Cupido Disfrazado de Luchador

¡DEGENERADOS!

Estoy hablando con Maite, Susana y Vale algo alterada y éstas me observan interesadas en lo que digo.

—Y me dijo que yo era su futuro. — termino de contarles en el bullicioso patio de comidas del centro comercial.

Mis amigas tienen las manos en la barbilla, la boca abierta y me escuchan atentamente. Me causa gracia porque tiene el mismo gesto soñador que yo cuando Jonathan lanzó la cadena al agua.

—¿A qué es de película? Soy Julia Roberts en Pretty Woman.

—Rose en Titanic. — comenta Susana.

—No, en Titanic no, que se muere Leonardo Di caprio. — comento risueña y ella rueda sus ojos.

—¿Y luego que pasó? —se interesa Vale.

—Estuvimos juntos durante toda la noche. En la ducha, en la cama, en el...

Maite coloca las manos en alto.

—Vale, vale. Me hago una idea. Pero Ninoska...

—¿Uhm? —pregunto, acordándome de cómo el ridículo luchador que tengo a mi lado, me obligó a sentarme sobre su rostro para devorarme por completo.

—Te estás enamorando.

Esbozo una sonrisa.

—No estoy enamorada... me cae bien, eso es todo. — afirmo y ambas chicas me observan con obviedad. —Bieeeeen, estoy enamorada. — me corrijo

Vale me abraza, contenta por mí, mientras que Maite hace lo mismo y Susana aplaude.

—Es un buen tipo. Creí que no era de fiar, pero cuando te mira, parece que no hay nada en el mundo más que tú. — comenta Vale.

—Es cierto, ojalá alguien me mirara a mí de esa forma...

—Llegará Maite — le aseguro.

Ella se encoge de hombros, restándole importancia. La conozco, algo le pasa pero sé que no querrá hablar en público.

—¿Has hablado con tu madre? — me pregunta Susana.

—Sigue enfadada conmigo.

—Es normal. Le dijiste cosas horribles.

—La has hecho sentir culpable, y que decir tiene que ha de haberse sentido abochornada cuando tu padre se largó diciendo que había sido un error. — se suma Valeria.

—Lo sé. —confieso cabizbaja.

—Trata de arreglar las cosas con ella antes de la boda de tu prima.

—No me queda de otra ¿no?

Echo una mirada al reloj, y Maite suspira.

—Que sí, que ya nos vamos.

—Sabemos que has quedado con el chico fogoso dentro de diez minutos. Nos lo has contado como unas mil veces, pero ¿sabes?, el fin de semana que viene, cuando pase la boda de tu prima, tendremos un fin de semana solo para nosotras

—¡ Y no te me vas a escapar! — chillan ambas al unísono.

—¡Son las mejores! —me echo a sus brazos y les besuqueo el rostro.

Maite y Susana fingen una arcada y Vale ríe dulcemente.

—¡Fóllatelo en todas las posturas del Kamasutra! — se despide corriendo, la loca enfermera que tengo como amiga mientras que la boba de Vale junto a Maite salen riendo como unas locas a sus rastras

Suelto una risilla y me dirijo al baño para mirarme al espejo. Llevo un vestido de vuelo, y un conjunto de lencería comprado para la ocasión.

Valeria junior aparece debajo de mi vestido, lo que me hace dar un respingo.