Capitulo 43

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Había pasado una semana entera desde el intento de secuestro de Andy, y las investigaciones a ese respecto no estaban avanzando, necesitaban las grabaciones del parque para poder realizar un mejor procesamiento de imágenes para encontrar al secuestrador. Joseph estaba cada vez más irritado al respecto, y sentía demasiada impotencia al no poder dar con los responsables del hecho.

Las noticias que ahora tenía en sus manos, no eran buenas. Sin embargo, el haberlas encontrado eran muy alentadoras.

- ¿Estás seguro de esto Tomas? - Preguntó Joseph.

- Completamente. He estado haciendo lo que me pediste. Me presenté en la vacante como el asistente del contador, la semana pasada. Todo el mundo estaba muy extrañado por la repentina renuncia del último empleado del cargo.

- ¿Sospechan algo?

- No. Hay rumores en la empresa que dice que el hombre se sacó el gordo de alguna lotería.

Joseph esbozó media sonrisa.

- En cierta manera es verdad. Digamos que simplemente un inversor decidió apoyarlo en un proyecto nuevo.

- No quiero saberlo. – Pidió Tomas.

- No pensaba contarte.

- En fin, en esta corta semana, he instalado el programa de desencriptación que me diste, y... Bingo, existe un programa que oculta muchos movimientos pequeños que se realizan a diario. Han desviado mucho dinero. Aún sigo la pista de hacia dónde lo envían, a cuánto asciende el monto y revisando los libros para saber cómo lo están haciendo.

- Muy bien, continúa con ello. Pero también quiero...

- Lo sé, descubrir en verdad que fue lo que paso?

- Es lo más importante. Ella se merece saber toda la verdad.

- Lo se Joseph. Yo también quiero que se haga justicia.

- Bien, entonces, cuando tengas algo nuevo me informas. Y ya sabes..

- Ni una palabra a Victoria de esto. – Concluyó Tomas

- Muy bien.

En ese preciso momento la puerta del despacho de Joseph en VieMex se abrió, y entro a este, caminando lentamente Andy acompañado por Victoria quien lo tenía sujeto de un brazo. Andy reconociendo el sitio y a Joseph lanzó un grito y se apresuró a ir hacia él.

- Mi pequeño. – Le llamó Joseph, poniéndose en pie yendo hacia el pequeño.

Lo tomó en brazos, lo lanzó hacia arriba y le dio un beso en la mejilla. Este se colgó de su cuello con los pequeños y regordetes bracitos.

- Hola Tomas. – Saludó Tory. – No te había visto en varios días. Ni siquiera en la casa.

- Si. – Contestó el acercándose para brindarle un abrazo de saludo. – he estado bastante ocupado con un nuevo proyecto de Joseph.

- Espero que no te tengan trabajando demasiado – Preguntó pareciendo reprender a Joseph con picardía mientras se recostaba sobre el brazo que Joseph le había pasado alrededor de la cintura.

- No, nada del otro mundo, es mas este proyecto me gusta bastante.

- Entonces me alegro por ti. – Aseguró. – Estoy organizando una pequeña fiesta de cumpleaños para Andy el próximo sábado, será su primer cumpleaños, y obviamente estas cordialmente invitado.

- ¿Este sábado es su cumpleaños? – Preguntó Joseph. - ¿Por qué no me lo habías dicho?

Ella se encogió de hombros.

- Con tantas cosas que ha ocurrido últimamente lo había olvidado, y esta mañana haciendo unos informes me percaté de la fecha.

- Muchas gracias por la invitación, ya me dirás el sitio y la hora. – Contestó Tomas. – Ahora si me disculpan debo irme. Voy justo de tiempo.

- De acuerdo, ya nos veremos.

Tomas se despidió y salió de la oficina, dejándolos a los dos solos. Victoria se acercó a Joseph y le dio un pequeño beso en los labios

- Discúlpame. Pero no tengo pensado hacer nada ostentoso, será algo simple, con las personas más cercanas. No tengo tiempo de organizar nada más. – Confesó ella con un poco de tristeza. – ya será en el próximo.

- Muy bien. ¿Y a que debo su visita?

Preguntó Joseph, mientras se dirigía de nuevo a su escritorio y sentaba a Andy sobre este, le entregaba un papel en blanco y un lapicero para que dibujara.

- Tenemos cita médica de control y vacunas, entonces veníamos a despedirnos. – Contestó Victoria, mirando el reloj que tenía en la muñeca. - Y es hora de irnos.

- Muy bien. - Joseph se levantó nuevamente, besó a Andy en un moflete y a Tory en los labios – vas con tus guardias, ¿verdad?.

- Por supuesto.

- Bien, entonces nos vemos esta noche en casa.

Joseph acompañó a Victoria hasta el ascensor, despidiéndose de los dos. Hasta que Tory, Andy y sus dos guardias desaparecieron tras las puertas. Regresó a su oficina pensando en que ahora aparte de todas sus obligaciones debía organizar una fiesta sorpresa de cumpleaños para su pequeño, que haría más feliz a Victoria que a Andy.

Al darse la vuelta para regresar a su oficina, Joseph se encontró con un curioso que observaba desde lejos la escena de despedida. Pero fue la expresión en el rostro del hombre, lo que le hizo fijarse. El curioso trató de disimular pasando derecho, saludando a Joseph con respeto, pero la mirada que antes le había lanzado a Tory, fue lo bastante clara, como para no tenerla en cuenta.

Ángel de luz Propia - |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora