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Ambos sabían que debían hablar de aquellos besos, pero, ¿Qué se dirían? Eran hombres que dormían juntos y ahora se besaban, estaba mal por donde se mire.

Quizás por eso no hablaban, para poder seguir haciéndolo...

Con el pasar de los días, Renjun se encontró esperando por aquellos besos, por lo general llegaban después de la cena, cuando se iban a la cama, pocos pero intensos, terminando sonrojado y semiduro, intentando dormir sin voltear hacía su acompañante.

-Hoy no dormiré en el palacio- le informó Jeno mientras desayunaban -haré una inspección en la zona norte, vendré mañana.

Renjun asintió, un poco decepcionado por pasar la noche solo -ten cuidado.

Pasó la tarde algo desanimado, se reprendió a si mismo por dejar que algo tan tonto como una noche lejos del rey lo deprimiera, acostumbrarse a la compañía fue demasiado fácil.

Jeno lo besaba sabiendo que era un chico, siempre se preocupaba por él y lo cuidaba, su unión se sentía casi real y en el fondo lo preocupaba, no podía fingir ser una mujer por siempre.

Decidió salir del palacio cómo antes, la vigilancia desde que era concubina real había aumentado pero se las arregló para alejarse de las habitaciones sin ser vista, ya no tenía que subir ningún muro, pudo cruzar las grandes puertas caminando con aquella placa que el rey le había otorgado para ocasiones como esas. Sus últimos escapes los había hecho con Jeno, incluso en su intento de disraerse para no pensar en él lo recordaba.

Ten lo recibió emocionado, pudieron hablar como antes, solos los dos como viejos amigos.

-¿Y tu novio? -preguntó Ten.

-No es mi novio- respondió Renjun -y se encuentra de viaje.

Ten lo miró con burla -cuando vienen y debo traerles más vino, la tensión sexual me sofoca.

-Idiota.

-Más respeto, deberías llamarme oraboni*

Se sentía tan cercano a Ten que a veces olvidaba que no sabía su secreto.

Las lecciones de beber de Ten y Jeno funcionaban cada vez mejor, había bebido una gran cantidad de vino de arroz y apenas y podía sentir una ligera embriaguez, caminó despacio de regreso a casa, la sola idea de la cama vacía lo desanimaba.

Lo más sensato era dormir en su habitación lo poco que quedaba de noche y no levantar sospechas, pero terminó en la habitación de rey, dormido entre las almohadas que olían a Jeno.



Los golpes en la puerta lo despertaron, de muy mala gana por la resaca -lo buscan en su habitación-le indicó una de las sirvientas sin explicar demasiado, odiaba eso en el palacio, siempre daban la información a medias.

Al entrar a la habitación, minutos después, pudo ver a Sicheng sentado esperándolo.

-¡Volviste!- exclamó emocionado levantándose para abrazar a su amigo que se veía algo agitado -Dijiste que llegarías hace días, estaba a punto de enviar gente a buscarte.

Sicheng se dejó abrazar, tratando aun de recuperar el aliento perdido por cruzar corriendo todo el palacio -Debemos irnos- rompió el silencio.

-¿Qué?

-Tu hermano está en camino. 

Bridal Mask [Jeno x Renjun] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora