¿A quién te refieres?

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En la ducha doy el agua caliente para prontamente mezclarla con un poco de agua fría y así obtener la mezcla perfecta sobre mi cuerpo. Mientras me repleto de finas gotas de agua el cabello y el vapor comienza a inundar el baño tarareo la canción de Ariana Grande pues parece que la dulce Ari es la única que puede comprenderme en este momento en el que me siento la mujer más estúpida sobre la faz de la tierra ¡Tengo tanta rabia!

El mentiroso de Jonathan me ha hecho experimentar el mayor de los deseos, para luego ¿qué? Dejarme con la miel en los labios y el ansia feroz de devorarle hasta el colón. Sí, entiendo que he sonado asquerosa pero es que no sé, no sé, definitivamente no sé porque esto nunca ha funcionado. Él no sabe que me causa cuando lo tengo cerca ¿Es amor?, ¿es lujuria?, ¿es miedo? No lo sé pero es difícil cuando está él ahí molestandome, cuando está provocándome, cuando está tocándome. Es tan dificil cuando está besandome ahí... pero es dificil de respirar cuando él no está a mi lado.
Yo tenía razón acerca de mi convicción por alejarme de él desde el primer minuto en que lo conocí, pues tenía certeza de que él nunca sería mi hombre ideal. El hombre perfecto sería aquel que me acompañe al cine, adore tanto a los humanos como a los animales y me arrope por las noches.¿Deseo sexual? ¿Lujuria? ¿Quién los necesita?
Puede que Jonathan sea la personificación hecha carne del pecado sexual, pero él lleva la palabra "PROBLEMAS" grabada en la frente. ¡Qué frente! La lleva bajo ese estúpido y sensual six pack que posee. Tú ya me entiendes.

Atontada escucho un estribillo de la canción que parece haber sido escrito justo para mí por lo que no puedo evitarlo, y me a cantar en voz alta:

How soon do we forget, how we felt?
Dealing with emotions, that never left
P

laying with the hand that we were dealt, in this game...
Maybe I'm the sinner, and you're the saint
Gotta stop pretending, what we ain't
Why we pointing fingers, anyway?
When we're the same


¿Qué tan pronto nos olvidamos de cómo nos hemos sentido?
Tratando con las emociones que nunca se fueron
Jugando con la mano con la que cerramos el trato en este juego
Tal vez soy la pecadora, y tú el santo
Tenemos que dejar de fingir lo que no somos
De todas formas, ¿por qué señalamos con el dedo? Cuando todos somos iguales

Oh Ariana, cómo me comprendes...
Sigo en lo mío mientras me enjuago el cabello para dejarlo completamente sin champú, pero de improvistos alguien aporrea la puerta en el mismo instante en el que yo intento alcanzar la nota más aguda de Ariana Grande. Molesta y son tomarle la importancia al llamado del golpe echo la cabeza hacia atrás e ignoro esta vez el timbre.

—¡¡¡Ninoooooooooo!!! Abre la puerta. Sé que estás ahí. Te he escuchado cantar.

Genial, —es Camila. Y para ser sincera mi prima es la última persona, evidentemente después de Jonathan, a la que deseo ver en este preciso momento. Y es que... ¿Cómo se atreve a invitar a Adela a su boda? Si Camila se centrara más en los demás, y dejara de lloriquear cada vez que las extensiones se le estropean, se habría dado cuenta de que mamá, sí, su maravillosa tía y a la que tanto dice amar como una madre, sigue enamorada de papá.
¡Es tan evidente!

—Lilo, abre la puerta. ¡Necesito hablar contigo! — gimotea. ¿Acaso está llorando?
Aterrada porque mi exagerada prima inunde mi nuevo felpudo de fibra de coco, salgo
de la ducha envuelta en una toalla y me escurro el pelo y suelto un profundo suspiro, a sabiendas de que se aproxima un nuevo berrinche de Barbie edición tristeza.

Cupido Disfrazado de LuchadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora