Cuando mis padres regresaron a casa eran las cuatro de la tarde, y yo ahora me encontraba viendo televisión mientras chateaba con Der. Di una mordida a mi galleta leyendo lo que me escribió. Lo tenía agendado de una forma melosa y dulce. Era mi mejor amigo desde que estoy en pañales, ¿qué esperaban?
Der mi cabróncito <3
«Qué te dijo el tipo ese?»
Me reí en voz baja al leer el mensaje y le contesté.
«El tipo ese es mi novio, Der. no me dijo nada, sí se molesto por haber dormido contigo pero entendió que somos solo amigos. Ntp»
Der mi cabroncito <3
«Vale, supongamos que te creo. Qué harás hoy? Qué tal si salimos un rato y te relajas un poco?»
Sonreí y le escribí:
«Quedé de ir a cenar con él, lo siento. Mejor intenta hablar con Dani, estará molesta.
El lunes nos vemos en la U o pasa a recogerme, shi?»Der mi cabroncito <3
«Ojalá no termines dejando de lado a este chico wapo por ese gilipollas. Vale hablaré con Dania y mañana paso por ti, te quiero <3»
«También te quiero»
Escucho a mamá bajar a la cocina y volteo a mirarla, estaba sacando una botella de agua del frigorífico con una mueca un poco fastidiada. Suspiro y me levanto para acercarme a ella, ella me mira y sonríe un poco. Las cosas con mi padre marchaban bien, a veces no sé complicaba tanto y habían días en los que parecía no estar enfermo, claro que su apariencia siempre nos lo recordaba, pero se reía, hablaba y comía con gusto y yo no podía sentirme más feliz por eso. Por otro lado sabía que mamá estaba un poco molesta conmigo por haber dejado a Jared, tremendo partidazo, por Ascher, un hombre peligroso delante de los ojos de cualquiera. Lo bueno era que a pesar de todo mi madre sabía que eran mis decisiones y que no había nada que ella pudiera hacer para que yo cambiara de opinión, amaba y quería estar con Ascher.
La mano de mi madre acarició mi mejilla con dulzura, me sonrió con cariño y suspiro.
—Yo entiendo que ames a ese hombre, mi niña —asentí colocando mi mano encima de la suya y dándole un apretón con cariño—, también comprendo que no puedo elegir por ti con quien deberías estar.
Lo que mi madre no sabía era que seguía viéndome con él.
—Lo sé mamá, yo en tu lugar hubiese reaccionado igual pero...
—Hay algo que no entiendo —no me dejo terminar, ladeando su cabeza y mirándome como si quisiera descubrir algo que oculto.
Y yo, ocultaba demasiadas cosas.
—Él dijo aquella vez que era quien te llevaba la comida y nada encaja, cariño —dice, apartando su mano de mi y caminando por la cocina, pensando—. Como viste, como se comporta, no encaja nada. Tú dijiste que el te rescató cuando estaban apunto de...
No pudo terminar, sus manos temblaban un poco, finalmente suspiro, fue un suspiro cansino y doloroso. Yo estaba estática, mirando sus reacciones, mi madre era inteligente y sabía que había más que solo lo que habíamos dicho. Estaba nerviosa, como no me di cuenta de aquel error, o como no le dije a Ascher lo que yo le había dicho a mi madre. Mi madre me conocía tan bien que sabía cuando yo mentía por esa misma razón controle mis ganas de rascar una mejilla o entrelazar mis dedos y jugar con ellos.
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Masoquista © (Editando)
ChickLitEl abuso de grandeza viene cuando la clemencia se divorcia del poder. Segunda parte de PRESA DE LA MALDAD. ¡Se prohíbe cualquier tipo de copia o adaptación de esta obra!