4: Tan malvadamente bonito.

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Jongin termina por tirar aquel desayuno a la basura, clasificándolo como tóxico para los seres humanos. O mejor dicho será a todo aquel ser viviente.

Al parecer se ha pasado un poquito con la pimienta y la sal, y se olvidó por completo de los huevos y el agua, sin tener en cuenta el sabor ácido que le ha dejado la carbonización. Aun así, él se sigue engañando a sí mismo, diciéndose que aquello no había sabido tan mal como pensaba. Pero la verdad es que él es igual de desastroso con respecto a la comida como lo es Luhan.

El moreno se acomoda su ropa y, por la misma puerta por la que su compañero de habitación salió con total enfado tiempo atrás, emprende un camino hacia el cuarto de Sehun, rogando por que no se haya ido antes.

Está hambriento, no ha podido disfrutar de aquellos panqueques, y las mañanas nunca van bien con él. Da sus típicos pasos pesados y cansados, caminando por el amplio pasillo, observando cómo cada estudiante sale por las puertas de sus respectivas habitaciones. Se encuentra ya cerca del límite entre las habitaciones de mujeres y hombres, la de Sehun está frente a sus ojos, a unos pocos metros y personas de distancia, pero antes de que pudiese seguir, algo capta su atención.

—¡Jongin! —una voz suave y femenina a sus espaldas suena, y él se gira, encontrándose con los brillantes ojos de Sooyeon. El moreno sonríe y saluda a la muchacha —. Hola, ¿cómo te preparas para tu primer día? —corresponde ésta y pregunta, tocando amistosamente el brazo del otro. Tal vez demasiado amistosa.

—Lo tomo bien, es igual que todos los demás, ¿no? —Jongin se recuesta sobre la pared y centra su mirada en Sooyeon, quien sonríe con empatía—. De todos modos, ¿qué haces aquí?

—Iba para la cafetería, pero mi compañera se olvidó unas cosas y me envió a mí —la castaña dice y su tono se vuelve repentinamente seductor—. ¿Me quieres acompañar? —muerde su labio inferior con disimulo, pero el moreno puede captar todo a la perfección.

—Claro que puedo acompañar... —las palabras de Jongin son interrumpidas cuando divisa el cuerpo de su mejor amigo, Luhan, acercándose amenazadoramente hacia ellos. El más alto traga saliva y piensa en huir, pero es demasiado lento, ya que en cuestión de segundos, el castaño se encuentra allí, con su típica sonrisa falsa dirigida a Sooyeon.

—Buenos días —saluda, haciendo estremecer a Sooyeon por el susto. Luhan lanza una mirada fulminante hacia su amigo y luego empuja a la castaña, haciéndola tambalear hacia un lado—. Vete de aquí, perra —sisea y la chica sólo mira de manera extraña a Luhan, para luego lanzarle una sonrisa triste a Jongin con un "nos vemos pronto". El moreno le devuelve la sonrisa involuntariamente, pero para cuando ésta está fuera de su campo visual, es empujado contra la pared.

—Luhan... —empieza diciendo, como si estuviese pidiendo perdón de ese modo, pero el mayor lo calla con sus ojos que arden como el fuego. Jongin tiene miedo de quemarse si continúa viéndolo. Y la imagen de Mr. Humor aparece en su mente, comenzando a comparar miradas. No, definitivamente, el ganador era Luhan.

—Te lo advertí, Kim Jongin, te lo dijo ¿o no? ¡Es una perra! Aléjate de ella, te lo digo en serio —le advierte con ira, apuntándolo con su dedo índice—. No te hago esto por mis "incontrolables celos", como suelen burlarse Sehun y tú, sino porque esa maldita es la peor de todas. ¡Lo hago por ti, carajo! —añade, elevando un poco más el tono de voz.

—Está bien —como digas, es en vano, yo seguiré haciéndolo quiere decirle el menor pero se conforma con esas dos palabras, sin ánimos de quedar fértil de por vida si contradice al mayor.

—Bien. Ahora mueve tu inútil trasero para que podamos ir a la cafetería a desayunar junto a Sehun y Tao —los ojos de Jongin se abren como plato.

Mírame. [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora