Asmodeus de la lujuria, David Dunoir. Rango: Pecado.
Calendario: Año 2010, Mes 8, Día 23.
???.
No despiertes, el horror estará en la realidad y tu alma se quebrará.
Aquel despertar nunca lo olvidare, me sorprendió el avistar una habitación femenina, con un toque artístico debido a los escalonados diseños pintorescos de flora y fauna mística pintada a mano llenas de el piso hasta el techo, pero, ausentes de la artista ¿habríamos alargado la noche hasta dirigirnos a su casa y continuar la aventura? En ese momento mis únicas pistas eran mi presencia en las adyacentes calles de Fitztrovia y el perfume de aquella dama sobre mi piel.
Fue una bonita mañana, comimos juntos el desayuno que preparo además de una taza de té para ayudar a la digestión, estaba... Alegre... Creo... No me sentía así desde...
Rindete, sabes que la locura te llama, sabes lo que les paso y sabes que fue tu culpa...
Bueno eso no importa, la verdad, situaciones como esta se repitieron varias semanas hasta el punto en el que ya no era solo los viernes, si no toda la semana, cada día y cada hora que podíamos, que ingenuo fui, nunca dudé ni repliqué sobre aquella "fantástica" vida que estuve teniendo.
Una tarde de miércoles, mientras estaba dando clases, un peculiar hombre fue a buscarme, era un policía que venía a interrogarme.
Aparentemente, habían ocurrido una serie de asesinatos en las cercanías, los cuales, al ser diagnosticados que habían muerto por la misma mano, habían sido nombrados "yeux perlés", no obtuve mucha información de su parte debido a que era confidencial, éste solo quería interrogarme sobre si había visto algo raro, sospechaban que él o la culpable estaría dentro de la institución por razones que descubriría al llegar a casa.
El horror ha comenzado, la sangre está en tus manos, responsabilízate de tus acciones y acepta la desgracia.
Al finalizar las clases, volví caminando a casa, debido a que aquella profesora no tenía turno ese día, en el camino, como siempre, las personas estuvieron saludándome, gente que realmente no conocía bien o, incluso, no conocía su nombre, a excepción de una señora, tenía unos 60 años y tenía una floristería ambulante, llevaba varios años conociéndola, a veces incluso me regalaba flores en fechas especiales, por lo que solo bastaba un saludo con la mano para proseguir mi camino.
Penumbra fue lo que envolvió toda la calle, tan vacía y oscura como los fríos cementerios tras una guerra y, cual espanto, se apareció una sombría figura a pocos metros de mi persona, cojeando cabizbajo lentamente en mi dirección, dejando un peculiar rastro por el extraño líquido que goteaba de sus mangas.
Extrañamente, mi cuerpo no respondía, pero no era por el miedo, era como si una extraña fuerza bloquease cualquier músculo de mi cuerpo, ni siquiera podía sentir mi propia respiración y eso era algo que aquel extraño ente aprovechó.
Paso tras paso se acercaba, aquellos segundos parecieron horas, mi percepción del tiempo había desaparecido, solo quedaba el intenso miedo reinando con puño de hierro, atormentando todo mi ser, destruyéndolo desde adentro y pudriendo el exterior, ese era el verdadero horror.
Estaba frente a mí, cabizbajo y con una capucha que no me permitía ver su rostro, debía medir más o menos 1.40 metros, delgado y empapado con un líquido color carmesí, más que un espanto parecía un niño, pero había algo familiar en él, algo que, perturbadoramente, me traía cierta... nostalgia.
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Aquel pensamiento
Mystery / ThrillerEl valor de un hombre no es otro más que el de su forma de ver el mundo... A veces, solo aveces, la vida se simplifica a solo dos caminos: "¿Podré o no podré?", pues esta es la historia de un hombre que tan solo quería responder una pregunta... "¿Q...