Año 1508
La gente siempre ha pensado que los desastres naturales suceden porque el rey es indigno para aquel cargo y aquello ofendia a los dioses.
Corea estaba pasando por su época más grande de sequía en años y el descontento se empezaba a notar, era un secreto a voces que el pueblo empezaba a dudar de las buenas decisiones de Lee Jeno, su rey.
-Majestad, debemos empezar el ritual ahora.
Un ritual para la lluvia era casi una burla a sus decisiones de estado, pero el pueblo no estaba feliz y aquello era algo diplomático, no creía que unas oraciones y cantos provocarían lluvias.
-¿Los invitados aún no llegan?- preguntó a Jaehyun, el secretario real.
-El barco debería haber arribado, seguramente llegarán en la noche- le informó.
Al menos aquellos extranjeros no lo verían haciendo aquello.
Cuando salió de su habitación su actitud cambio completamente, un rey no sólo debe serlo, debe actuar como uno, caminó seguido por su séquito hasta el lugar donde el ritual iniciaría; Yeri se encontraba de pie junto a su trono, esperando por él para tomar asiento.
-Su alteza- saludó luciendo radiante.
-Mi reina- devolvió el saludo antes de tomar asiento y dar la orden de empezar todo.
Solo esperaba que luego de eso el pueblo dejara esos estúpidos rumores de maldiciones sobre su reinado.
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.-Esto es tan aburrido- se quejó Renjun levantando la pequeña cortina que cubría la ventana -¿Cuánto más debo estar en esta cajita?
Sicheng quiso reír ante la imagen de su amigo, pero se mantuvo firme sobre su caballo -falta poco para llegar, el rey envió este comité de bienvenida que incluye el palaquin* que llama caja.
¿El dichoso rey pensaba que era una especie de ratón? Estaría más feliz si le hubiese mandado un caballo cómo a Sicheng, además no era nada ligero y se sentía culpable por hacer que esos hombres lo cargaran durante todo el trayecto.
Si ese era el inicio no sabía cómo aguantaría meses en esa situación, esperaba al menos que lo dejen caminar, era un hombre de campo, le gustaba la ropa cómoda y los lugares amplios, ahora no podía ni estirar las piernas.
-
Puedo ver el castillo, llegaremos pronto- le dijo su amigo y se tuvo que conformar con ello, cerró la cortina y trató de relajarse.
Se suponía que estaba cruzando el pueblo para ir al palacio pero el silencio era casi preocupante, por lo poco que podía ver por la cortina, las calles estaban vacías.
Corea es muy diferente a China, pensó.
Sintió que lo dejaban en el piso y en un instante Sicheng lo ayudaba a salir de la ratonera, se encontraban dentro del palacio pero el lugar era enorme y estaba lleno de gente.
-Por favor, esperen aquí un momento mientras informo su llegada- le indicó uno de los hombres que lo llevaron.
Pero en cuanto el hombre se marchó con algunos de sus empleados, empezó a caminar hacia la multitud, notaba que atraía miradas, su hanfu* colorido lo destacaba del resto, algunos inclusos le daban espacio para que pase, no quería meterse en problemas, solo miraría que se celebraba y luego regresaría junto a Sicheng.
Pero entonces un niño le dio una vara de incienso y le señaló el altar donde las personas se estaban acercando a encenderlo, no podía despreciar la buena voluntad de aquel pequeño, sonrió y lo tomó, empezando a caminar hacia el altar, todos lo hacían ¿Qué podría salir mal?
Su incienso emitió una chispa cuando lo acercó al fuego, quizás una advertencia del cielo de que no debía estar allí, pero lo ignoró, no notó que las personas lo miraban así que caminó hacía el altar.
Depositó aquella vara junto a las demás y realizó una inclinación por respeto, pidiendo suerte a pesar de no saber que era lo que el resto pedía, o siquiera si podía hacerlo; sintió una gota de agua en su mejilla, fue sutil pero el día era caluroso por lo que estaba seguro.
-Va a llover- anunció en el mejor coreano que pudo.
Cuando toda la atención del lugar se posó en él, incluso la música se detuvo llenando el lugar de un incómodo silencio, supo que había hecho algo incorrecto, ¿Acaso pronunció mal y dijo algún tipo de insulto? Si hablaba más podría empeorar la situación así que hizo señas hacía el cielo, las gotas de lluvia lo ayudaron a explicarse.
En pocos segundos la lluvia cayó sobre el lugar, pero para su sorpresa nadie parecía querer cubrirse de ella, los coreanos definitivamente eran raros.
-¿Qué se supone que haces? -regañó Sicheng acercándose -eres una maldita máquina de problemas.
-Lo siento.
Pero cuando iban a volver hacía el palaquin un hombre se acercó a ellos, Renjun no debía ser muy inteligente para saber quien era, los bordados de oro y el símbolo del dragón solo podían pertenecer a un rey.
-¿Quiénes son ustedes?- les preguntó con evidente molestia.
Demonios.
Acababa de llegar a Corea y ya había enfurecido al rey de aquella nación.
🙂
El noren ya se conoció... iba a dejar eso para el próximo capítulo pero no me pude esperar.
Cuando use palabras o términos antiguos los acompañaré de un asterisco para al final darles una explicación.
Palaquin: un instrumento/artefacto usado en oriente para llevar personas
Hanfu: vestimenta tradicional china.
Daría foto pero sería spoiler.
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Bridal Mask [Jeno x Renjun]
FanfictionA veces para poder sobrevivir debes volver a nacer... Renjun nunca creyó en el destino hasta que vio a Jeno a los ojos.