Capítulo 22
(Narra Madi)
Abro los ojos lentamente, mis cortinas están abiertas y me molesta mucho la luz, siento como mi cerebro me punza, no puedo moverme, al respirar me duele el costado, ¿Qué demonios paso anoche?, no recuerdo mucho, solo son borrosas imágenes de Susan, de Jasón, de Omar y de … Brhian.
Sigo abriendo los ojos perezosamente hasta que logro empezar a ver algunas cosas, siento mucho calor, pero mucho, recargo mi mano sobre el colchón para incorporarme pero… ¡Esto no es un colchón!, es una persona, y no es cualquier persona, es Brhian que esta acostado junto a mí, ¡Sin playera!, por eso sentía tanto calor, es calor humano.
Empiezo a revolverme locamente por las cobijas, prácticamente quiero encontrar el punto de la cama que este más alejado de él, termino como tamal envuelto en todas las cobijas y retrocedo como puedo, hasta que se me termina la cama y caigo de espaldas, bien hecho, me dispara mi subconsciente como siempre apoyándome…
-¡Madi, ¿Estas bien?!- me pregunta Brhian alarmado.
-¡¿Qué haces en mi casa?! Lo que es más importante, ¡¿Qué haces en mi cama?! Y semi desnudo encima.-
-Así es como me paga la señorita por salvarle la vida, pero vuélvete a meter en una bronca de ese tamaño a ver quién te ayuda.- dice en un tono de nena ofendida.
-¿Cómo?- pregunto desconcertada ya que no sé de qué habla.
-¿Ahora me vas a salir con que ya no te acuerdas?-
-En realidad, a duras penas me acuerdo de mi nombre, ¿Puedes ilustrarme?- pregunto levantándome.
En lugar de contestar él se levanta y justo en el centro de su desnudo y marcado abdomen hay un enorme moretón que se ve que debió doler demasiado.
Entonces, esas imágenes borrosas que circulaban por mi cabeza ahora son claras, lo recuerdo todo, desde que salí del callejón con Jasón, hasta ahora en donde Brhian aparece con un mega moretón y semi desnudo en mi cama…
-Ho, ya, lo recuerdo, bueno gracias y lo siento y auch.- digo pellizcándome el puente de la nariz ya que había olvidado mi dolor de cabeza.
-Ufff, sí, me imagino cómo te sientes ayer te pusiste hasta la madr…-
-Lo recuerdo, lo recuerdo, no tienes por qué restregármelo en la cara.- digo interrumpiéndolo.
-Venga ya, tranquila que el día de hoy yo voy a encargarme de ti.- dice mientras desenvuelve las cobijas que han quedado enredadas en mí cuerpo.
-Hay gracias, no sabes cuan agradecida estoy contigo yo…-
-Solo…- dice interrumpiéndome y levantando el dedo índice a modo de advertencia.
-solo….- Repito para animarlo a seguir.
-Solo sí me dices porque paso todo eso.-
-¿En verdad?, porque no mejor me pones a lamer el suelo.-
-¿Segura?-
-No, no, no, es solo un decir.-
-Bien, ¿Vas a decirme?-
-Dame tiempo, te juro por Dios que te lo diré, pero no ahora ya que siento que el infierno me está tragando viva.- digo sobándome las cienes con los pulgares.
-Está bien, ¿Tienes hambre?- me pregunta muy lindamente.
-No, siento que todo lo que coma va a salir molido de vuelta.-
-Aghhh, que asquerosa eres.-
-Lo siento, cuando me siento mal me pongo muy literal.-
-¿Te parece si te recuestas un rato mientras te preparo algo para la cruda y después tomas un baño?-
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Mystery / ThrillerA veces el corazón tiene un encanto repentino, un dolor que parece interminable, una confusión que lo abarca todo. A veces el corazón deja de latir, otras cambia su ritmo, a veces late más rápido. El corazón hace todo esto por una razón. Hasta un ór...