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— ¡Cállate! –Gritó molesto

— ¡Cómo me puedes hacer esto! ¡Soy tu hija! –

— ¡eres una buena para nada! ¡No sirves! Te conseguí a una persona que te va a mantener así podrás ocultar tu torpeza y...–

Frunció el entrecejo alzando su voz interrumpiendo sus palabras —¡Es un señor! –

— ¡No me interrumpas cuando este hablando! –su padre le da una bofetada y esta se pone su mano en su ahora mejilla roja — Mira, ese señor te compró. Así que esos millones que pagó por ti ahora están en mi cuenta, no se pueden sacar ni regresar, él vendrá por ti, ahora eres de su propiedad –mostró una sonrisa exagerada

Desliza el gran ventanal de su despacho y sale.

— ¿Mi madre sabe de esto? –preguntó la chica mientras salía al balcón donde se encontraba su padre

— Tu madre esta de acuerdo con tu venta, ella vió al chico y dijo que es una buena elección para ti –






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Narrado por ___

Solo miraba el techo, no quería dejarlo de hacerlo, ¿Por qué? Por el simple hecho de no estar en mi realidad. Saber que ahora ya no veré nunca más a mi familia, aunque a decir verdad el único que es importante para mí, es mi pequeño hermano, me llena de rabia saber que él se quedará con esos monstruos, me preocupa.

Miré el reloj digital que colgaba de un clavo en la pared, 11:55 a.m, en cinco minutos me iré. No quiero.
Mire las dos maletas que estaban en la puerta de mi habitación. Pasé mi mirada por toda mi habitación que pronto ya no será mía, tal vez sea ocupada por todas esas telas que ocupa mi madre para sus diseños de ropa, tal vez sea un salón de juegos para mi hermano, o más bien un salón de trabajo para mi padre, no lo sé.

- Señorita ___, su padre la está esperando - dijo mi nana Mariana, ella a sido como una madre para mi, aunque ha sufrido mucho en este lugar, no se ha marchado con el simple hecho de ver a mi hermano crecer.

- Ya no será más mi padre... Desde que salga de esa puerta, ya no lo será - me levanté de la cama, y tomé las maletas.

- No digas eso cariño el te crió y... - me miró

- ¡El me vendió! Nana, el me vendió - mis lágrimas empezaron a brotar hasta que salieron

- Cariño... - me abrazó y le correspondí, este abrazo fue tan sincero - Te extrañaré mi pequeña - dijo con voz quebradiza.

- Yo te vendré a visitar, eso tenlo por seguro. No me importa que ese señor que suele llamarse mi padre me lo impida -

- No quiero que te metas en problemas -

- No me importa nana... - el sonido de una campana pequeña sonó por toda la casa, la mayoría del tiempo mis padres la hacen sonar para llamar a la servidumbre como ellos les suelen nombrar a las personas que mantienen limpia y con vida a esta casa.

- Debemos bajar ahora mismo -

Bajé con mis maletas en manos, mi nana iba a un lado de mi, cuando llegué al último escalón me detuve, alcé mi vista y vi a mi padre con el señor que me compró. Pero este se encontraba de espaldas.

Yo Te Compré || (Rubius & Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora