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Capitulo 35.



Del bolsillo de mi pantalón saco un pequeño bote, lo abro y arrojo el polvo blanco al aire. Montones de líneas rojas aparecen frente de nosotros.

— Vamos.

Salto sobre el primer láser, y esquivo el siguiente, pero el que viene no lo veo venir y me tropiezo. Una mano se enrolla en mi cintura impidiendo que caiga sobre otro láser.

— Gracias.

—Ten cuidado.

— Mhm.

Aster me deja ir, salto sobre la última hilera y el me espera ya parado al lado de la puerta.

— Ni siquiera voy a preguntar cómo has logrado pasar esto inmune.

—No es algo que desee recordar.

Me pica la curiosidad, pero ruedo los ojos. Aster se agacha y saca una de sus dagas de hoja fina, con cuidado la introduce en la diminuta ranura que hay entre la puerta y con cuidado la mueve hasta que el click se hace presente. Se levanta y abre con cautela la puerta.

—Primero la dama.

Le muestro una mueca seria parecida a las suyas y termino de abrir la puerta de una patada, una mano gigante atrapa mi pie al vuelo y me hace volar por los aires. Chillo histérica viendo el enorme ogro.

— ¡Muñeca, muñeca! — se carcajea el ogro con voz nasal y estúpida. Tan grande que podría medir unos seis metros y tal vez algo más, con la piel tan verde y gruesa como roca. Su cara es horrible.

— ¡No soy una maldita muñeca, bájame ahora mismo! — le grito furiosa al ogro que no deja de hacerme dar vueltas.

Busco a Aster, pero está enfrascado en una pelea con varios hombres. El ogro ríe y zapatea mientras repite "muñeca" una y otra vez. Comienzo a sentirme mareada.

— ¡No soy una muñeca!

— ¡Muñeca venir a vivir conmigo! ¡Muñeca ser mi mujer!

— ¡Aster! — chillo como loca. Trato de patear al ogro, pero mis patadas solo hacen reír. — ¡Suéltame animal!

—Dame cinco minutos y estoy contigo.

— ¡MUÑECA TENER DIEZ HIJOS!

Mi mente queda en blanco por unos momentos, ¿dijo diez hijos? ¡Ni loca! Furiosa me las arreglo para arrollar mis pies alrededor de su mano que me atrapa, junto toda mi fuerza y hago una llave. El ogro gruñe y me deja ir, chocó contra una de las paredes, pero estoy más mareada que adolorida. Me levanto haciendo que la espalda me cruja, lanzo una mirada en dirección del elfo que ha logrado tumbar a unos cinco y va a por lo otros.

— ¡Muñeca endemoniada!

Giro lentamente el cuello hacia dónde proviene el grito, el ogro se abalanza sobre mi cuerpo, pero mi puño se estrella con fuerza contra su cabeza dejándolo aturdido por unos segundos. Si tuviera mis poderes lo haría explotar... ¡eso es! Saco otro frasco de mi pantalón junto con un encendedor.

Le sonrió al ogro antes de lanzar la pólvora sobre su cuerpo y luego encender el encendedor. Las llamas comienzan a arder.

Corro hasta Aster.

— ¡Corre! — grito a todo pulmón pasando por su lado.

Empuja a los hombres, corremos hasta la siguiente puerta que se abre y nos deja pasar, pero se cierra a nuestras espaldas. Una fuerte explosión se escucha y sacude todo.

Irati: El Libro Perdido (Guarrenclow #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora