¿Por qué estás enojado?

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Pasar el día con mi prima no era la tarde perfecta que yo había imaginado, aunque siendo honesta, tampoco estamos pasándolo tan mal. La decoración por el próximo Mancy viste Cincinnati de los colores más enérgicos, se nota el ambiente festivo en cada sonrisa de la ciudadanía, hace un clima de maravilla, y mis nuevas Nike  son tan cómodas que podría recorrer toda la calle durante horas sin inmutarme.

 La decoración por el próximo Mancy viste Cincinnati de los colores más enérgicos, se nota el ambiente festivo en cada sonrisa de la ciudadanía, hace un clima de maravilla, y mis nuevas Nike  son tan cómodas que podría recorrer toda la calle duran...

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-¡Lilo! ¡Acabo de matar a mi tarjeta de crédito y necesito estos zapatos! - lloriquea Camila y ahora realmente pido que olviden lo que he dicho antes. Quiero volver a casa, quitarme los zapatos y beber una cerveza bien fría.
Vuelvo a la realidad y veo como Camila está dando saltitos frente a la vitrina de la tienda de Prada,
donde unas sandalias de tacón color negro con incrustaciones Swarosky harían llorar a Cenicienta.

-Necesitar no es exactamente el término adecuado. Di más bien que te has encaprichado.
Camila pone cara de sopor y yo me rio.

-Lilo, tú no lo entiendes. - le echa un rápido vistazo a mis zapatillas y
muestra una mueca de disgusto o tal vez de resignación. - ¡Es amor a primera vista! Estas cosas pasan pocas veces en la vida.

Ahora soy yo quien esboza una mueca de disgusto. Siento que se me acaban de reventar los ovarios.

-Claaaro, como te pasó con el vestido rojo de Dolce & Gabanna, el plateado de Givenchy, las sandalias fluorescentes, la cartera Luis Viutton, el collar de oro blanco y la camisa veraniega que acabas de comprar. - bromeo. - ¡Me encantaría tener esa capacidad de enamoramiento! Anda, vámonos.
La arrastro conmigo, haciendo odios sordos a sus alegos  por detenerme.

-Lilo linda... - me mira con cara de angelito. Justo con esa expresión de
"hermana pequeña" por la que, cuando éramos unas niñas, conseguía que me cargara con toda la responsabilidad de sus desórdenes

-¿Tú no tendrías dinero
para prestarme?

-No te lo daré y no es por ser miserable, sino porque evito fomentarte el despilfarro.

Mi prima emite un puchero, pero se controla y me observa con cara de
pena.

-¿Esa es la razón por la que vistes como "una poco señorita"? Puedo donarte toda la ropa que ya no utilizo.

-Oh... gracias por tu solidaridad.
Regalarme la ropa que ya no quieres demuestra tu buen hacer con tu prima, a la cual dices ser tu hermana. - ironizo con expresión graciosa. Ya estoy acostumbrada a los disparates de mi rubia favorita, y sé que en el fondo de su corazón intenta hacer una buena acción... ahora que no encuentre las palabras perfectas, eso es otra cosa, aun así la amo. A mi manera pero lo hago.

Camila se coloca ambas manos en las caderas y alza la barbilla.
-Ya empiezas a burlarte de mí. Para que lo sepas, trabajo de voluntaria en
una asociación que ayuda a los animales abandonados. Todos los sábados. - puntualiza, muy orgullosa de sí misma ocasionándome unas pequeñas ganas de reír por la forma en que lo dice.

Cupido Disfrazado de LuchadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora