo, dolor de cabeza y sueño, lo único que deseo es descansar.
—Disculpa, pequeña, pero no aguanto saber que algún hijo de puta haya estado contigo cuando yo no estaba —su semblante pasa a uno muy serio, ninguna expresión tiene en el rostro y me está fastidiando su forma de actuar siempre.
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Masoquista © (Editando)
ChickLitEl abuso de grandeza viene cuando la clemencia se divorcia del poder. Segunda parte de PRESA DE LA MALDAD. ¡Se prohíbe cualquier tipo de copia o adaptación de esta obra!