2ªT || 13 ||

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Mientras que lavaba mis manos me miré al espejo, observé con atención cada una de mis facciones de mi rostro.
Nunca me había detenido a ver qué tenía unas ojeras ya notables, unas cejas mínimamente fuera del contorno de su silueta, es decir, estaban pobladas, nada lindas.
Mis labios estaban secos, al pasar mi labial color vino podía sentirlos.

Me alejé un poco del lavamanos para poder mirar mi cuerpo completo, mis piernas y nalgas no están tan firmes como antes, mi abdomen está medianamente "plano", mis pechos aún siguen siendo nada voluminosos como las demás secretarias que trabajan en esta empresa, a excepción de algunas.

Nuevamente me acerqué al lavamanos para mirar mi rostro a detalle.

« Rubén tiene razón...mi rostro aparenta estar agobiada ¿Pero de qué? ¿El trabajo? Ni siquiera he llegado a mi límite de poder echar la toalla al piso para rendirme por completo. Aún no es momento de hacerlo. »

Suspiré decepcionada por mi ahora “vieja” apariencia.

Tomé una toallita desmaquilladora para quitar por completo el maquillaje de esta mañana. Lave mi rostro quitando esa capa fina de aceite.

Limpié mi rostro con una pequeña toallita que siempre cargaba en mi bolso para secarme.

Saqué de mi estuche mi rizador de pestañas y mi máscara de pestañas.
Con mucho cuidado aplique una capa delgada de la máscara de pestañas.
Me miré al espejo esperando que un maquillaje muy básico me hiciera ocultar un poco las pequeñas ojeras y disimular un rostro cansado.

Después de hacer todo eso, puse en mis labios un labial humectante que pintaba de un rojo muy tenue.

Mientras que guardaba mis cosas en su estuche la puerta del baño se abrió, miré por el espejo de quien se trataba.

— ¡_____! Pensé que ya no estabas –aparte la mirada de ella — ¿Has visto a la nueva secretaria personal de Ismael? –negué — Es muy bonita y ha estado coqueteando con el jefe desde hace dos días –

Rodé los ojos — No me interesa en absoluto –una vez que termine de guardas mi estuche en mi bolso, lo tomé con firmeza entre mis manos

— Debería de importarte, el señor Prego no ha hecho nada para impedir su tan atrevida forma de ser de su secretaría –dijo exagerando su alzar de cejas

— Cómo sea...–pasé aún lado de ella para poder salir del baño

— Si yo fuera tu le aclararía a Prego que fuera más discreto si me quiere ser infiel ya que casi toda la empresa sabe sobre lo que pueden llegar a tener la secretaria y él si esto continúa –antes de salir me detuve

— Debería de preocuparte por tus asuntos de trabajo y no hacer que se expanda más ese rumor ¿Acaso eres una conductora de televisión para difundir chismes? –hice una mueca y me fui de ahí sin hacer caso a sus palabras.

Llegué a mi oficina que por mi suerte compartía con Sofi. Durante el transcurso del día no podía concentrarme en mi trabajo, lo que hacia estaba erróneo.

Una quinta vez borré por completo las gráficas que ya había hecho.

«por dios ____ ¡Concéntrate!»

— Ten, este trabajo se lo tienes que dar al señor Prego –alcé la mirada para ver a Sofi

— Es tú trabajo, llévalo tú –negó

— El señor Prego me insistió en que fueras a su oficina –rodé los ojos y tomé la carpeta, antes de irme guardé el poco trabajo que estaba bien hecho.

Salí de mi oficina para ir al elevador, había un grupo de trabajadores cerca del elevador murmurando cosas.

- ella es la novia
- le está poniendo el cuerno y ella ni enterada
- está bien que le esté siendo infiel, mírenla bien su cuerpo se ve gordo y aguado

Yo Te Compré || (Rubius & Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora