Capítulo 16: CELOS.

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Tao había regresado de sus cortas vacaciones junto a sus padres e inmediatamente, se había instalado en la casa de Yoora -la madre de Sehun, quién aún seguía en vacaciones junto a los familiares de Jongin-, acompañado de sus otros dos amigos.

— ¿Qué sabes de relaciones? —preguntó el chico candy a Tao, matando zombies con su Play Station. Los tres se encontraban jugando un juego que Sehun tenía desde hacía años y, cómo estaban aburridos, habían decidido jugar un rato.

—Te equivocas de camino, Sehun. Yo nunca he tenido ningún tipo de novio, novia o algo por el estilo. —respondió el pelirrojo sin interés, completamente inmerso en la pantalla LED, al igual que los demás. Todos en aquella sala sabían que era mentira, pero no era el momento de escanear el expediente amoroso del joven Huang.

—Solo queda lamentarse. —Jongin dejó que un zombie vaya hacia él para matarlo y cayó rendido hacia atrás, apoyando todo su peso en el respaldo del sofá. Poniendo pausa al juego, Tao y Sehun compartieron una mirada preocupada.

Intentando animar la situación que se había tornado silenciosa e incómoda, a Sehun le pareció buena oportunidad para emplear su plan para subir el ánimo del moreno.

—O tal vez deberíamos salir a pasarla bien. Ya sabes, ir a alguna fiesta salvaje dónde tengamos una orgía con millones de bien dotadas y maduras prost…

— ¡Mucha información! —espetó Tao, cubriendo la boca de Sehun antes de que siguiese diciendo alguna cosa fuera de lugar—. Que repugnante, mejor cállate y déjame hablar a mí.

—Como quieras. —refunfuñó el menor, quitando la diestra del pelirrojo de su boca, cruzándose de brazos y esperando que el maduro de Tao tuviese la palabra de la conversación.

—No se esfuercen demasiado. No estoy de ánimos para ir de fiesta. —dijo Jongin, interrumpiendo a Tao.

—No, escucha, ya tenemos planes para esta noche. —informó el pelirrojo—. Hoy hay una fiesta en el club de Chocolat dónde iremos y la pasaremos muy bien.

—Te guste o no. —dijo en forma de amenaza Sehun, entrecerrando sus ojos y tomando nuevamente el joystick para seguir con la misión de acabar con todos los zombie de aquella montaña rusa.

—Las fiestas ayudan a los corazones rotos. —molestó el pelirrojo a Jongin, consiguiendo como respuesta un puchero lamentable.

—Cómo quieran, iré con el peor de los humores y espero no recibir quejas de parte de ustedes. —para Tao y Sehun, eso era suficiente.

o• o• o• o• o• o• o• o•

 

De manera inexplicable habían logrado que Jongin esté guapo y listo para ir a la fiesta que se estaba por hacer en un club a varios kilómetros del hogar de Yoora, un club de nombre Chocolat, dónde asistían todos los estudiantes de las universidades de Seúl. Los tres ya se encontraban afuera de aquel lugar, en el auto del moreno, observando y esperando el momento indicado para entrar.

—No te preocupes, ya verás cómo cambia esa cara. —comentó en voz baja Sehun hacia Tao, con el cuerpo inclinado hacia él y la mirada clavada en el teléfono móvil del pelirrojo, esperando un mensaje.

—Yo no estoy preocupado, ¿tú lo estás?

—Un poquito. —admitió el chico candy y leyó apresuradamente el mensaje que acababa de llegar a la bandeja de entrada—. Cruza los dedos, Tao. —el aludido se limitó a poner sus ojos en blanco y recuperar su teléfono, mientras Sehun se quitaba el cinturón de seguridad y giraba hacia atrás—. ¡Jongin! ¿Estás listo? Quítate esos auriculares y muévete para que pueda aparcar el auto.

Mírame. [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora