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Abrí mis ojos al escuchar ruidos en la planta baja de mi casa. Miré la hora.

— ¡No! - me levanté rápidamente de la cama, tomé mi ropa para ir al trabajo me la coloqué y después mis tacones, tomé una liga para cabello del tocador. Y salí deprisa de la habitación.

Bajé las escaleras mientras hacía una coleta. Tomé mi bolso metí unos papeles y mi bolsita de maquillaje, verifique que todo estuviera adentro.
Papeles, maquillaje, lapicera, llaves...¡Llaves!. Las empecé a buscar por toda la sala.

¿Llegas tarde? - me asusté al escuchar esa voz masculina que provenía de la cocina — buscas esto - lo miré y tenía mis llaves

— ¿p-por qué las tiene usted? - me acerqué a él para tomar mis llaves pero las guardo en un bolsillo de su saco — señor Prego.. -

— deja de hablarme tan formal - río — puedes decirme Ismael o mi.. - lo interrumpí

— no le diré de esa manera - rodé los ojos — me puede entregar mis llaves por favor - le tendí mi mano

— no - río, rodé los ojos y fruncí el ceño

— ¿qué hace usted aquí? -

— ayer olvidé dejar tus llaves y pues te las quise traer a primera hora - sonrió — aunque creo que fue mala idea entrar sin tu consentimiento ¿No? - asentí

— puedo demandarlo - me crucé de brazos

— obviamente no harías eso pequeña - apretó una de mis mejillas — waa~ eres tan suave - empezó a acariciar mi mejillas con sus pulgares

— no haga eso - aparte sus manos de mi rostro

— por cierto mientras dormías preparé el desayuno para ambos - empezó a caminar hacia la cocina y lo seguí — anda toma asiento que ahora mismo te sirvo el desayuno - sonreí

Lo miré.
¿Qué pretende con todo esto?

Después de tener un delicioso desayuno Ismael decidió llevarme al trabajo.
Bajamos de su auto y subimos al elevador.

— hoy iremos a cenar así que te voy a esperar cuando termine tu jornada de trabajo ¿De acuerdo? - asentí — nos vemos más tarde - se acercó a mí y dejó un beso en mi mejilla — adiós - sonrió y bajo del elevador.

Me quedé perpleja lo miré caminar hacia su oficina y se fueron cerrando las puertas del elevador. Se pusieron de un color rojizo mis mejillas.

«¿desde cuándo es tan lindo conmigo?»

¿💘?


Al paso de las horas que se hicieron eternas por tantas cuentas que tenían que hacer, por fin me iría a mi casita a dormir, porque eso es lo que necesitaba en este momento, dormir.
Tomé mis cosas y caminé hacia el elevador, esperé a que se abrieran esas puertas de metal.

— hey _____ - escuché al señor Prego — ¿Estás listas para irnos a cenar? -

« cierto, había olvidado por completo esa salida con él »

Sonreí — por supuesto ¿Nos vamos? - se abrieron las puertas y me adentre junto con él

— que te gustaría comer ¿Comida italiana? ¿Francesa? ¿China? ¿Americana? ¿Tailandesa? ¿Rusa? Tu pídeme lo que quieras y te lo daré - me sonrió

— no es necesario que me lleve a ese tipo de comidas - reí nerviosa

— pero a mí se me place llevarte a comer algunas de esas - negué — anda solo será por este día ¿Si? - me tomó de la barbilla y nos miramos fijamente a los ojos

Yo Te Compré || (Rubius & Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora