El vestido caía en cascada, con cada paso los holanes de organza se deslizaban con una armoniosa parsimonia sobre la falda de tafeta. La melodía lenta de la canción "Antes que al mío" de Los Claxons en el piano da la bienvenida a la entrada nupcial de Maggie tomada del brazo de Don Guillermo García, quien desde que la conoció se ha convertido en el padre que nunca tuvo.
El pequeño jardín iluminado con velas y flores rosas solo vuelve la imagen aún más tierna posible. Al fondo, un gran círculo de madera decorado con las mismas flores del lugar enmarca la silueta del hombre que tanto la ama. Fer con su traje gris y corbata rosa pálido, la espera en el altar acompañado de sus padrinos que es nada más y nada menos que los hermanos Di Rosa.
Maggie aparece a la vista de Fernando en el corto pasillo, él siente que el corazón le late más rápido de lo normal. Sus ojos se llenan de lágrimas al verla, su cabello caía en ondas sobre el straple de encaje del vestido. El velo iba tras el rastro de la figura de ella, a los ojos de él parecía el ángel más preciado.
El sentimiento era mutuo, ella no podía dejar de ver al hombre que en medio de la soledad y la tristeza le había regalado tantas alegrías y había traído consigo una familia que la amaba como si la hubiesen conocido de toda la vida. Ahora por fin su sueño de formar una familia unida se haría realidad.
Guillermo García entrega la mano de su nuera a su hijo y luego se sienta junto a su amada Lucía, a quien ha amado por casi veinticinco años. Zil yace parada del lado de la novia como la única madrina de ella, Maggie le entrega el ramo adornado también de rosales rosas, blancos y follaje verde.
La mirada de Andrés recorre la silueta de su novia y aunque ya le dijo que se ve hermosa, a veces le es imposible dejar de admirarla. La ama con toda el alma.
La ceremonia comienza y al cabo de unos minutos los novios son declarados marido y mujer. El regocijo en el salón es inminente, los presentes aplauden y alaban al nuevo matrimonio. Fer y Maggie salen tomados de la mano y con una amplia sonrisa en sus rostros. Un hermoso comienzo para quienes han estado incondicionalmente para todos.
Al salir del pequeño jardín a un espacio dedicado para las fotografías, todos se acercan para felicitarlos. Zil, Andrés e Itzia se acercan para tomarse una foto con ellos y el resto de la familia.
Tita, luce emocionada, nunca antes había asistido a una boda de esa magnitud, por lo que llora de felicidad.
—No llore, Tita —pide Fer.
—Es de alegría, mijo, pensé que te quedarías solterón toda la vida —responde ella.
Era algo que ellos hacían, se molestaban uno al otro, pero ambos reconocían el amor en aquellas palabras, por lo que se abrazaron con gran cariño.
Una vez que el jardín estuvo acomodado para la recepción, les pidieron a las familias que pasaran. En el centro se había puesto una pista de baile, para el primer vals de los novios. Ahora, no solo sonaba la melodía, sino también la voz de un grupo que cantaba "Antes que al mío".
Fer tomó de la cintura a Maggie y la guio por la pista cuál bailarín profesional, era su primera canción como marido y mujer. Todos a su alrededor los miraban recordando los bellos momentos que pasaron con sus parejas o anhelantes de un buen futuro con las personas con las que desean formar ese bello hogar.
—Te amo, Maggie. Lo haré hasta que mis fuerzas me abandonen y aun con el último aliento susurraré del gran amor que me permitiste tener a tu lado —confesó Fer a su ahora esposa mientras terminaban las últimas notas del vals.
Tomándola de la mano, giró de su cuerpo para luego inclinarla de lado mientras la sostenía con sus brazos. Fer se acercó a su boca robándole un tierno beso. Los presentes aplaudieron y con ello comenzaron a pasar a la pista para bailar.
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Seducida por el italiano
RomansaÉl conduce hacia su escape, pero un aparatoso accidente le cambia los planes y el destino. Conoce la historia de este apuesto italiano y la chica que cree que no merece ser amada. Prohibida su reproducción total o parcial. Cuento con todos los der...