Aquel pensamiento

Conciencia en pastillas

 El demonio de Rutther, David Dunoir. Rango: Huérfano.

Calendario: Año 1992, Mes 7, Día 30.

 ¿Orfanato?

  Solo son medicamentos no te preocupes...

 Solo es una inyección no te preocupes...

 Solo será una pequeña operación no te preocupes...

 Ahora, abre la boca y grita de dolor...

 - Hola a todos mi nombre es David Dunoir, hace poco cumplí 12 años pero unos días después mis padres y hermana murieron en un accidente y fui arrastra... perdón, traído a este orfanato, espero que nos llevemos bien.

 Todos los demás niños aplaudieron luego de presentarme. La señorita vestida de enfermera nos hablaba a todos sobre las reglas básicas de siempre; no gritar, no molestar cuando adultos estén hablando, esa clase de cosas.

 Apenas ayer llegué a este lugar, después de lo ocurrido me llevaron a una comisaría de policías donde esperé durante horas hasta que un cierto hombre llegó, era el padre de Louise, una buena amiga con la que pasé gran parte de mi infancia, jamás me agradó mucho ese hombre, pero era mejor que estar en una jefatura con extraños. Luego de largo y molesto procedimiento, fui traído aquí, donde pasé el resto de la noche y... pues aquí estoy.

 - Muy bien chicos, ahora digámosle lo más importante a David ¿Quién tiene la palabra final siempre?

 - Usted señorita, el resto del personal y, principalmente, el señor Roswell señorita Fillmore. – dijeron todos los demás niños al unísono –

 - Muy bien Dunoir, ahora a tu asiento para que comience la clase de hoy.

 Este lugar es verdaderamente extraño, pensaba que esto sería un orfanato con todo y eso de las monjas como en las películas, pero ¿doctores, enfermeras y cuartos totalmente blancos? Esto parece un hospital... no, aun peor, un manicomio. Pero bueno ¿Qué más puedo pedir a mi nuevo "hogar"?

 - Chicos hoy hablaremos sobre biología...

 Realmente prestar atención en clase jamás fue mi fuerte, así que no se verdaderamente que dijo el resto del tiempo.

 Notaba como mis compañeros me miraban extraño, claro, ellos pensaban que no me daba cuenta que "casualmente" volteaban cuando los veía, todos menos uno, un niño delgado de piel pálida y ojos verdes, el cual solo se quedaba mirando el techo mientras intentaba balancear un lápiz con su nariz.

 - bueno, ya es todo alumnos por favor diríjanse al comedor para comer y luego vuelvan a sus habitaciones – dijo la profesora después de escuchar la campana de salida –

 El descanso fue verdaderamente estresante en su mayoría, al principio ni siquiera podía comer, las miradas de todos fueron... horribles, parecía que miraban con miedo a un monstruo, apuñalándome como agujas penetrando mi piel dejándome ahogarme en el océano de mi propia sangre, o al menos hasta que alguien se acercó a saludarme.

 - Ho-hola ¿co-como estas? – dijo el chico nervioso con una voz baja –

 Aquel chico era el de la clase, aquel paliducho que solo veía el techo con desdén me estaba saludando ¿por qué? No lo entiendo, incluso parece que también tiene miedo, pero aun así me saluda ¿estará loco? Bueno, no es como que haya algo por lo que temerme, pero aun así...