Enfrentarse al día siguiente de haber besado a Joseph, no sería fácil. Tory no sabía a qué atenerse, ¿qué pensar?, ¿cómo actuar?. Decidió que haría de cuenta que no había pasado nada. Sin embargo, arreglarse un poco no estaría de más. Se decantó por usar un bonito traje de pantalón y chaqueta blancos con top negro, que se ceñían muy bien a su figura, y los complementó con un par de tacones negros. Aunque por previsión guardó un par de baletas en el bolso, en caso de que debiera caminar mucho. Se peinó con su acostumbrada cola de caballo y se puso un poco de maquillaje para ponerle un poco de color a su rostro.
Cuando llego a la universidad vestida de esta manera Olga estuvo curioseando todo el tiempo hasta que finalmente le sonsacó la verdad.
- ¡O.M.G!. ¡No te lo puedo creer! Y que se sintió, digo ¿a qué sabe?
- Oyeee, no lo sé... fue muy tierno, y... suave y... delicioso. Pero a decir verdad no creo que vuelva a pasar.
- ¿Qué crees que?, - Olga la observó entrecerrando los ojos. - yo no estaría tan segura. Además.... – La miró de arriba abajo. – ¿Por qué te arreglaste tanto el día de hoy?.
- Ehh... porque ahora soy la asistente de Mat, debo estar bien presentada.
- Ya!, díselo a tus tenis viejos que llevaste a trabajar el día de la reunión con el idiota de Williams.
- ¡Eso era diferente! – se excusó Tory fingiendo estar enojada.
- ¿Y diferente por qué? – se defendió la pelirroja dando pelea.
- Porque.. porque... por..
- Porque hoy querías estar más guapa que nunca. – Contrarrestó riendo. – a mí no me engañas tonta, no somos amigas desde los 10 años para nada.
Finalmente entre risas Tory admitió que Olga tenía razón, que había puesto más empeño del que usualmente usaba en su presentación personal ese día.
Después de que Olga le hiciera el favor a Tory de acercarla hasta las oficinas de VieMex, pues la noche anterior había dejado su motocicleta, se marchó a casa, luego de acompañar a Tory a saludar a Andy. Tory se fue a trabajar, como si fuera un día común y corriente.
Entro al edificio principal, pasó por recepción saludando cordialmente a la chica que siempre estaba allí, regalando sus amables sonrisas a todo el que llegara.
En su mente tenía un conflicto; ir o no ir a dejar sus pertenencias en el lugar de siempre. Por una parte, no quería ir, aun se sentía confusa y cohibida. Y la otra parte si quería, encontrárselo y saber con certeza en qué términos se encontraban los dos.
- Buenas tardes June. – Saludó amablemente pero utilizando un tono de voz un poco bajo.
- Buenas tardes Victoria. – Sonrió. – Que linda estas el día de hoy.
- Muchas gracias, June.
Tory se apresuró a entrar. ¡Sí! La puerta de la oficina de Joseph estaba cerrada, eso querida decir, o que no se encontraba, o que se encontraba reunido con alguien. Rápidamente, descargó sus pertenencias y se apresuró a salir, se despidió de June y se dirigió a su puesto de trabajo.
Tan pronto llego, Erick tuvo el gusto de informarle que el señor Schweitzer había venido a buscarla en 2 ocasiones. El veneno que le impregnó a su afirmación demostraba el gusto que sentía al saber que probablemente tendría problemas.
- Si, debió de haber sido una buena metida de pata la tuya para que te esté buscando de esa manera. ¿No es así?.
- Ese no es tu problema Erick, porque mejor no te ocupas de que las cifras de tus informes estén bien. – Soltó su comentario con toda la.
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Ángel de luz Propia - |COMPLETA|
Roman d'amourÉl es un empresario surgido de la nada, egocéntrico, rígido y muy solitario. Ella es una chica que nació llena de lujo y que lo perdió todo, excepto su capacidad de brillar y ser feliz. Sumérjete en una historia donde encontraras que el éxito no gar...