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IRATI

—A veces pienso que ustedes no me escuchan. —murmuro cruzando los brazos.

Sus ojos se posan sobre mí unos segundos, para después seguir en lo que están haciendo. Bufo molesta y miro por la ventana.

Tantos meses de quejarme, de decirles y de obedecer para que no me obligaran a ir con ellos a ese tonto baile. Estoy harta, me saca de mis casillas que nunca me escuchen... Y lo peor de todo es que voy a ver al arrogante príncipe de los elfos... Maldito engreído, no lo soporto.

Su semblante aburrido y frío me hace confirmar las teorías que saca mi mente sobre su personalidad. Parece ser un muñeco de esos que mi padre me había traído hacia años de la tierra. Hermoso por fuera y vacío por dentro... Parece justamente ese muñeco que ponen en las películas de esa muñeca Barbie.

Horas más tarde, cuando el sol ha salido y la luna se había ido. El carruaje se detiene frente al enorme palacio, no es tan grande y hermoso como el de nuestro reino, pero igual tiene lo suyo. Sus enormes columnas le dan una especie de fachada gótica y los enormes ventanales que tiene me encantan, es una construcción enorme con cientos de habitaciones para los miles de personas que vienen... Pero lo que más me gusta de este lugar es el gigantesco jardín que posee un misterioso laberinto.

Un mozo abre la puerta, me ofrece su mano para que baje y de un salto sigo a mis padres. Mi madre saluda llena de alegría a la reina Cassiopea, una enorme sonrisa se extiende por mi rostro y sin importarme las reglas de modales salto sobre ella y la envuelvo en un abrazo. Yo enserio adoro a la prima de mi padre.

Siento una mirada pesada sobre mí, cuando levanto los ojos de la tierra chocan contra los suyos. Maldito elfo arrogante, iceberg andante. Lo fulmino.

ASTER

Miro con total aburrimiento como la princesa se lanza sobre mi madre y luego me fulmina con su mirada color vómito. Bufo con aburrimiento y me cruzo de brazos.

—Cariño, ¿no piensas saludar a la princesa Irati de Eliserón? —pregunta mi madre.

¿Princesa? ¿Acaso he escuchado bien? Esa chica no tiene nada de princesa. Me acerco a ella, le sonrío con burla antes de hacer una reverencia sin ocultar la sonrisa.

—Oh Aster te sientes mal... Digo estas sonriendo ¿eso no puede afectar tu fachada de príncipe del aburrimiento? —susurra la arpía respondiendo a mi reverencia.

—Claro que me siento mal, tu simple presencia me desagrada. Imaginaba que no vendrías, pero vaya, me he equivocado. —me alzo de hombros.

—¡Ja! Es bueno saber qué piensas en mi... Digo ¿quién no pensaría en mí? Soy genial... Anda quítate de en medio, que tengo hambre.

Rara. Al terminar de hablar choca su hombro con el mío y se va directo al castillo resonando sus estúpidos tacones. Ojalá se caiga.

Esa hechicera me las pagará la próxima vez que me la encuentre pienso mientras termino de saludar a su padre Ironterón. Al terminar de saludar a sus padres siento como un pequeño brazo se desliza entre los míos hasta quedar en mi músculo, me sonríe y sus ojos llenos de lujuria delatan sus intenciones.

—Aster... —susurra arrastrando las palabras. Frunzo mi ceño dejándome llevar por mis pensamientos y el malestar que me provoca escucharla hablar de eso modo. ¿Por qué lo hace? Parece un gato con problemas estomacales. — ¿Cómo has estado, guapo? Te he extrañado mucho. —sus labios forman un puchero ridículo y yo me abstengo de rodar los ojos al ver lo estúpida que se ve.

—Hola Tiara. —digo con molestia y arrugo mi nariz—. Te dejare varias cosas en claro está noche, ninfa. Primero: No vuelvas a arrastrar las palabras en mi presencia, simplemente te vez ridícula y no eres una cambia formas. Segundo: Ni un puchero más frente a mis ojos. Tercero: Un guapo más y puede que las consecuencias no sean de tu agrado. Cuarto: También diría que te he extrañado, pero sinceramente el sentimiento no es mutuo. —me alejo antes de escuchar su respuesta, lo más seguro es que comienza a lloriquear y eso no lo soporto.

Suficiente tengo con la irritante de Irati que con su sola presencia o la mención de su nombre mi humor se iba directo a la mierda, como para que la estúpida ninfa se acerque a conseguir algo más que una casual charla, oh no, ella me desea más de una noche en su cama, pues que se joda o busque a algún tonto que lo haga, porque yo tengo mejores cosas que hacer. Ruedo los ojos y me dirijo al jardín trasero.

Con algo de suerte tendré unas horas para relajarme lejos de la hechicera o la ninfa hasta la cena.

IRATI

conversan sin parar sobre cada heredero joven que se detiene a mirarnos y a saludar. No estoy interesada en ellos, mis ojos inquietos buscan por todo el lugar intentado encontrar algo... Me niego a aceptar lo que siento. No puedo sentir esto, es inapropiado y muy masoquista... ¿Porque? no entiendo en que momento comenzó a suceder.

Solo...

... quiero dejar de sentir por él estas cosas prohibidas. Lo odio por eso.

Lo odio tanto que duele... Sentir eso por él, no tiene sentido. Su cabellera castaña me hipnotiza por unos segundos, de nuevo esa maldita arrastrada está sobre él...

«Es tuyo, no permitas que se acerque.»

Niego rápidamente y con una mano me froto la cabeza...Esto no es bueno, mis manos están tensas y cubiertas por un par de guantes que mantienen a los demás a salvo... ¿De quién? de mí, soy un peligro para todos.

No puedo permitirme perder el control... No por una situación tan tonta como esta, tengo que olvidar.

La sirena y la banshee continúan cuchicheando sobre chicos y algún que otro chisme de la sociedad.

—Por un demonio. —susurro en voz baja. — quédense calladas, no todos los hombres son interesantes, son aburridos y tontos... —tomo el brazo de cada una arrastrándolas hasta el jardín.

Solo espero no encontrarme con ese elfo idiota.

—¡Irati!

Unos fuertes brazos me sostienen y cuando subo la mirada quiero morirme... Lo que no quería y lo primero que consigo. Una enorme sonrisa cínica llena de burla me hace saber que la situación le está causando mucha gracia. Aun cuando sonríe parece tan falso y tonto.

—Aster. —gruño su nombre frustrada. — Esperaba no verte más.

—Irati —gruñe él también haciendo una mueca, algo en mí se remueve—. También tenía la misma esperanza de no volver a verte.

ASTER

Y aquí me encuentro con la princesa de Eliserón entre mis brazos, evitando la caída que tanto había deseado que tuviera para burlarme de ella, en medio de una multitud de príncipes y princesas. Puede que la odie, pero conservo modales y en ellos esta evitar que alguna mujer caiga al suelo en mi presencia, por más que se tratara de Irati.

— ¿Q-quieres soltarme de una vez? —¿Acaso ella está tartamudeando? Sonrío con malicia. —A-aster te ordeno que me sueltes en este momento, idiota sin cerebro.

Acerco aún más mi rostro al suyo, desobedeciendo completamente a su mandato. Con mi pulgar trazo pequeños círculos en su cintura, rozo nuestros labios con lentitud y entonces paso algo totalmente extraño que hizo que me aparte de golpe.

Estoy empapado y no solo yo, todas las personas que se encuentran en el jardín están mojadas y las copas, vasos e incluso la fuente de agua que adornan el jardín han explotado.

Irati: El Libro Perdido (Guarrenclow #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora