Capítulo 56

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Luego de tres días de acampada, la escapada familiar había terminado. Tanto los García como los Di Rosa volvieron a la ciudad para descansar los días que les quedaban de vacaciones.

Andrés nada más llegar a casa de su madre se preparaba para el interrogatorio que esta tenía para él. Sin embargo, se preparó invitando a su primo Luca para que le explicara el plan a proceder en contra de Carlota. Matteo, Dante y Ángelo estaban con ellos. Este último aun avergonzado por haberla defendido en su momento.

—Lo que se necesita es que atraigamos a Carlota —explica Luca con cautela pues va a explicar el plan a todos—. Es claro que ella está vigilando cada paso de Andrés, aun me sorprende que no haya llegado de sorpresa a su pequeño escape.

—Zil me dijo en varias ocasiones que sintió que le observaban —confiesa Andrés pues también ha sentido lo mismo—. Estuvimos atentos y aunque no vimos nada, yo también me sentí igual.

—Carlota nos lleva mucha delantera, no ha dejado ningún rastro que podamos seguir, ni bancario, ni físico —prosigue Luca con su declaración—. He pensado que la mejor manera de atraerla es hacer una campaña en dónde se anuncie alguna conferencia de prensa del lanzamiento del café. De esta manera ella sabrá que Andrés estará ahí y querrá aparecer, entonces la atraparemos.

—¿Estás seguro que eso puede funcionar? —pregunta María preocupada—. Me parece a mí muy arriesgado.

Luca está por tomar la palabra, pero Andrés le interrumpe.

—Lo es, pero eso no quita de que sea una buena oportunidad para atraparla —asegura con confianza en el plan—. Ya ha demostrado que está dispuesta a hacer lo que sea con tal de verme destruido. Quiero pagarle con la misma moneda, no importa si tengo que exponerme. Ya no se trata solo de mí, si no de la familia que algún día quiero formar. No quiero vivir una vida llena de temor.

Matteo que había permanecido callado decide que debe hablar en favor del plan.

—Es cierto, tenemos que ver los pros y contras, pero a estas alturas son más los contras así que voto a favor del plan —razona en voz alta para todos—. Ya no es solamente Andrés quien ha quedado expuesto, si no Zil y su pequeña.

—Voto a favor —señala Dante—. Si quieren, ahora que Zil y su hija viven solas, podrían irse a mi casa. Sé que a Diane le encantaría estar cerca de ella.

—Ella tendrá seguridad extra, al igual que cada uno de ustedes —advierte Luca—. Lo mejor es que vivan sus vidas como si nada pasara, que ella no sospeche.

Ángelo no dijo nada pues entendía que su opinión ahí salía sobrando. Si bien había heredado el temperamento del abuelo y toda su vida estuvo dispuesto a ordenar que hacer y que no hacer a sus hermanos, ahora en la adultes ha quedado relegado por la soberbia con la que fue creciendo.

—El proyecto apenas tiene un mes en marcha, anunciarlo tan rápido puede ocasionar ciertos problemas con las competencias —apunta asertivamente María para conocimiento de todos—. Lo ideal es que una vez constituida y las escrituras de las propiedades en dónde se va a trabajar lo den a conocer.

—¿A cuánto tiempo se refiere, tía? —pregunta Luca al no comprender del todo esa parte de la logística.

—Unos dos meses.

—Eso es mucho tiempo, a lo mucho tenemos quince días para ejecutar el plan —dice contundente Luca a todos.

La mayoría se sorprende por el espacio de tiempo, dado que apenas están en la fase de planeación y aunque el terreno en dónde pondrán el primer local ya está en proceso de compra, aun no se ha concretado.

Seducida por el italianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora