16.

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Capítulo 16.

"Espero que no me eches la culpa
de lo que estoy diciendo.
Mi corazón sufre, 
¿tú también lo sientes?
Espero que entiendas que estoy sobrellevándolo, 
es mi manera de sanar."

Sigrid - I don’t feel like crying.







IRATI



Acomodo la capa negra sobre mi cabeza y aprieto mi agarre sobre la pequeña pelirroja, el carruaje aumenta la velocidad y puedo escuchar las rápidas pisadas de los caballos al correr. A mi lado Leni toma mi mano con fuerza y la aprieta, giro mi cabeza y la miro. Parece nerviosa, debe de ser porque ha pasado mucho tiempo fuera del agua.

Le sonrió tratando de brindarle confianza. Las cosas nada más comienzan y debo de ser fuerte por ellas y las demás chicas, porque se que aunque Killay no lo diga en voz alta hay un brillo de tristeza en su mirada. Busco con la mirada a la dragona, pero al ver como duerme con su cabeza recargada en el hombro de Drake sonrió con maldad, el dragón me mira mal. Oh, no me mires así cariño que solo haces que quiera molestarte aún más.

Sin perder mi sonrisa formuló con mis labios un silencioso. — ¿Y ahora quien es el incómodo?

Su grisácea mirada me lanza todo tipo de groserías.

—Irati, te respeto y quiero como a una hermana, no continúes, por favor, puedo decir algo y me arrepentiré.

Le miro triste, muevo un poco a la pequeña Luan, quien despierta de poco a poco y me mira con sus grandes ojos turquesas.

— ¿Mami? — murmura en voz baja, con ternura beso su mejilla.

— ¿Porque no vas con el tío Drake? Parece triste...— musito en su oído.

Luan asiente emocionada antes de pedirme que la baje y luego corre hasta el regazo de Drake, Killay salta asustada en el proceso. Sus ojos celestes brillan por un momento llenos de miedo, pero luego se tranquiliza y parece tomar un fuerte respiro antes de alejarse de Drake y mirar por la ventana como si nada hubiera pasado.

Los caballos relinchan afuera y el carruaje se detiene. Odín deja escapar un pequeño ronquido y apoya mejor su espalda sobre el hombro de Aster. El elfo gruñe intentando apartar su brazo sin quitar la mueca de enojo que hay en su frío rostro. 

Abro la boca para decir algo pero la puerta del carruaje se abre, Dan abre la puerta con una sonrisa.

— Hemos llegado… ¡Wow ahora que lo pienso es la primera vez que hacemos esto! Me siento como un espía. — exclama como un niño pequeño, sobre su hombro Ash asoma su cabeza y me sonríe.

— ¿Necesita ayuda para bajarse princesa Irati? — me pregunta con voz ronca y baja. Siento como un suave sonrojo se extiende por mis mejillas, con una sonrisa tímida acepto la mano que me extiende y como soy la más cercana a la puerta bajo de primera.

Arreglo mi vestido y espero a que Lun baje con Drake, cuando lo escucho gritar un montón de groserías y veo a Aster pasar a mi lado con la niña en sus brazos mientras se dirige a la puerta trasera del palacio pisando con fuerza. Luan me dice adiós con su pequeña manita.

— ¿Y ahora qué demonios le pasa?— gruño pasando enrollando mi brazo en el de Drake.

—La abstinencia lo tiene mal.

Abro los ojos espantada y con la mano libre me tapo el rostro. Drake es un caso perdido.

— ¿Adivina que? Tiene dos manos, si se aburre de una puede usar la otra.

—Tal vez ya no lo satisface.

— ¿Porque estamos hablando de las necesidades del témpano de hielo?— pregunto en voz baja con las mejillas rojas.

—No lo sé. —musita pensativo—. Le conseguiré una chica de servicios sociales. Dicen que son muy buenas. —habla para sí mismo.

Oh no. El no acaba de decir eso.

— Drake será mejor que te alejes si quieres vivir. — exclama Odín entre risas. — A Ira no le gusta compartir.

—Y como decía, son tan buenas chicas para dar terapias privadas, muy solicitadas por cierto. Recuerdo que un día un buen amigo del palacio me las recomendó, pero no me agradó la idea. Ya sabes, tengo dos manos. —toma una fuerte respiración y continúa hablando—. Dice que le fueron de gran ayuda para liberar tensión y estrés, ¡hasta puedes elegir la chica! ¿pueden creerlo? Cinco diamantes por ese grandioso servicio.

Desde atrás se escucha un fuerte gruñido que logra que todos nos quedemos quietos. Con fuerza Killay pasa a nuestro lado chocando su hombro contra el de Drake.

— ¡Si tan buenas son entonces vaya usted y nos ahorra el tener que escuchar todas sus estupideces! Grandísimo idiota. — gruñe Killay mirándonos con sus grandes ojos llenos de furia, gira el rostro y entra al castillo antes de que podamos decir algo más.

—¿Sabes Irati? Creo que lo de Aster es algo contagioso.

Suelto una pequeña carcajada antes de que un pequeño grito nos interrumpa, en la puerta está parada una mujer castaña que he visto muy pocas veces. Drake suelta mi brazo y corre hasta ella, los dos se abrazan con fuerza.

— Ohh Dake, mamá te había extrañado mucho. — exclama la reina Dakota apretando las mejillas de su hijo.

—Sí mamá, yo también te extrañe.

— ¡Cariño estoy tan feliz! Hace un momento vi a Killay Nives entrar, esta tan grande… — Dakota suspira y parece querer seguir hablando pero la mirada confundida del dragón hace que se quede en silencio. ¿Que oculta la reina a su hijo?

—¿Conocías a Killay? ¿Por qué nunca lo mencionaste?

— No es momento de hablar de eso… ¡Princesas es un placer tenerlas por aquí! Pasen por favor la cena esta servida y los demás ya esta esperando por nosotros en la mesa. — toma con fuerza el brazo de Drake, quien parece un poco molesto, y lo arrastra hasta adentro.

Las tres los seguimos pasando por varios pasadizos donde la servidumbre viene y va llevando cosas, entramos a una enorme habitación donde un larga mesa llena de sillas. Hay tanta comida que mi estómago ruge, al fin algo de comida decente y no algo que haya casado Killay.

— Por favor siéntense y Dake hijo quita esa cara, vamos a comer en paz y armonía. — habla el rey sentado en la cabecera de la mesa, Dakota toma asiento a su lado y Drake al otro.

Busco con mi mirada por toda la mesa hasta que doy con Aster y Luan sentados al lado de Drake, la pequeña sentada en una silla más alta. Con una sonrisa tomó asiento a su lado.

— Hola. — susurro. La pelirroja me sonríe en grande antes de meter una gran cucharada de comida a su boca.

Pero Aster se mantiene en silencio, frunzo el ceño pero no digo nada.

La cena termina rápido, todos nos levantamos y somos llevados a nuestras propias habitaciones. Me sorprendo cuando me dicen que voy a dormir en una habitación separada a Aster, pero no digo nada.
Entró en el cuarto con Luan de la mano, cerca en la pared hay una puerta. Es la habitación de la pequeña. Abro la puerta y me encargo de cambiar su ropa con por una pijama que hago aparecer, luego la arropó e incluso le canto.

Me cambio mi ropa y me acuesto en la cómoda cama. Cierro los ojos.

Los gritos no tardan en llegar y el color rojo es tan intenso. Ya casi es el aniversario de ese horrible suceso.


Irati: El Libro Perdido (Guarrenclow #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora