La familia García había acogido y cuidado de Andrés, su estado seguía inconsciente pero constante y según los doctores solo quedaba esperar, ya en el hospital habían hecho los procedimientos necesarios para restablecerlo lo mejor posible.
Afortunadamente Don Memo y su hija Yatzil a la que todos decían Zil de cariño, siendo del mismo tipo sanguíneo que Andrés pudieron donar sangre para que su recuperación fuera más rápida. El teléfono móvil de Andrés había quedado completamente destruido. Y era uno que no tenía un chip por lo que no pudieron recuperar algún contacto. Fer estaba de vacaciones en su pueblo y no regresaría a la ciudad hasta pasando año nuevo, por lo que eso impedía de alguna manera que pudieran buscar datos de Andrés en el internet.
Ellos vivían en un pueblo tan alejado de la civilización «como decían los citadinos sobre ellos para burlarse», que no había señal alguna de internet, salvo en la escuela, que por vacaciones estaba cerrada y sin luz.
La vida parecía que le jugaba una mala broma a Andrés, cuando en realidad estaba haciendo esto con un propósito.
Cuatro días pasaron desde el accidente cuando Andrés dio señales de despertar. Había perdido tanta sangre que le causó un estado comatoso, pero desde dos días atrás había tenido lapsos de en los que despertaba. Un terrible accidente cerca del pueblo que involucró un autobús de turistas y un auto familiar, dejó varios heridos de gravedad.
Por la distancia donde se encontraban y debido a sus heridas muchos de ellos tuvieron que ser trasladados a la clínica donde estuvo el joven, y ya que había poco espacio, al doctor Eduardo no le quedó de otra más que trasladar con sumo cuidado a Andrés a la casa de los García para poder recibir a los nuevos pacientes.
Zil que a pesar del reciente y lamentable incidente con su pasado aún seguía adolorida y con algunos moretones, no dudó en ayudar a cuidar al desconocido. Su familia preocupada por su bienestar le pidió que se quedara ese día y que no trabajara. A ella no le quedó de otra más que aceptar pues aun cuando en el fondo de su corazón tenía miedo por su bienestar, también temía que sus padres o su abuela enfermaran del corazón a causa de tantas preocupaciones.
Tita decidió hacerle compañía el mayor tiempo posible, así que mientras la pequeña miembro de la familia dormía, ella y Zil cuidaban del joven en el cuarto donde solían dormir y que también era el más decente.
Cuando por fin despertó, Andrés sintió un terrible dolor de cabeza y de pecho. Doliéndole el brazo aún más que todo el resto del cuerpo. Con la vista un poco nublada vio alguna luz que iba y venía a través de una ventana traslucida en la pared de detrás de él. Apenas si recuerda algo del accidente y tampoco es que intente hacerlo ya que se siente desorientado, perdido y confundido. No dura mucho, al cabo de unos segundos vuelve a caer en un profundo sueño, dejando atrás todo lo que llegaron a ver sus ojos.
—Mauro Andrés De Rosa Vítale. —Lee en voz alta Zil en la identificación de Andrés— es un bonito nombre. ¿Verdad Tita? —Pregunta a su nana.
—Sí cariño. Es un hermoso nombre y también un hermoso hombre.... ¿verdad? —responde Tita atacando con otra pregunta con curiosidad.
Ante el comentario, Zil no puede evitar sentir un poco de pena ajena por su abuela, ya que pensar que la anciana puede considerar aun a un hombre apuesto o no, la hace cuestionarse en si ella lo considera también así, al menos a Andrés.
—Tienes razón Tita, es guapo, pero no tanto como otros —se miente a sí misma.
—Si tú lo dices... —responde Tita y se va de ahí a seguir con sus tejidos.
Zil al encontrarse sola pone más detalle en observar las facciones de Andrés, su nariz recta, sus labios carnosos, pero sin exagerar, el delineado de sus cejas y sobre todo unos pequeños lunares que comenzaban en el mentón y terminaban en el cuello.
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Seducida por el italiano
RomanceÉl conduce hacia su escape, pero un aparatoso accidente le cambia los planes y el destino. Conoce la historia de este apuesto italiano y la chica que cree que no merece ser amada. Prohibida su reproducción total o parcial. Cuento con todos los der...