Acomodo un mechón de mi cabello mientras miro a Ascher fingiendo que no presto atención a su conversación, desde hace un par de minutos que ha recibido una llamada, no se ve nada contento y me mira de vez en cuando de reojo, cosa que me da curiosidad. Ascher es una persona impaciente, todos pueden saber eso, pero me pareció demasiado cuando tan solo miró la pantalla y se fastidió. Su humor cambió drásticamente cuando la vio. Ahora yo estaba intrigada de saber quién estaba del otro lado de la línea, quién hacía que Ascher perdiera así los nervios.—No me interesa —dijo cortante, se levantó de la cama para empezar a ponerse la camisa. Estaba perdiendo la paciencia en ese momento, pero en serio. Tenía la mandíbula tensa y los ojos más fríos y enojados—. ¿Para qué querría verte?
No sé por qué a la cabeza se me vino Karen, su "ex novia" aparentemente.
—¿Todo bien? Si tienes que atender algo importante ve —hice un ademán con la mano para restarle importancia y luego me encogí de hombros. Pero si que tenía mucha curiosidad, más al pensar en esa mujer.
Él resopló fastidiado y colgó la llamada guardando el móvil en el bolsillo delantero de sus jeans y terminó de arreglar su camisa.
—No, pequeña, no es nada importante —contestó intentando aligerar las cosas con una sonrisa y se me acercó, tomó mi rostro entre sus manos y me dio un beso en la coronilla. Esa acción hizo que mi corazón saltara alegre—. ¿Me dijiste que si saldríamos a cenar?
Preguntó mirándome con las cejas fruncidas. Yo reí levantando las cejas y después rodé los ojos. No quería pelear, por supuesto, por esa misma razón no le dije lo que pensaba en ese momento; pues cuando llegó esta mañana yo le había dicho en seguida que sí iríamos a cenar; pero él simplemente había pasado de mí y había subido las escaleras como un loco para partirle posiblemente la nariz a Dereck, que gracias al cielo no ocurrió. Pero así era Ascher. Sonreí después y asentí varias veces.
—Vale, pasó por ti a las siete —cuando terminó de decir se empezó a colocar los zapatos.
Yo hundí las cejas confundida, haciendo un puchero "enojada".
La puta de Karen volvió a pasarse por mi pensamiento y me llenó de coraje pensar que saliendo de aquí Ascher iría a verla, sea cual sea el motivo. Aunque él había hablado con desinterés por teléfono, y también era que yo no sabía con quién hablaba. Solo estaba sacando argumentos.
—¿Pero no dijiste que te quedarías un rato más?, ¿No qué no era importante la llamada?
—Iré a arreglar algunas cosas con un colega. Pero eso es dentro de unas cuantas horas.
Ascher se sentó nuevamente en la cama y una vez más, como venía haciendo desde que terminamos de hacer el amor, empezó a ver mi habitación con detenimiento, eso me ponía nerviosa e incomoda. Ascher vivía en mansiones y tenía un Rolex plateado en la muñeca izquierda, un Lamborghini precioso color negro aparcado fuera de mi casa, él vivía de lujos. Lo que en mi habitación había era lo básico de una chica de diecinueve años que no le interesaba ver su habitación decorada y ordenada.
Hablamos un rato más, sobre cosas retóricas, yo parecía una niña pequeña mientras le contaba sobre mis estudios y porque me gustaba la carrera que había elegido. Psicología, quería ser una profesional en la rama, aunque me faltarán a mí misma unos cuantos tornillos.
No había asistido a la universidad por una semana. En Colombia había pasado casi todas las cortas vacaciones de semana santa y al volver no tuve ánimos de levantarme y hacer gran cosa con mi vida después de lo que había pasado entre Ascher y Jared. Me sentía culpable por eso, y aunque no quería estar deprimida, me era imposible; aún así me estaba recomponiendo al saber que Jacob estaba tras las rejas. Ahora me quedaba seguir adelante.
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Masoquista © (Editando)
ChickLitEl abuso de grandeza viene cuando la clemencia se divorcia del poder. Segunda parte de PRESA DE LA MALDAD. ¡Se prohíbe cualquier tipo de copia o adaptación de esta obra!