La carta

1.9K 32 32
                                    

Capítulo 29

El sonido del despertador me aturde un poco, abro los ojos perezosamente y veo la hora, 11:55 p.m., puse la alarma cinco minutos antes para despertarme y tener tiempo de poder bajar las escaleras, servir el agua y tomar la medicina a tiempo.

Estiro el brazo y apago el sonido aturdidor, me froto los ojos para espantar un poco más el sueño, me siento en el borde de la cama y miro detrás de mí, Brhian está de espaldas a mí, me alegra que no se haya despertado.

Me levanto, salgo de la habitación, bajo las escaleras y entro a la cocina. Enciendo la luz, en la barra están las tres cajas de pastillas, saco un vaso de agua de la alacena, lo lleno y tomo las pastillas.

Dejo el vaso en el lavabo y me recargo ahí por un segundo, aún estoy muy adormilada, por lo que tengo que reaccionar un poco antes de volver a subir las escaleras.

Tomo aire profundamente y me giro para emprender mi camino…

-¡Demonios Brhian!, tú quieres matarme de un susto, ¡Por Dios!, has un poco de ruido cuando te acerques así.- le grito a Brhian sosteniéndome el pecho con ambas manos para que mi corazón no salga disparado, estaba detrás de mí y ni siquiera lo note, casi muero del susto.

-Lo siento, desperté y no estabas, entonces me preocupe.- me dice abrazándome por la cintura y jalándome hacía él.

-Dios, en serio, estuve a dos de un paro cardiaco.- le digo sin soltarme el pecho aun.

-Tranquila.- me dice acariciando mi cabello con una mano, mientras la otra aun sostiene mi cintura.

-Juro que si no fueras tú, rompería tu linda nariz.- digo soltándome el pecho y poniendo mis manos en sus hombros.

El ríe un poco, después, con la mano que tiene acariciando mi cabello, me impulsa más hacía él y me besa, paso mis manos de sus hombros a su cuello y subo hasta hundir mis dedos en su cabello para profundizar más el beso, inhalo profundamente y puedo apreciar su olor a hierba buena y además a seguridad, al momento de exhalar no puedo evitarlo y suelto un gemido contra sus labios porque esta vez, no es solo ternura, si no que su lengua se adentra a mi boca y danza junto con la mía, él baja sus manos acariciando mi espalda, como si quisiera memorizar cada detalle de ella, roza mi cadera y puedo sentir el contacto de uno de sus fríos dedos contra un trozo de piel que ha quedado desnuda por estirarme para abrazarlo, sigue bajando y coloca sus manos por detrás de mis muslos, haciendo que salte y enrolle mis piernas alrededor de su cintura, empieza a caminar en dirección a las escaleras, pero se detiene un segundo y pone mi espalda contra una de las paredes, se separa de mí y me mira directamente a los ojos. En este momento no hace falta que diga nada porque todo lo que siente me lo transmite a través de su mirada.

-Te quiero.- le digo, pero es como si otra persona lo dijera, no he pensado ni un segundo, simplemente lo he dicho.

Él no dice nada, solo se acerca y vuelve a besarme, una vez más adentra su lengua en mi boca y me besa con mucha fuerza, vuelve a emprender el camino y empieza a subir las escaleras, llegamos arriba y me lleva directamente a mi habitación, me acuesta sobre la cama y él se pone sobre mí, dejando caer un poco de peso sobre mi cuerpo, mis piernas siguen rodeando su cintura, y mis manos siguen acariciando su cabello, Brhian coloca sus manos a ambos lados de mi cabeza para poder recargar su peso en ellas, sigue besándome apasionadamente hasta que yo vuelvo a soltar otro gemido, es entonces cuando se aparta de nuevo.

-Madi, no quiero que hagas nada para lo que no te sientas lista.- me dice con la respiración entrecortada por la excitación.

-Brhian soy virgen, si es lo que te preocupa.- le digo a modo de broma.

EmptyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora