Me coloco el primer vestido decente que observo en el armario. Un precioso vestido rojo conformado por una suave tela y con un elegante escote. Debido a mi dolorido tobillo, si fuera por mi iría con mis Nike, pero como no es lo correcto opto por ponerme unos tacones finos de color crema. Estoy en eso, sufriendo por lo que me queda aún de hinchazón, cuando de pronto una chillona voz me sobresalta.-¡Guau! ¿A quién quieres impresionar? - me pregunta Valeria quien hace ingreso junto a su pequeña hermanita a mi casa. Valeria Junior se agarra a la falda de mi vestido, intentando rasgar lo. ¿Por qué es tan insoportable la hermana de mi mejor amiga? Ni puta idea. La aparto como si fuera una molesta mosca merodeando un pastel, y fijo mi atención en Vale. Uhm... buena pregunta. Se supone que yo debo impresionar a mi cita, pero todo lo que quiero es causar sensación en Jonathan.
-A mi cita. -miento.
-¿Tienes una cita? - su tono de voz sumado a la exagerada abertura de sus ojos de par en par me demuestran la mayor perplejidad de la vida. No la culpo. Desde que nos conocimos nunca he hecho esto, es más nunca he estado interesada en este espectáculo, sólo he tenido un par de citas esporádicas y concertadas por Maite. A mis veintisiete años, mis escarceos sexuales se reducen a la pérdida de la virginidad con un idiota mayor que yo quien me era una fantasía a los apenas veinte años, fantasía que por cierto fue aderezada con demasiado alcohol. Un par de ligues ocasionales en el Hospital con compañeros de trabajo. No, para ser sincera, durante un breve break dentro de las ochenta horas que trabajábamos a la semana junto a mi colega cirujano, y si sumamos a las comedias románticas de Anna Premoli, sería todo. No obstante, desde que Jonathan ha entrado en mi vida, siento un hambre sexual inusitada y persistente en mí, entendiendo desde ya, que sus imbéciles dichos sexuales en mi me han causado un mero efecto. Él no es la clase de hombre con el que yo siempre fantaseé, es descarado y promiscuo, todo lo contrario al príncipe azul con el que tanto he soñado. Pero irónicamente, es el protagonista de las fantasías más oscuras y absurdas que jamás creí poder imaginar.
Maite aparece como una exhalación, saca un jugo desde mi refrigerador y se suma a nosotras como si todo fuera normal. ¿En qué momento permití que mis amigas entraran como Pedro por su casa a mi hogar? Ah, sí. Ya lo recordé, fue cuando sentencie mi nula actividad sexual. Valeria le lanza una mirada graciosa, y su expresión se congela en una sonrisa y un movimiento de cabeza de lado a lado, como si conociera ya las actitudes de todas.
-Aplaudo que hagas algo por conseguir un novio. - me felicita sin embargo el rostro de Maite se congela en una mueca de enfado
-¿No me digas que saldrás con el tarado ese del otro día?
-No.
-¿Cuándo me admitirás que tienen sexo? - me vuelve a increpar la muy zorra.
-Te aseguro que mi intención tiene poco que ver en esto. - me muerdo la lengua, acordándome de mi madre y su apuesta. Maite se encoge de hombros y Vale la observa con una ceja alzada.
-Igualmente, sal a divertirte.
Me dice y su hermana se pone de puntillas para alcanzar la jaula de Milú. Vale, Maite y yo suspiramos, acostumbradas a sus continuas maldades, la vigilamos las veinticuatro horas del día que estamos con ella, incluso sin ser conscientes de ello, lo cual no impide que ella se escape de nuestra vigilancia en ciertas ocasiones.
-¡Deja a esa rata! le grita Valeria.
-Hámster, Valeria, y la boca te queda donde mismo. - la censura la cobriza mientras que la pequeña detiene su manita y esboza una expresión de fastidio al ser descubierta en mitad de su travesura.
Pero quiero un hámster rosa - le tironea la falda a mi amiga, intentando captar su atención. Valeria la toma en brazos y sale a la terraza, haciendo oídos sordos a la petición de su pequeña y regodiona hermana menor. La última vez en Chile, quería un perro violeta, y decidió pintar a Hugo con un bote de pintura barata. Me costó varios días sacar toda aquella bendita pintura del pelaje de mi pobre Hugo, que aún sigue conmocionado y se aparta de Kathie cada vez que ésta se acerca a acariciarlo.
ESTÁS LEYENDO
Cupido Disfrazado de Luchador
FanfictionElla buscaba al hombre perfecto, nada sin igual, no pedía exclusividades exageradas, solo alguien que no fuera un perdedor ante sus ojos... sin embargo, encontró al luchador de sus sueños. ¿Qué harías si necesitarás urgentemente un novio para el mat...