Pétalos de belladona

16 3 0
                                    


 Asmodeus de la lujuria, David Dunoir. Rango: Pecado.

Calendario: Año 2010, Mes 8, Día 23.

???.


 Despierta, despierta, la muerte se acerca, una criatura intangible que los cuerpos desechan, si aquel mounstro te produce inquietud ¿Por qué preocuparte si la bestia eres tú?

¿Oh? ¿Qué ocurre?

Cierto, discúlpeme, creo que me quedé dormido unos segundos, pero no puede culparme, no he dormido en 2 días por su culpa ¿verdad? Al menos pudiste decirles que me dejasen descansar unas horas ja, ja, ja ¡JA!

Realmente fue una horrible pesadilla ¿no te parece? ¿Eh? ¿Que a quien le hablo? No sea ridículo, llevamos hablando los 3 todo este tiempo, solo siga sentado y escuche.

Aquel color rojo de las paredes no podía compararse, ese olor, ese color, esa textura, no había otra explicación, por más que quisiese mentirme y decirme que no pasaba nada, que eso solamente era pintura, no podía

Sangre, sin lugar a duda era lo que manchaba aquellos inmaculados muros, pero eso no era lo importante, eso no era lo que no podía ni quería creer, ella, aquella hermosa rubia que había sido la luz de mi existencia durante tanto tiempo, aquella mujer a la cual siempre fue devoto mi amor yacía agonizante en el suelo. Justo después de decir aquellas palabras tomó el arma, se apuntó y disparó en el centro del pecho.

Agonizante ella rodeó su cuello con sus manos, retiró aquel collar de plata y, tomándolo por el dije, me hizo señas para que lo tomase, pero no pude moverme, no pude hablar, solo recuerdo estar cayendo por el asma mientras veía aquella linda y tierna profesora arrebatarle el collar de las manos a el ya muerto cuerpo de Louise.

¡Maravilloso! ¡Increíble! Deli-ci-o-so ¿Qué te parece? Anda, deléitate con el placer de observar el frío cadáver de aquellos ingratos codiciosos que subestimaron el sabor de la pereza, esos malagradecidos que quisieron alcanzar la cima del árbol del éxito y cayeron al vacío de la desesperación rogando por la estela de un trágico final.

¿Uh? ¿Qué ocurrió? De repente hay estaba yo, en ese mismo lugar, pero era diferente, a pesar de ser exactamente igual... no era lo mismo, la luz blanquecina de la luna se había tornado oscura, el ambiente se había vuelto pesado y, por alguna razón, no podía parar de sudar, sin importar el frío, sin importar la hora, el calor era tan intenso que incluso el hielo adyacente en el suelo se derretía a una velocidad exuberante.

Me acerqué a aquella extrañamente atrayente pared, pero por alguna razón no quería tocarla, tenía miedo, temía tanto que mis palmas sudaban mientras intentaban sostener mi corazón desamparado, la bilis en mi garganta subía y bajaba cual ascensor al infierno.

No sé porque decidí tocarla, a pesar de todo esto, me acerqué y con la yema de los dedos deslicé la pintura de aquella pared, pero, lo que me esperaría no sería un sólido y rasposo rosé de un muro de granito pintado ¡eso no era una pared!

Mis dedos atravesaron esa pared como si fuese la superficie del agua, sentía que me llamaba ¿Qué podía tener la determinación suficiente para llamarme a través de un "muro"? no lo sabía, pero tenía que entrar, tenía que seguir aquella voz.

Paso a paso, el ambiente se iba tornando más y más oscuro, más y más sombrío, mi mente se perdía en el gotear del agua, en el olor a la tierra húmeda por las lágrimas de mi esperanza, la sensación de desamparo era incomparable, a pesar de sentirme tan cerca de mi objetivo, ahora solo me quedaba el dolor de mis huesos en el frío de la realidad.

Aquel pensamientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora