▪︎ Capítulo 20: Ella sabe quien soy ▪︎

9.7K 516 80
                                    


ASCHER  POV'S ▪︎


—Me tengo que ir ya, pequeña. —Es martes, son las 5 p.m. y yo debo resolver unos asuntos. Rachel hace pucheros cuando me escucha y me da ternura, me acerco para besarla, tomando su cara entre mis manos.

—¿Qué harás? —pregunta cuando la he soltado, sus labios húmedos y suaves me llaman a besarla más.

Sé que estoy totalmente perdido en Rachel cuando no puedo dejar de pensar en ella un solo segundo, imaginándomela de todas las maneras posibles, desde que se levanta por las mañanas o cuando va ha hacer la compra, desnuda o con la ropa más holgada, sigue siendo hermosa y toda mía. Coloco un mechón de su cabello tras su oreja y le doy un beso corto para luego intentar levantarme; pero no me lo permite.

—¿Por qué no me quieres decir? —No es que no le quiera decir, solo me he perdido mirándola e imaginando cosas, cosas casuales como también cosas perversas—. Ascher, no quiero que te vayas, ¿qué es lo que tienes que hacer?

Se enrolla en mí, colocando cada pierna alrededor de mis caderas y puedo sentir su coño en fricción con mi polla, me aprisiona fuerte, entrecerrando los ojos y mirándome con sospecha. No tengo idea de que se está imaginando, por su mirada puede tratarse algo referido a que haré algo malo. Lo cual no está nada lejos de la verdad. Coloco mis manos en sus caderas acariciando de arriba abajo hasta sus piernas y luego la presiono contra mi amigo. Ella rueda los ojos, bajándose de encima y yo sonrío, aprovechando la oportunidad de levantarme, con Rachel no tengo nunca fuerza de voluntad, sé que si vuelve a intentar algo para que no me vaya terminaré por tenerla apoyada contra la pared. Aunque ganas no me faltan tengo que hacer algo importante. Algo que amenaza la seguridad de Rachel y los que quiero.

—Solo piensas en sexo eh, Ascher. —y justo estaba pensando en eso, ¿se me notará mucho?

—Contigo es imposible no hacerlo —
le digo mirándola entera y me quedo en su carita sonrojada. Decido responder a su pregunta por fin, omitiendo cosas, por supuesto, no podría decirle lo que iré a hacer precisamente—. Voy a ver a Carson, tenemos que hacer algunas cosas. Mañana nos vemos, ¿vale pequeña? Te paso a recoger a la Universidad. —le digo mientras salimos de la habitación, ella detrás de mí.

Estamos en su casa, sus padres seguro que no demoran en llegar y que me pillen aquí puedo imaginar que le ocasiona problemas a Rachel, ellos no me quieren ver ni en pintura.

—Así que iras a ver a Carson —lo dice en tono dudoso—. No sé por qué no te creo.

No estaba mintiendo, sí me encontraría con Carson.

—Rachel —tomo su rostro entre mis manos, frunce ligeramente el ceño, cruzando los brazos y es ahí donde caigo en cuenta que posiblemente piense que me veré con alguna mujer, me río, negando con la cabeza y acariciando su mejilla—. Pequeña, ya te lo he dicho, solo tengo ojos para ti, eres todo lo que necesito y no quiero a nadie más.

Ella pareció tranquilizarse, soltando el aire y descruzando los brazos para envolver sus manos en las mías que sostienen su rostro, sonríe un poco para luego estirarse y darme un beso.

—Mañana te recojo en la U y pasamos la tarde juntos, ¿sí?

—Te crees que no me sé tu plan ¿eh? —se ríe con diversión y yo ladeo la cabeza sin entender—. Llevas haciéndolo hace días, pasando a recogerme solo para que no vaya en busca de trabajo, no soy tonta, ya te conozco.

Abro la puerta principal, riendo y saliendo, ella se queda en la puerta y se cruza de brazos—: No pases a buscarme, te escribo cuando este en casa.

Pero no le presto atención a sus palabras, caminando a mi bonito auto sin decir otra palabra. Por supuesto que mañana la pasaré ha recoger.

Masoquista © (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora