Citas y peleas (Madi)

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Capítulo 17

Salgo del centro comercial cargando la “mitad” de las bolsas de Cristina, en verdad, yo creo que si otra persona me ve, va a pensar que varias bolsas se unieron para formar un cuerpo humano, no veo absolutamente nada, puede que este caminando hacia un precipicio y yo me enteraría hasta que estuviera cayendo, no sé cómo pretende que un taxi tenga tanto espacio.

-Madi, no te quedes atrás.- me dice Christina apurándome.

-Ya voy, si tan solo te dignaras a ayudarme…-

-Estoy cargando la mitad de las bolsas.-

-En que idioma la mitad significa dos Cristina.-

-En el idioma en el que yo traigo tacones y tu no.-

-Pero quien te manda a ponerte unos jodidos tacones.-

-El que me hizo tan chaparra.-

-¿A mí me vez con tacones?-

-Es diferente.-

-¿Por qué?-

-Porque a ti no te importa pero a mí sí.-

-Valla…- digo soltando el aire.

Caminamos por lo que me parecieron 15 kilómetros hasta encontrar un taxi, el cual encontramos, y saben ¿A quién le toco guardar las bolsas?... sí, ¡A MI!, y aquí me tienen peleándome con las bolsas y la cajuela, (Pero aquí entre nos, creo que van a ganar las bolsas).

Después de tres rounds de pelea intensa con las bolsas y la cajuela, logro meter la última en un minúsculo espacio que queda, me subo al taxi y cierro la puerta.

Todo el camino me quedo mirando por la venta, ya que Christina no para de hablar sobre cómo se va a vestir y que va a hacer para conquistar a Carl… Sí, conquistar a Carl, en la segunda cita ya está pensando en ponerle a su hijo Sebastián, pero aun así me alegro por ella, que lindo es estar enamorada. Solo cuando el amor es correspondido, porque si no es así, le dan una madriza total a tú corazón.

Nos paramos en un alto, yo sigo mirando por la ventana, pero me percato que parado en la acera, está el mismo hombre que vi la noche anterior, no le veo la cara, pero esta vestido igual, y también está parado cabizbajo como anoche.

Fuerzo la vista para ver de quién se trata, parece que va a alzar la mirada, está moviendo la cabeza lentamente hacia arriba, lentamente, y me parece que puedo ver una sonrisa amarillenta y desalineada, ya casi puedo verlo, pero el taxi avanza haciendo que no pueda ver de quien se trata, ¿será una amarga coincidencia?...

(Narra Brhian)

Me dirijo a mi habitación y abro la puerta, entro y doy un portazo tras de mí, no puedo dejar de pensar en lo que me dijo mi mamá… “reputación con los chicos”, ¿Sera lo que estoy pensando?, aghhhh, no lo sé, he ahí otro defecto de Bárbara.

Es solo que ella es como un libro abierto, puedes adivinar como es, lo que le gusta, sus pensamientos, sus sentimientos… Mientras que Madi es un enigma, no deja que veas en su interior, se mantiene seria e indiferente respecto a sus sentimientos, por eso ella se me hace fascinante, simplemente quiero ver en su interior, saber cómo se siente, que confié en mi… Pero creo que no voy por un buen camino.

Bueno, ya lo decidí, voy a ir a su casa a hablar con ella, espero que esta vez este sola, la última vez con Irina no me fue muy bien.

Me dirijo a mi armario y cojo una playera gris de manga corta, unos jeans negros y unos converse negros, me dirijo a la ducha y planeo tardarme un buen rato, después iré a ver a Madi…

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