El mejor error de mi vida

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Capítulo 24

-¿Qué haces aquí?-… le pregunto incrédula por lo que veo.

-Vine a darte lo que te había mencionado.- dice Susan extendiéndome una enorme caja de madera.

-¿Qué es esto?- pregunto con desprecio pero aun así aceptando la caja.

-Son las cartas y recuerdos tuyos y de Brad.-

-Eso de arruinarme la vida se te está haciendo una mala costumbre.-

-Lo siento pero creo que lo más razonable sería que tú te quedaras con todo esto.-

-¿De cuándo acá lo razonable es tu especialidad?-

-Madi no vas a ganar nada odiándome por el resto de tu vida…-

-¿Y tú que ganas desconectando a tu hijo?- pregunto subiendo un poco el tono de voz.

-Yo nada Madi, pero ya te dije que él ya no tiene esperanzas y puede que otra persona sí, y también puede que esa otra persona no tenga atención médica y…-

-¡Largo de mi jardín!-grito interrumpiéndola.

-¿Qué? Pero…-

-¡Ahora!-

-Madi que…-

-¡AHORA!- digo señalando el camino.

-Sí, está bien pero recuerda que el funeral es él 27 de Junio…-

-¿Cómo?-

-Sí, el 27 de Junio.-

-¿Es todo?- pregunto en un tono careciente de emociones.

-Sí.-

En lugar de contestar solo le cierro la puerta en la cara.

Coloco la caja en el suelo a un lado de mí, me deslizo lentamente por la puerta hasta quedar sentada, escondo la cara entre mis dos manos y empiezo a llorar.

No quiero abrir la caja, no lo aré, es demasiado duro para mí, no lo soportaría, estoy cansada de fingir que todo está bien cuando en realidad no lo está.

Mis pensamientos son interrumpidos ya que suena el teléfono fijo en todas las habitaciones, me levanto, limpio mi cara y me dirijo al teléfono que está en la pared de la cocina que es el qué está más cerca, descuelgo el teléfono e intento calmarme un poco antes de contestar.

-¿Hola?- pregunto con la voz más normal que me sale.

-Hola cariño, ¿Estas bien?- me pregunta la voz de mí mamá en un tono algo preocupada.

-Sí, ¿Qué pasa?- pregunto.

-Me parece que esa pregunta deberías contestármela tú.-

-No es nada.- pero sin querer se me sale un sollozo.

-Ho linda, encontraste a Susan ¿Cierto?- me pregunta compasiva.

-Sí, ¿Tú lo sabías?- pregunto tomando una servilleta de la barra que tengo al lado y limpiándome la nariz.

-Sí, ella me informo antes de llegar a la ciudad, es increíblemente mala, pero como es su madre nosotras no tenemos voz ni voto.-

-Lo sé.-

-¿Qué más pasa?-

-Nada nuevo.- contesto mintiendo y lamiéndome el labio inferior ya que aún está lo de la cita con Brhian.

-Ho, estas mintiéndome, puedo escuchar cómo te lames el labio, esa costumbre que tienes cada vez que mientes es una de mis mejores amigas.-

-Creo… creo que tengo una cita.- digo tartamudeando un poco.

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