19.

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Capítulo 19.


"Libérame de esta maldición,
Estoy tratando de permanecer calmada,
Pero estoy luchando.
No te puedes ir."
Disturbia, Rihannna.







IRATI.

Me levanto del sillón conteniendo una mueca, por fuera puede parecer que estoy mejor pero lo cierto es que desde que desperté esta mañana he tenido un profundo dolor en la espalda y por momentos mi vista se nubla causando que vea borroso. Le extiendo la mano a Lun, pero de nuevo la tos me ataca. Los ojos me pican con las lágrimas que me niego a soltar, apartó la mano de mi boca y la miro, hay una mancha de sangre. Me toco la espalda poniéndome recta, un horrible dolor me recorre pero trato de ocultarlo.

Aster y Drake me miran preocupados, trato de sonreír para que no se preocupen.

— Enserio estoy bien. — respondo mirando fijamente al elfo que se ha vuelto a incorporar. — ¿Lun?

— ¡Voy mami!

Le ofrezco la mano limpia y ambas caminamos a paso lento hasta la puerta, los pasillos del castillo poco a poco se van llenando de actividad. La servidumbre es tan amable en este lugar, pero así son los dragones: cálidos y amables. Algunos incluso más locos que otros, sonrió pensando en Drake y Killay.

Frunso el ceño, davía no comprendo del todo porque mis recuerdos de la noche pasada son borrosos pero en momentos vienen a mi cabeza tan claros y siento tanta vergüenza. ¡Yo no soy así de atrevida! No he podido mirar el rostro de Aster sin sentir como mis mejillas comenzaban a calentarse. Respiro profundo cuando llegamos al pasillo donde se encuentra la habitación de Aster, tendrá que soportarme por unas horas porque me han dicho que la mía quedó totalmente inservible después del suceso en el que casi muero.

Me detengo y frunzo el ceño, Luan choca contra mis piernas y se queja, pero mis ojos están fijos en el dragón que se encuentra recostado en la puerta. Su espeso cabello rubio tapa su rostro pero cuando levanta su cabeza y cuando sus ojos nos miran, mis pupilas se dilatan de miedo.

No le conozco de nada.

— Disculpa, pero estás en la entrada de mi cuarto… ¿podrías darnos campo para pasar, por favor?— le pregunto de forma amable.

— Me habían dicho que la princesa de los hechiceros estaba aquí pero no me lo creía… Las fotos y los retratos no le hacen justicia de tu belleza. — musita en voz baja mirándome con su ojos turbios.

Le sonrió, pero la sonrisa se convierte en una mueca cuando su gigante mano se enrolla con fuerza en mi muñeca y tira de mí hasta el. Asustada miró a Luan, no tengo fuerza para pelear y ella todavía no sabe cómo volver a tomar su forma de zorro.

— Busca a Aster…

Luan asiente, antes de echar a correr por pasillo. Mis ojos se apartan de ella cuando mi rostro es girado con fuerza hasta el del chico que me tiene aprisionada.

LUAN.

Abro los ojos asustada cuando el hombre toma con fuerza la mano de mi mamá. Sus ojos se contraen en una mueca de dolor, me mira y me dice que vaya en busca de mi papá así que lo más rápido que mis piernas pueden comienzo a correr, a mis espaldas se escucha un pequeño grito y se que ese hombre malo le esta haciendo daño a mi mami.

Sollozó con fuerza, varias veces tratan de detenerme pero logró escabullirse entre sus piernas, desde lejos veo la puerta del comedor donde estaba mi papi con el tío Drake, abro la puerta de golpe y lloriqueando me dejo caer en el piso cansada.

— ¡Papi! — chillo sin dejar de llorar, quiero que mi mamá este bien.

—¿Te paso algo pequeña? ¿Dónde está mamá?

— ¡Un hombre malo la tiene! Mami esta muy mal, no puede alejarlo.

—El que le ponga un dedo encima, me las pagara.

Doy un paso atrás asustada al ver como el rostro de mi papá se contrae con furia.

—Tranquila Lun, papá siempre cuidara de ti y mamá. —besa mi frente—. Quédate con el tío Drake que papá irá a cazar animales.

— Bueno… — un sollozo se escapa de mi boca, tío Drake me toma entre sus brazos, recuesto mi cabeza sobre su pecho y continuó llorando mientras veo por el rabillo del ojo como papá sale pisando con fuerza.

Irati.

Trato de empujar al chico con ambas manos pero ni siquiera se mueve y solo logro hacer que se ría. Sus brazos se ponen a cada lado de mi cabeza y me acorrala contra la fría pared. Y entonces su asquerosos labios se estrellan contra los míos en un beso forzado, abro los ojos como platos y aprovechando que está distraído le plantó una fuerte cachetada en la mejilla.

Las piernas me seden pero logro apartarme y comienzo a limpiarme la boca con asco, incluso escupo.

— ¡Tu maldita perra! — grita furioso elevando la mano para pegarme, me encojo asustada pero el impacto nunca llega.

—¿Con cuál derecho piensas golpear a mi esposa, besarla e incluso insultarla?

Aster está detrás del dragón y le sostiene la mano con tanta fuerza que parece que se la va quebrar en un solo movimiento. Sus ojos pardos está totalmente oscurecidos, un horrible crack  se escucha y el grito del dragón me hace abrir todavía más los ojos. Aster ha roto su muñeca.

—Te mereces mucho más que esto, pero estoy seguro de que la reina no estará muy feliz cuando le cuente. —Aster se pone de cuclillas a la altura del cuerpo del dragón—. La próxima vez que pienses en ponerle un dedo encima, no solo será tu muñeca dragoncito.

Miro como se retuerce en el piso de dolor, pero no me importa. Pasó por encima de su cuerpo y me abrazo al cuerpo de Aster con fuerza. No lloro pero un fuerte dolor me atraviesa la espalda, es como si algo estuviera tratando de salir de esa parte. Se me escapa un fuerte gemido.

—¿Estas bien? ¿Esta maldita basura te hizo algo en lo que llegaba?

— No no. Solamente me dio el peor beso de mi vida… fue asqueroso. — trato de bromear pero un pequeño jadeo se me escapa de la boca.

—Vamos, necesitas descansar.

Me carga en su brazos, le lanza una mirada fulminante al asalta-labios antes de abrir la puerta y dejarme sobre la cama. Grave error.

Un alarido se escapa de mi boca, siento como los huesos de mis espalda se rompen con un fuerte crujido atravesando la piel. La sangre comienza a emerger manchando mi ropa.

—Lo siento, lo siento, no era mi intención.

Grito espantada por lo que está pasando. Por todas las diosas, cierro los ojos con fuerza.

—Por todas las Diosas... — escucho la voz de Aster en un suave susurro que se mezcla con mis llanto y gritos descontrolados.

Lloro con locura y trato de pararme de la cama, con fuerza empujó a Aster y caigo de rodillas al piso gritando. El sonido de mis huesos siendo rotos es horrible, tan doloroso y la sangre me humedece toda la espalda. Es un dolor casi agonizante, grandes gotas de sudor caen por mi frente y siento como me sube la temperatura.

— Aster… Siento como si a-algo… — no puedo terminar la frase porque el dolor es tan agudo y la horrible molestia de algo saliendo de mi solo hace que grite. Todo arde… mi espalda se arquea hacia atrás y de golpe algo sale de mi cuerpo.

Gritó tan fuerte que siento la garganta quemar. Los ojos se me cierran y caigo sobre el piso, duele muchísimo. No lo resisto más, mis ojos ceden y la profunda oscuridad me traga.







Irati: El Libro Perdido (Guarrenclow #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora