Capitulo 48

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La oficina de John era casi un centro de seguridad e inteligencia. Estaba dotada con la mejor y más avanzada tecnología. Tres expertos informáticos controlaban los monitores; los datos de ingresos y salidas de los empleados y visitantes. La remodelación y cambio de la oficina se debían al acontecimiento del secuestro, se había modernizado la mayoría de los equipos y se habían contratado dos técnicos para los seguimientos. En esta oficina solo podía ingresar el personal autorizado. Joseph introdujo su contraseña y otorgó el permiso para un invitado.

- Muy bien chicos, que tenemos.

Tomas giró su silla hacia la voz de Joseph y sonrió.

- Oh, no te imaginas, jefe. Hemos encontrado cosas muy interesantes.

Tomas empezó narrando que el supuesto cliente, dueño de la cuenta "oculta" al que realizaba los pagos habituales, no era más que un reconocido empresario Americano, al que hace poco tiempo le habían imputado sospechas por enriquecimiento ilícito.

- Sí, las autoridades no han podido comprobarle nada, pero en el bajo mundo los rumores son que el hombre está involucrado con la trata de blancas. Y no hablo de explotación sexual. Se dice que el hombre trafica con personas de América central y Sudamérica. Las envía fuera del continente y van a parar en Europa occidental realizando trabajos forzados de por vida.

- Enserio?. – preguntó Joseph.

- Si, jefe, y de nuestras cuentas, el origen de los depósitos viene de Europa occidental y el destino son paraísos fiscales. – Continuó con su explicación Tomas, mientras desplazaba tablas de datos en la pantalla. – Ha logrado maquillar y desviar los recursos entrantes sin que llamen la atención.

Joseph se mantuvo en silencio observando la pantalla con los datos.

- Y no solo eso señor. – Acotó John. – seguí el perfil del comprador y le aplique un filtro para encontrar coincidencias con los apellidos y nombres de personas que hayan estado vinculados en ese negocio. Y a que no adivina? – Preguntó levantando la ceja. – Hemos encontrado 4 cuentas más.

- Santo Dios.

- Sí, señor. Respecto al resto de funciones de la empresa, el desarrollo y expansión a la que le estaban apuntando hace más de un año, está totalmente detenido.

- Ese maldito, solo la está usando de fachada. – Aseguró Joseph apretando la mandíbula.

- Exacto, la presunta ahora es, ¿qué tanto supo Antonnie, el padre de Victoria acerca de esto?

- Tengo miedo de seguir escarbando. – Joseph suspiró. – No, un hombre que es capaz de criar una mujer como la mía, no puede ser un terrorista. Seguramente Hendersson se enteró de esto y estaba siendo un incordio para los planes de Oswald.

- Si, eso mismo pensé. – Expresó Tomas. – Ahora, lo otro interesante es... A que no adivinas a nombre de quien está registrado el vehículo sospechoso en el parque.

- ¿Oswald?. – Preguntó Joseph.

- No, pero como si lo fuera. – contestó Tomas.

- El vehículo es un auto de alquiler. – Dijo John. – pero la persona que lo rento ese preciso día es uno de los hombres de seguridad y confianza de Oswald. Así que... "todos los caminos llegan a Roma".

- El maldito Oswald y Williams se unieron ... Pero, ¿porque?

- Porque el contador y el abogado que enviaste para realizar la revisión a nombre de Tory se estaban acercando. – aseguró Tomas. – Empezaron a hacer averiguaciones que no le gustaron a Oswald... así que creo que solamente quería llamar la atención a otro lugar.

- Y lo consiguió. – Comentó John. – Ese día ingresó una fuerte cantidad de dinero a la cuenta oculta y se envió un contenedor... y no estoy seguro de que fueran materiales para construcción.

- Y para finalizar. Una de las cuentas de paraísos fiscales ingresó una buena suma de dinero a la cuenta de Erick Williams el día anterior al secuestro.

Joseph hervía de indignación y rabia. Como habían estado tan ciegos con la clase de monstruos que tuvieron al lado todo el tiempo. Pensando las cosas y atando cabos, los ataques indirectos de Oswald habían comenzado luego de la solicitud de investigación que había empezado del patrimonio de Hendersson en la compañía. La custodia, el acecho y secuestro de Andy. Todo tenía una razón de ser. Oswald trataba de sacarla de camino al coste que fuera. Joseph sabía que se estaba enfrentando a un enemigo peligroso. Pero no pensaba dejar que aquel imbécil le tocara ni un pelo de la cabeza, ni a su mujer, ni a su pequeño. Antes de terminar la reunión, ya había enviado un mensaje grupal a los guardaespaldas de las chicas para que se mantuvieran bien alerta.

Ángel de luz Propia - |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora