Capitulo 44

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Victoria había comprado un lindo traje de marinerito, con gorro incluido. Había decidido buscar decoración de barcos y mar que hiciera juego con el trajecito de cumpleaños de Andy, había mandado a hacer una gran torta en forma de Velero, demasiado grande para tan pocas personas, calculaba que tardarían en comérsela por lo menos una semana, pero Joseph había insistido. Se encontraba feliz. Ese día despertó temprano, producto de los besos que Joseph le brindó por todo el rostro.

- Despierta, mi ángel dormilón. Tenemos un pequeño cumpleañero al que despertar.

Ella de inmediato abrió los ojos, se levantó rápidamente de la cama entre risas y juegos con Joseph. Ingresaron a la habitación de Andy, se acercaron a su cuna, bajaron las rejas de seguridad y se sentaron en la cama para empezar a cantarle suavemente la canción de cumpleaños. El pequeñín despertó lentamente, cuando los vio allí cantando, se mostró feliz. A este bello despertar se les unió Lena. Tomaron un desayuno muy íntimo, entre esa pequeña familia, allí mismo en la habitación de él, en una pequeña mesa infantil.

En horas de la tarde, la pequeña reunión de cumpleaños a la cual solo asistirían, Grace, Mat, las pequeñas Lili y Lulu, Tomas, Lena y Caroline Aston, se realizaría en casa. Joseph pidió a Victoria que vistiera con su trajecito a Andy para hacerle un pequeño foto estudio en un parquecito.

Al llegar al sitio, Victoria se encontró con la sorpresa de que Joseph había creado una gran fiesta en honor a Andy. La misma temática; mar y barcos. Pero a magnitud inmensa, en comparación a lo que ella tenía preparado. Y estaban allí todos los invitados originales, las profesoras de la guardería, los compañeritos de Andy y sus padres. Había payasos, globos por montones, una piscina de pelotas y un castillo inflable. Los niños estaban jubilosos y Andy se sumó a los demás pequeños al ver este ambiente festivo, lleno de color. Victoria no pudo hacer más, que llorar y agradecer a Joseph. Su pequeño había tenido la fiesta de primer año de vida, más hermosa del mundo. Y estaba segura de que su padre y Bonnie habrían querido para él. Agradeció a los presente entre lágrimas, cuando expresó su pequeño discurso, no olvido incluir a papá y Bonnie, quienes seguramente estarían felices desde el cielo por la felicidad de sus hijos. Tory le pidió a Joseph que se tomaran muchas fotografías. Sobretodo quería fotos casuales, donde se reflejara la felicidad que la embargaba a ella y los presentes. Ella quería guardar ese momento para siempre y pode revivirlo miles de veces, como le habría gustado inmortalizar en miles de fotografías hace un año el nacimiento de Andy, y la alegría del rostro de papá. Esa noche en casa, le demostró a Joseph, cuanto lo amaba y cuanto le agradecía que hubiese llegado a sus vidas, para ayudarle a llenar ese espacio vacío, con el que antes sentía incompleta. Pero que ahora aunque siempre, le faltarían las dos personas que había perdido, siempre se sentiría segura mientras él acompañara su camino.


El interludio del fin de semana, fue perfecto para despejar el estrés y cansancio de tanto trabajo. Pero ahora que la semana empezaba de nuevo, debía ponerse al frente de las cosas. Joseph se paseaba como gato enjaulado por la oficina, mientras escuchaba el informe que estaba recibiendo.

- Señor, hemos encontrado algo importante. – Anunció John, jefe de seguridad. - Hemos seguido los movimientos por la empresa, del hombre que nos solicitó, particularmente el día del secuestro. Y he de decirle que existen bastantes coincidencias con el secuestrador.

Anunció mostrándole en el monitor los videos de seguridad a gran velocidad.

- Ingresó al baño en que vimos salir al sujeto. Si bien la ropa es diferente, pero los zapatos coinciden en un 98%, a mi parecer son los mismos.

- Eso parece. – Contestó Joseph muy serio.

- la estatura y complexión física, también son las mismas, pero lo más interesante es que revisando la cámara durante todo el día, se ve entrar, pero nunca se le ve salir.

- Interesante. – espetó Joseph. – sigamos, por favor.

- Bien, vemos al sospechoso hacer el recorrido por la guardería, pero eso ya lo habíamos visto. – Dijo John cerrando el video y abriendo varios videos más en la pantalla.

- Vemos al hombre en fechas anteriores. Siguiendo los movimientos de la señorita Victoria. Mire, se le ve observándola ingresar, sola y con usted. Se acerca en los mismos horarios en que ella va visitar al pequeño, siguiendo la rutina que lleva la señorita. Se le ve confirmando la ubicación general de su vehículo y el de ella, y se le ve seguirla con el auto cuando ella sale. Su ruta fuera de la oficina, como ya lo sabe no me es posible revisarla.

La mandíbula de Joseph estaba fuertemente apretada, el maldito les había asechado constantemente y no se habían percatado. Pero para él había sido muy fácil ya que compartía el espacio de trabajo con Victoria.

- También se le ve, observando los horarios de las maestras y rutinas de los niños. Especialmente se le ve aquí. – señaló con el puntero del mouse en la pantalla. – tomando nota de los horarios de siestas.

- Es él, no hay duda. Debemos investigar más, antes de darle esta información a la policía. Él no trabaja solo, necesitamos quien más está implicado.

- Sí, señor. Ya me han confirmado que el día de mañana me entregaran las grabaciones del parque.

- Bien, envíale la información del hombre y la alerta en su contra a los guardias de mi mujer, mi pequeño y las niñas. No quiero que se les acerque en lo más mínimo.

- Eso será un poco difícil, señor. El hombre trabaja en el escritorio al lado del de la Señorita.

- Lo sé, pero no quiero que Erick Williams este cerca de ella, es peligroso, tendré que inventarme algo para sacarla de allí.

- ¿Quiere que lo detengamos?

- No, déjenlo que continúe como si nada estuviese pasando

Joseph se despidió de su jefe de seguridad, y solicitó la presencia de Mat. Después de ponerlo al tanto de toda la situación, entre los dos idearon una manera de hacer parecer las cosas como algo casual. 


- Si estaría bien ese cambio que propones. – Expresó Joseph hablando con Mat mientras entraban a las oficinas de los practicantes.

- Sí, me gustaría hacer más espacio aquí como para las reuniones de última hora, optimizamos tiempo, pero para esto necesitamos sacar uno, o dos escritorios.

- Si verdad es cierto.

Mat y Joseph hablaban ensimismados en su conversación, ignorando a todos los demás empleados que se encontraban en el sector de los practicantes. Algunos los ignoraban sumidos en su trabajo. Uno que otro prestaba atención a su conversación, especialmente Erick. Tal y como ellos deseaban.

- Si, sugiero que saquemos el espacio de Victoria. No tengo ningún problema en reducir un poco mi espacio, y me serviría mucho tenerla a mano.

- No, lo sé, a ella le gusta mucho estar entre sus compañeros.

- Pero no se va a ir a otro país. – Expresó Mat. – solo a un par de oficinas más adentro.

- Si es cierto. Bien, aprobado. Encárgate de que ubiquen el escritorio de Victoria esta misma tarde en tu oficina y ya luego nos encargaremos de la pequeña zona de reuniones.

Y de esa manera salieron de la oficina realizando una actuación magistral.


Ángel de luz Propia - |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora